Agridulce empate contra el Real Unión

En el debut de Mikel Merino, la Real Sociedad sacó un empate en su tercera prueba veraniega. Llorente abrió la lata y el empate llegó en el último suspiro del encuentro.

Agridulce empate contra el Real Unión
Llorente celebrando su gol. | Foto: Real Sociedad
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Por Pablo Arrivillaga

Llegó el día del tercer test estival para la Real Sociedad, que enfrentó en Azkoitia al Real Unión a las 19 horas del miércoles. Los dirigidos por Asier Garitano y los de Juan Domínguez hicieron un buen partido en términos generales, pero no pudieron llevarse un marcador favorable para ninguna de las partes debido a algunas cadencias a lo largo del encuentro, concluyendo con un empate que es la prueba de un partido serio. 

Los donostiarras arrancaron el partido sobre el césped de Txerloia con una agradable noticia, el debut de Mikel Merino con la franela que en esta ocasión era el gris alternativo y no el típico azul y blanco. El navarro se situó en la medular junto a un producto del filial, Ander Guevara. La actuación del ex Newcastle no fue del todo brillante, dejando claro que aún le falta un lapso para coger ritmo, pero tampoco fue una tarde opaca para él, pues cuando se acomodó, fue cuando la Real dio su mejor imagen del partido. No tuvo mucho acierto en el último tercio y poco favoreció a las salidas con balón, pero nada que no se pueda trabajar antes del arranque de la campaña. 

Los primeros minutos del encuentro fueron perezosos, ambos equipos se mostraron calmados y sin necesidad de apresurar el ritmo. Los txuri-urdin se hicieron con el control del cuero y controlaron por toda la primera mitad, aunque los contrarios quisieron apretar y ahogar sus salidas, se vieron recompensados por la falta de entendimiento entre Merino y Guevara a la hora de crear fútbol. Oyarzabal era el más buscado por sus compañeros, sus escapadas por los costados fueron las dagas que más veces apuñalaron a los irundarras. Héctor intentó en una ocasión y su centro terminó en las manos del arquero Txusta. 

Oyarzabal durante el partido. | Foto: Real Sociedad
Oyarzabal durante el partido. | Foto: Real Sociedad

Antes de concluir la primera fase, los donostiarras habían creado ocasiones de gol ahogadas con Oyarzabal, Bautista y el mismo Zurutuza, quien enfundaba el brazalete de capitán, como mediadores; pero, ninguna chance se concretó, y se fueron al vestuario con el marcador virgen. Los de Irún apenas tuvieron una chance en toda la primera mitad, pasados los 40 minutos y con un remate que terminó encasillado en la grada. 

Llegaron los goles 

Con modificaciones hechas para la segunda parte, las oportunidades de abrir la lata aumentaron, Juanmi era el jugador más peligroso en el ataque, fallando una ocasión estando solo frente a Txusta y la otra mandándola apenas encima del horizontal. 

La Real pudo abrir el marcador finalmente a los 66 minutos cuando Diego Llorente mandó al fondo de la red con un cabezazo un centro botado por Pardo. Poco después, el madrileño se tuvo que apartar del campo por problemas físicos, encendiendo las alarmas por la falta de centrales de primer equipo en el vestuario.

Aunque los realistas intentaron pisaron el acelerador después del gol, no lograron aumentar la cuota y el partido bajó el ritmo a ser un juego frío y sin demasiadas ocasiones resaltables. El Real Unión aprovechó el bajón de la Real (y la ausencia de Llorente) para ir más allá y conseguir el empate que se tardó en llegar, pero mejor tarde que nunca. Los de Juan Domínguez fueron el coup de grâce del encuentro, fue Etxabeguren el anotador con un cabezazo que no pudo detener Zubiaurre en el último suspiro del partido. 

Concluyó otro amistoso para la Real Sociedad, que mereció más, pero no supo concretar las oportunidades que tuvo. Las complicaciones en la recta final del partido fueron muy visibles y los irundarras no bajaron los brazos hasta poner tablas en el marcador. Muchos puntos positivos para los de Garitano, hora de trabajar en los negativos para medirse contra el Osasuna en Bergara el sábado.