De toda la nómina de jugadores que han debutado con Imanol Alguacil, uno resalta más que el resto, él es Martin Zubimendi, para muchos la gran sorpresa de este 2020. La personalidad a la hora de mover el balón y la visión entre líneas muy parecida a la de Xabi Alonso, le ha convertido en uno de los intocables del once. Parece mentira que con 21 años transmite más confianza que muchos jugadores que llevan toda la vida pisando el terreno de juego. En Anoeta hay muchas esperanzas puestas en el medio donostiarra y viendo que todavía le queda toda la carrera por delante, en la capital Gipuzkoana la ilusión es notable. Otro gran trabajo de la cantera. 

David Silva aterrizó de la noche a la mañana en Donosti. En cuestión de meses se ha convertido en el volante del once, todo lo que pasa por sus botas se convierte en magia y a veces el equipo depende demasiado del canario. Gracias a sus asistencias y pases de fantasía ha conseguido que los aficionados txuri urdin olvidasen lo que aportaba Martin Odegaard. Cuando Silva fichó por el club donostiarra eran incógnitas e ilusión a partes iguales, ya que venía de hacer grande al Manchester City y nadie dudaba de su calidad, pero 34 años ya son muchos para un futbolista y no se sabía si el físico aguantaría. Pero nada más lejos de la realidad, el jugador canario se ha convertido en el jefe del juego, ya que tiene la capacidad de encontrar huecos invisibles. Visto todo lo que el genio de Arginegin aporta a un conjunto, es raro pensar que muy pocos equipos apostaron por su fichaje. 

Dos nombres que definen el 2020 txuri urdin, uno refleja el futuro y el otro el presente. Los dos centrocampistas, pero con diferentes roles en el once, uno que lo ha ganado todo y otro acaba de empezar a su andadura como futbolista, pero los dos juegan en la Real y ambos desbordan talento a raudales.