Los chicos de David Gordo no piensan en la clasificación de forma matemática ni conocen la relajación o la especulación, solo salen a ganar en cada partido. Porque aunque todavía son los pequeños, su competitividad es mayor que otra cosa y eso les da la fortaleza necesaria para afrontar los enfrentamientos ante cualquier nación y en cualquier lugar. Esta vez, el lugar fue Brasilia, concretamente el histórico y emblemático estadio de Bezarrao, y la nación, Camerún.

No era un partido fácil porque enfrente estaban los campeones del continente africano. Más que un partido, era un desafío. Esto hizo que los leones africanos salieran con un plus al césped. Pero España, demostrando el gran potencial que lleva enseñando durante toda esta Copa del Mundo, se mostraba tranquila, pues la solución para destrozarles la tenían y, a punto estaba de salir. Esa era, tener la posesión del balón.

El juego comenzó

Con esas, y con José David Menargues, Rafa Marín, Adrián Gómez, Aitor Gelardo y Jordi Escobar, como nombres destacados en el once inicial, supo aguantar. La paciencia caracterizó los primeros minutos de la selección española que solo veía como los cameruneses protagonizaban arreones que no incordiaron en exceso a Iván Martínez. Lo más destacado fue la velocidad con la que se movía de un lado a otro Eba. Así, por medio de transiciones verticales, las ocasiones españolas no se hacían esperar.

Fue Jordi Escobar el primero en avisar, en el minuto 11. Cabe decir que el futbolista fue un auténtico peligro para los rivales. Su primer aviso fue gracias a un disparo que acabó en un saque de esquina. Pero este fallo no le hizo rendirse en ningún momento. Siguió incesante y consiguió su premio en el minuto 21, después de que Pedri le colocase un balón perfecto, para que, dentro del área, definiera como un auténtico maestro.

Sin perder de vista a Argentina

Aunque España contaba con el marcador a favor, no se relajaron y querían más. Pues en el otro lado, Argentina sacaba ventaja a Tayikistán y eso no era bueno para los intereses de España, de quedar como primera de grupo.

De esta forma, siguió con alternos ataques desde las dos bandas y por el carril central. Si lo intentaban por un lado, y no salía, lo intentaban por el otro. Los pupilos de Gordo no se rendían fácilmente. A esto hay que añadirle la insistencia ofensiva que iba a la par con una solidez defensiva que pocos tienen.

Con estas dos armas, llegaría el segundo tanto que dejaba un poco más cerca el objetivo de ser cabeza de grupo. Al filo del descanso, Ilaix Moriba, muy atento desde la frontal, armó su pierna y rematar así la pelota hasta el fondo de la red de Jacques Mbiandjeu. Todo esto, con, de nuevo, la participación de Pedri que le dio otra asistencia.

Todo eran buenas noticias para la sub-17 y en la segunda parte, las triangulaciones de los pequeños de la selección hicieron disfrutar a todo el público. Con ello, el juego de España se centró en posesiones largas y en ejercer una fortísima presión en las perdidas. Lo que hizo que los cameruneses no pudieran acercarse con peligro a la red de Iván Martínez.

El tercero no llegó 

El resultado era de 0-2 pero pudo ser de 0-3 de no haber sido anulado el tanto de Navarro. Apenas pitó el árbitro, el futbolista español hizo el tercero pero un ajustado fuera de juego evitó que subiera al marcador. La selección ya tenía encarrilado el partido. Ganaba y además no peligraba el liderato del grupo ya que Argentina necesitaba más goles. En el minuto 85 pudo haber hecho otro gol pero el VAR dictó que Escobar cometió falta al inicio de la acción.

Y en esos cinco minutos finales, España ya se veía como líder por lo que poco hubo que destacar. Los deberes estaban hechos. Así, con tres puntos más, el combinado nacional cierra esta fase liderando su grupo y ya espera a Senegal en octavos.