Clément Lenglet ha sido uno de los primeros fichajes para el nuevo Barcelona. Valverde, que tenía puesto el ojo en el francés, no dudó en dar su nombre a la directiva, quien acabó fichando al joven por 35 millones de euros al Sevilla más 3 en formación al Nancy.
La necesidad constante de encontrar un central de garantías en el Barcelona estaba llevando mucho trabajo al Club que, a excepción de Umtiti, no ha terminado de encontrar el jugador completo para el puesto. Yerry Mina y Vermaelen parecen tener poco sitio en el primer equipo y es que, pese a que el colombiano ha realizado un buen Mundial con su combinado nacional, al técnico extremeño no acaba de convencerle su juego; por su parte, Vermaelen también ha destacado con Bélgica, pero su tendencia constante a lesionarse pone en dudas su continuidad azulgrana.
Es por ello que, tras su llegada al Sevilla procedente del Nancy francés, Éric Abidal y Pep Segura tuvieron al joven entre ceja y ceja. Con 23 años y zurdo, algo difícil y cotizado en el panorama actual, Lenglet era la mejor opción para recambiar a Piqué o Umtiti a lo largo del curso. El catalán ya es veterano en el club y el campeón del mundo, Umtiti, se ha adaptado a la perfección al juego de Can Barça.
Lenglet, un central de futuro
Lenglet reúne muchas cualidades para poder triunfar en el equipo de Valverde y es que siendo tan joven y ya con experiencia en la élite, la proyección de futuro es algo innegable. Dominando con la pierna izquierda, sería buena pareja para Piqué, que ocuparía el carril derecho. Cabe destacar su buena colocación en el área y su anticipación a jugadas complicadas, un buen manejo del balón o la distribución del juego al espacio, algo imprescindible para ser jugador del Barcelona.
Colocación, anticipación, manejo del balón y distribución al espacio
En aquellos partidos que ocupe el hueco de Piqué, que deberá gestionar también sus minutos, sería Umtiti, acostumbrado a jugar por la izquierda, quien se adaptase a una nueva posición, puesto a su veteranía y ya experiencia en el terreno de juego. Pero Lenglet no cierra las puertas a ser un jugador polivalente y es que en la última temporada ha demostrado tener un amplio abanico de posibilidades: 54 partidos disputados, 4 goles y 1 asistencia.
El próximo 12 de agosto viajará a Tánger con el Barça para intentar levantar el primer título de la temporada, la Supercopa de España. Será a partido único y lejos del Camp Nou, pero a Lenglet aún le queda otra sorpresa: el rival. Como finalistas de Copa del Rey, será el Sevilla quien ponga contra las cuerdas a los de Valverde para arrebatarles el trofeo. Un equipo que conoce muy bien el francés, pues llegó del Sánchez Pizjuán en pleno julio. Primer partido oficial con el Barcelona y ante su antiguo equipo, un aliciente más que tendrá el central para demostrar sus posibilidades y reforzar la idea que ha llegado para quedarse.