Tras un largo tiempo de espera, concretamente desde que Kieran Trippier pusiese rumbo a Newcastle allá por el mes de enero, Simeone ya tiene a su ansiado “2” para ocupar el carril derecho del Metropolitano. Y no es otro que Nahuel Molina, un nombre marcado en rojo en la agenda de la dirección deportiva del club colchonero.

Muy del gusto tanto del entrenador como de Andrea Berta, el lateral (o carrilero) diestro llega con la vitola de fichaje estrella de la temporada, a falta de conocer próximos movimientos. El defensa argentino, que llega procedente de Udinese, aterrizó el lunes en Madrid para pasar el reconocimiento médico en la mañana del martes y ponerse de inmediato a las órdenes del Cholo Simeone.

Nahuel Molina, por el que el Atlético de Madrid desembolsará entre 15 y 20 millones (incluyendo fijos y variables) más el pase definitivo de Nehuén Pérez a Udinese, destaca la ilusión de trabajar con su compatriota Diego Pablo Simeone y cuenta con la ventaja de tener buenos amigos dentro de la plantilla rojiblanca como son Rodrigo De Paul o Ángel Correa, con los que coincide de forma habitual es las convocatorias de la Selección Argentina de Scaloni, en la que Molina es un fijo.

Con esta incorporación, el Atlético mata dos pájaros de un tiro, ya que resuelve el problema del lateral derecho, que fue un constante quebradero de cabeza la temporada pasada, con un jugador que aporta llegada al área rival y profundidad en el carril pero sin descuidar la defensa, y devuelve a Marcos Llorente a su posición de interior en el centro del campo, algo que sin duda agrada al futbolista madrileño que, como buen profesional, nunca se ha manifestado en contra de jugar como lateral, pero prefiere ocupar su demarcación original sobre el verde.

Con total seguridad, la afición rojiblanca tendrá la oportunidad de ver al nuevo miembro del equipo en los próximos amistosos de pretemporada, previos al inicio de la temporada.

Mucha suerte Nahuel, que también será la nuestra.