Lo que se presuponía como un partido muy exigente vista la calidad, y la exigencia, del rival, acabó siendo un monólogo amarillo. En el partido de la ida, disputado el 24 de noviembre de 2018, el Cádiz deleitó a sus aficionados con una de las mejores actuaciones de la temporada. Los de Álvaro Cervera acabaron goleando a unos canarios que, pese a que trataron de mediarlo, no fueron capaces de calmar el huracán amarillo.

La jornada era idónea. Con las derrotas de Granada y Málaga, los amarillos tenían la excelente oportunidad de dar un golpe sobre la mesa y colocarse cerca de los puestos de playoff. Además, conociendo la dinámica de los locales -cuatro jornadas seguidas con victorias-, los cadistas tenían buenas vibraciones con el partido. Sin ir más lejos, a los pocos minutos del pitido inicial, llegaría el primer tanto. Manu Vallejo encontraba hueco por la banda para colgar un balón que Deivid, central del conjunto canario, acabaría empujando hacía su propia portería.

Poco a poco, el conjunto cadista fue cogiendo tono y, mediante su característico juego de bandas, empezaría a dañar las filas canarias. Lekic, tras una gran jugada de Salvi, sería el primero en dar constancia de dicho juego. Poco después, Manu Vallejo acabaría haciendo el 2-0 en una de las mejores jugadas de la temporada. Correa se la daba a Salvi, este la corría hasta línea de fondo, la volvía a dejar al pacense y Vallejo, en línea de gol, acababa culminando la obra de arte. Tras ello, el árbitro concretaría el primer periodo del encuentro.

A la reanudación, el por aquel entonces técnico de Las Palmas, Paco Herrera, decidiría introducir a Blum para dar un poco de estabilidad en el centro del campo. La acabó encontrando, pero de nada le sirvió. La dinámica de los amarillos, unido al gran juego de robo y contraataque, acabó por desarmar todos los planes de los visitantes. En un córner botado por José Mari, salvado por Garrido y definido en última instancia por Sergio Sánchez acabaría llegando el 3-0 que, a priori, parecía que sería el definitivo. No fue así. Las Palmas, pese a su inferioridad, consiguió agarrar el coloquialmente conocido “gol de consolidación” por medicación de Pekhart, quien acabaría rematando a placer tras un pase de Lemos.

Por último, en los últimos compases del encuentro, Salvi, con un zurdazo que acabaría limpiando la escuadra de la portería de Raúl, pondría el broche a la mejor actuación de los amarillos en lo que va de temporada.