El 2018 ha sido un año muy importante para la entidad del FC Barcelona. El cuadro culé ha logrado levantar hasta tres trofeos dentro de este período. Primero fue la Copa del Rey, después cayó LaLiga Santander y, finalmente, la Supercopa de España se unió a las vitrinas azulgranas. Pero para dos jugadores no ha sido un año cualquiera. Para Sergi Roberto y Ousmane Dembélé no ha sido un año más. Para ellos ha sido "el año".
Y es que tanto el lateral catalán como el extremo francés se han convertido en piezas clave para el Barça en el año que está a punto de terminar. Ambos futbolistas han adquirido importancia dentro del equipo a base de esfuerzo, trabajo y, por supuesto, resultados.
Sergi Roberto, el multiusos
Aunque el de Reus se había ganado el puesto y la importancia dentro del equipo en las temporadas precedentes, durante este 2018 se ha podido ver al mejor Sergi Roberto. El catalán se ha destapado al mundo como uno de los mejores laterales derechos del panorama internacional, y eso que no es su posición natural.
Ernesto Valverde ha alineado a Roberto en diversas posiciones dentro del campo. El reusense le ha servido al extremeño para tapar muchos de los agujeros que ha tenido el equipo por culpa de las lesiones y el '20' siempre ha respondido fenomenal y sin queja alguna. Sergi ha jugado partidos, además de en su principal posición (lateral derecho), como mediocentro, interior o incluso extremo.
Su buena primera mitad de año no le sirvió, no obstante, para que Julen Lopetegui, por aquel entonces seleccionador español, lo incluyera entre los 23 elegidos para representar a España en el Mundial de 2018 disputado en Rusia.
Cuando el verano acabó, Sergi Roberto debía volver a sentirse futbolista. Esta vez con el FC Barcelona. Y, a pesar de que, por culpa de su lesión, en los últimos partidos ha perdido la titularidad en favor de Nélson Semedo, cuando el reusense ha estado al cien por cien físicamente nadie ha sido capaz de sacarlo del once durante todo 2018.
Dembélé: 'el Mosquito' despierta a tiempo
Si bien es cierto que la racha goleadora de Ousmane Dembélé ya había empezado con la llegada de 2018, los tantos de el Mosquito han tomado una mayor relevancia en el último tramo del año, pues le están dando al FC Barcelona no sólo puntos, sino también títulos.
El francés, muy cuestionado durante el final de la pasada temporada, vino de Rusia con la Copa del Mundo bajo el brazo y, desde que se puso la camiseta del Barça tras el verano, no ha parado de marcar goles y de decantar la balanza para el lado azulgrana.
Comenzó el curso marcando un golazo ante el Sevilla en Tánger, que recordó al que le endosó al Chelsea en el Camp Nou unos meses antes, y echó la Supercopa de España a su saco de títulos particular. Llegó el comienzo de LaLiga y en la segunda jornada ya le estaba regalando a su equipo tres puntos con un gol decisivo. Y así ha seguido. Sin parar. Hasta que en 2018 ha dicho basta.
Por desgracia para el de Vernon, el año se ha acabado. Pero sus ganas persisten. Está rebosante de confianza, el Camp Nou le quiere y ya nadie se plantea su traspaso. A pesar de que ha tenido algunos despistes, cuando el francés se centra en el fútbol es imparable. Hasta fue bendecido con las palabras de Leo Messi: "Puede ser uno de los mejores".
El FC Barcelona tiene con Sergi Roberto y Ousmane Dembélé dos diamantes por pulir y, sobre todo, con ganas de ser pulidos. Los dos están dejando cada vez más destellos. Cada uno a su manera, pero siempre beneficiando al Barça. Dos futbolistas como la copa de un pino que el destino ha querido que vistan de azul y grana.