El 3 de abril es el día marcado en rojo para cualquier realzale, los donostiarras tendrán la oportunidad de asentar un duro golpe al Athletic Club y quitarse ese sambenito de equipo segundón. A medida que se va acercando la gran cita, los balcones se van poblando de banderas, bufandas o camisetas. En las calles no hay otro tema de conversación, ir al bar de siempre, pedir lo de siempre y preguntar a ver cuántos días quedan para la final o hablar del estado de los jugadores que la van a disputar se ha convertido en costumbre.
Tanto es la ilusión que hay de ganar la Copa, que las principales marcas que rodean al club txuri urdin han utilizado sus campañas publicitarias para crear expectación sobre el derbi de los derbis: Por poner un ejemplo, un clásico que ha seguido las andaduras del cuadro txuri urdin como es La gula del norte ha focalizado su campaña publicitaria en promocionar el partido del tres de abril. Dos leyendas de ambos equipos como Manuel Sarabia y Roberto Lopez Ufarte son los protagonistas.
Los jugadores txuri urdin no paran de recibir apoyo de los más ilustres personajes que animan al club Gipuzkoano: Grandes maestros de los fogones como Juan Mari Arzak o Martin Berasategui, cantantes como Alex Ubago o Mikel Erentxun o deportistas de élite como son Richard Uribe o el reciente campeón del mundo de Snowboard, Lucas Eguibar han animado a la plantilla por redes sociales de cara a la gran fecha.
La Real ha preparado varios preparativos previos a la final de la Cartuja, uno de ellos ha sido la nueva versión del himno txuri urdin, el grupo flamenco Sonakay le ha dado un toque sureño al “txuri urdin maitea”. También el ayuntamiento ha querido aportar su granito de arena colgando una bandera de la Real Sociedad, para que los pocos turistas que se acerquen a la capital gipuzkoana la puedan ver. Por último, pero no menos importante, el club txuri urdin jugará con una camiseta diferente a la de esta temporada, con un recordatorio especial a todo aquel que se ha encontrado por el camino.
Decía Keler hace once años en su famoso anuncio, que en los balcones ya no se veían tantas banderas de la Real como cuando ganaron la liga o la copa. El club donostiarra ha tenido que esperar unos cuantos años y un ascenso para volver a hacer historia y devolver la ilusión a una ciudad de primera.