Victoria contundente del Villarreal en La Cerámica contra el Valencia, en el derbi de la Comunitat Valenciana que correspondía a la jornada 32 de La Liga Santander. Los de Calleja fueron claros merecedores de los tres puntos, en un encuentro donde el Valencia apenas fue capaz de dar la sensación de que podía disputar el partido.
El partido comenzó con un dominio claro del Villarreal, que salió al terreno de juego con la intención de imponer su ritmo y estilo de juego, encerrando poco a poco al Valencia en su campo. El equipo de Celades se salvaría de encajar el primer tanto a los cinco minutos de partido tras un disparo cruzado de Samu Chukwueze que se quedó cerca de entrar.
Cerca del minuto 10, Alcácer avisó al que fuera su equipo en el pasado con un remate de cabeza que se marchó desviado, pero tres minutos más tarde no perdonaría a Cillessen. Tras una jugada elaborada del conjunto “groguet”, Gerard Moreno colgaba un balón al corazón del área que conectó con el delantero de Torrent, rematando a media vuelta de primeras al palo largo, imposible de alcanzar para el guardameta valencianista. Se cumplía la famosa "ley del ex".
El Valencia trató de reaccionar tras el primer tanto del Villarreal, pero el equipo dirigido por Javi Calleja siguió dominando el esférico, estando muy cerca de anotar el segundo gol de la tarde pocos minutos después, pero el cabezazo de Gerard Moreno se estrelló en el poste, y Pau Torres no llegó a girarse bien para empujar el esférico a la red.
Las ocasiones del submarino amarillo no cesaron en ningún momento, como si de una apisonadora se tratara. Los blanquinegros trataban de acercarse al área de Sergio Asenjo a través de centros desde ambas bandas que buscaban a Maxi Gómez, pero ninguno conectó con el delantero uruguayo.
Los problemas se sumaban al Valencia, que no veía la luz al final del túnel. Poco antes de llegar al descanso, Gayà debía abandonar el terreno de juego al sentir molestias en la parte anterior del muslo izquierdo, dando entrada a Jaume Costa, su recambio en el banquillo.
Por si no era poco, a la salida de un córner del equipo amarillo que salvó el meta holandés en línea de gol, Asenjo, desde prácticamente su área, deja en bandeja un balón a Santi Cazorla en la frontal del área rival, que con toda la facilidad del mundo se la regala de primeras a Gerard Moreno, que también al primer toque la remata de volea ajustada al palo, sin opciones para Cillessen. Sin duda, uno de los goles más bonitos después del parón.
Parecía que ese gol iba a ser jaque mate, un golpe mortal para el Valencia, que se pudo ir al descanso con tres goles de desventaja si llega a entrar un disparo cruzado de Alcácer al filo del descanso. En los vestuarios se quedó Ferran Torres, dando entrada a un desacertado Guedes en el día de hoy.
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Reacción estéril del Valencia
Los primeros 10 minutos daban la sensación de que el club che seguía con vida, dispuesto a dar guerra el resto del partido, pero ahí se quedó. Los de Calleja no dieron más opciones al conjunto valencianista, que a partir de la hora de juego volvieron al monólogo de la primera parte, donde todas las ocasiones claras fueron para el submarino amarillo.
Samu Chukwueze hizo delicias por su banda, atacando una y otra vez a Jaume Costa, que debía ir con cuidado tras la tarjeta amarilla que provocó el mismo extremo “groguet”. Por ahí llegó un centro a la frontal donde Alcácer no pudo rematar bien, mandando lejos su disparo.
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Cambios insuficientes
Ni la entrada de jugadores como Kang In, Gameiro o Kondogbia sirvieron para encontrar una última reacción valencianista, que vio como pasaban los minutos y era incapaz de acercarse a Asenjo, muy cómodo durante todo el encuentro sin apenas intervenciones de peligro.
La única acción donde tuvo que intervenir fue a cinco minutos del final, atajando un uno contra uno que Gameiro fue incapaz de marcar, pero que fue anulado por fuera de juego. En el último suspiro, Bacca pudo anotar el tercero, pero tras regatear a tres jugadores valencianistas dentro de su área, disparó rozando el poste.
Con este resultado, el Villarreal escala hasta la quinta posición, quedándose a tan sólo tres puntos de la zona Champions, que la marca el Sevilla con 54 puntos. En cambio, el Valencia se despide prácticamente de las pocas opciones que le quedaban para disputar la máxima competición continental por tercera temporada consecutiva, y con la sensación de que clasificarse a Europa League es una quimera, algo normal con una racha de ocho partidos sin ganar fuera de casa.