Al igual que el resto de equipos que componen la Primera División, Rayo Vallecano y Valladolid se dieron cita a las 18:30 horas del domingo 12 de mayo. En su caso, el partido se celebraba en el Estadio de Vallecas, el que fue el último duelo de los franjirrojos en su feudo antes de regresar a la categoría de plata. Los aficionados locales, ante la nula trascendencia del duelo para los rayistas, prestaron algunos abonos a los hinchas visitantes, quienes supieron llevar en volandas a su equipo a la salvación en un ambiente que parecía propio del José Zorrilla por momentos.
Álex Moreno no estará ante el Celta de Vigo
En esta derrota por 1-2, donde el Rayo parecía no encontrar su sitio y mostrarse impotente por no poder enseñar su mejor versión ante su afición y dejar un buen sabor de boca, hubo algún que otro jugador que destacó. El debut en Primera División de Catena sólo se vio empañado por el resultado, pero los minutos de Álex Moreno ante los blanquivioletas, en el que ha podido ser su último partido como franjirrojo, dejaron buenas sensaciones en Vallecas, a pesar de la incertidumbre existente por el futuro del catalán, que tiene contrato con la entidad madrileña hasta 2021, pero también muchos equipos detrás de sus servicios.
La mayoría del peligro que creaban los de la franja nacía de las botas del jugador más incisivo de los franjirrojos, Álex Moreno, o al menos el lateral izquierdo tocaba el balón para continuar la jugada e intentar que acabara en el fondo de la red. El de Sant Sadurní D'Anoia, sin fortuna, intentó desbordar ante los rivales incluyendo regates espectaculares, algún que otro remate a portería, además de combinaciones con sus compañeros cerca del área o mediante centros.
El jugador con más minutos del Rayo Vallecano esta temporada (3.604), no podrá estar en el último partido de la competición doméstica. Estaba apercibido, y en el minuto 69, tras una falta sobre Míchel, vio una cartulina amarilla, la quinta de esta campaña. Instantes antes estuvo a punto de ser sustituido, y se llevó una sonora ovación de Vallecas, que le quiso aplaudir como si de una despedida se tratara, agradeciendo al artífice del gol del último ascenso todo lo realizado en la escuadra madrileña. Pero el que salió del terreno de juego fue Tito, lo que provocó que él portara seis minutos el brazalete de capitán por segunda vez en el curso. En el 75 ya sí puso rumbo al banquillo, y la grada volvió a ponerse en pie para, entre gritos que le animaban a quedarse, o a alabar su labor futbolística, dejarse las manos por alguien que se ha desfondado en cada encuentro que ha participado con la franja. Aún queda para conocer el futuro del catalán, pero puede tener la conciencia tranquila de que se ha dejado la vida sobre el verde defendiendo el escudo vallecano, y su afición lo tiene en cuenta.