La contracrónica: el VAR evita una digestión pesada del Clásico en el estreno de Braithwaite

Un gol de penalti firmado por Leo Messi decidió el triunfo del Fútbol Club Barcelona sobre la Real Sociedad en el Camp Nou.

La contracrónica: el VAR evita una digestión pesada del Clásico en el estreno de Braithwaite
Martin Braithwaite debutó en LaLiga Santander con la elástica azulgrana y protagonizó las mejores jugadas de peligro | Foto de Noelia Déniz, VAVEL
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Por Elena Martín Rodríguez

Con la exigencia de no volver a caer en el precipicio y no poner el liderato en bandeja. Así llegaba el equipo de Quique Setién a la jornada 27. Hundido tras el varapalo en un Clásico de pura decrepitud, la intención era maquillar con una victoria el mal trago sufrido en el Santiago Bernabéu ante el que es el máximo rival en la lucha por el título. Hacer cálculos a estas alturas es precipitado, pero quien no arriesga, no gana. Que se lo digan a Martin Braithwaite. Lo mismo vivió Ander Barrenetxea en su primera titularidad liguera, no pasando desapercibido filtrando balones de gol. De menos a más y suficiente, aunque soporífero, para conseguir un liderato provisional que puso acto seguido todos los focos de atención en el Benito Villamarín. Así fue el papel desempeñado por un Fútbol Club Barcelona que no termina de carburar y que, una vez más, presenció una pañolada contra su directiva, salvada in extremis.

Recurriendo a la ley del mínimo esfuerzo, con el reparto de posesión más equitativo de la era de Quique Setién y con la falta de puntería de los de Imanol Alguacil. Así se daba el pistoletazo de salida en un partido que tardaría en decidirse y no de forma muy esclarecida. Con Martin Ødegaard jugando su "Clásico", empezaría una sucesión de llegadas a portería por parte del conjunto txuri-urdin, propulsado por Álex Remiro, vital bajo palos. Los vascos, sin contemplar la palabra "resignación" en su diccionario, se tiraron al ataque para prorrogar una buena racha, engalanada por seis victorias consecutivas y un billete para luchar por la Copa del Rey treinta y dos años después de la última vez en la que lograron acceder a una final.

El Camp Nou asistía a una lucha incesante por tres puntos que ponían en juego el liderato y la entrada en puestos europeos. 90 minutos por delante para ver las arrancadas de un Martin Braithwaite que, fuera de su posición habitual, como extremo izquierdo, sacó a paseo su revólver ofensivo, mientras que otros fueron demasiado apáticos. Hasta Eder Sarabia volvió a mostrar su actitud tan criticada en las jugadas de estrategia. Por parte de la Real Sociedad, los contragolpes de Cristian Portugués y los disparos tímidos de Alexander Isak conllevaron a mover ficha y refrescar el ataque con la entrada de Mikel Oyarzabal y Willian José, revulsivos.

La decisión casi sobre la bocina de revisar una jugada protagonizada por Andoni Gorosabel inclinaba la balanza. Los azulgranas tomaban oxígeno después del gol de Leo Messi, determinante desde los once metros, a costa del VAR, que antes de firmarse la sentencia final, le anularía el segundo tanto del partido a Jordi Alba por fuera de juego. Otro cambio de color, constantes en esta Liga, en la que, según lo que va de guión, queda mucho por ver.