El Real Madrid se ha encontrado con uno de los mejores fichajes en los últimos años. Aurélien Tchouaméni llegó al club blanco este verano a cambio de 80 millones de euros procedente del AS Mónaco. Una cifra alta si se tiene en cuenta la corta trayectoria del pivote francés, cuya carrera deportiva es más bien escueta.

Sin embargo, tras la marcha forzada de Carlos Henrique Casemiro, le tocó tener un rol mucho más importante de lo que se pensó en un principio. La idea era que el francés fuese el relevo del brasileño en el campo, ya que no había un jugador que jugase en su posición natural.

Con todo ello, Tchouaméni se ha adaptado muy rápido al equipo y cumple al pie de la letra las indicaciones de Carlo Ancelotti en el campo. El ex del Mónaco ha demostrado estar a un nivel muy alto en sus primeros partidos con la camiseta blanca. Debutó en la Supercopa de Europa contra el Eintracht de Frankfurt jugando los últimos minutos.

A partir de ahí, jugó una hora contra el Almería y contra Celta de Vigo, Espanyol y Betis se hizo con la titularidad de forma prematura jugando los 90 minutos. Eso no le supuso presión y desde el principio jugó ordenando el juego desde atrás con una idea muy clara, dando libertad a Kroos y Modric a que suban para liberar su creatividad en el juego, motivado en parte a su gran poderío físico.

El Bernabéu, a sus pies

Los aficionados blancos ya saben lo que es capaz de dar Aurelien y que no tiene techo, pero que cada partido que completa se nota que no le pesa la presión. Ante el Betis completó un partidazo, intervino en el partido 91 veces, más que ningún otro jugador, completó 56 pases con éxito y tuvo un porcentaje de acierto del 88,9%. De no ser por la prodigiosa mano de Rui Silva, Tchouaméni hubiese completado un encuentro de ensueño anotando su primer gol con el Real Madrid.

Aún es pronto para hablar de su desempeño en las grandes noches de Europa, palabras mayores para un prodigio que todavía no tiene techo. De momento, la fase de grupos le valdrá al joven de 22 años para ir estrenándose en la máxima competición con el Madrid e ir rodando hasta los momentos donde de verdad de ven de qué pasta están hechos los jugadores.

De momento, parece haber olvidado en los primeros partidos a Casemiro con grandes actuaciones que van sumando para ganarse al público y mejorar en lo personal.