Circulaba esta semana por las redes sociales habituales del aficionado colchonero un vídeo de Rubén Uría, periodista de referencia en el entorno del equipo colchonero, en el que dejaba un mensaje muy claro. El propio Uría, especialista en poner voz y letras al sentir general de la afición colchonera, clamaba frente a los peñistas del Atlético de Madrid que, pese al desánimo y la desmotivación que rodean al Atleti y, en concreto, a la figura de Diego Pablo Simeone, la solución pasaba por recuperar la esencia del Atlético de Madrid y por pedirle a Simeone, no solo que no se vaya, sino que vuelva.

Y es justo en esta semana donde el Atlético de Madrid ha vuelto a la esencia de lo que siempre ha sido. Tras un muy buen partido contra el Brujas, del que solo Mignolet separó de la victoria al conjunto rojiblanco, y tras una exhibición en San Mamés, los jugadores de esta plantilla parece que han entendido que el Atlético de Madrid es coraje, corazón, garra y contragolpe. Que el Atleti es caer y levantarse y que si alguien cree que está por encima del club, que salga y cierre la puerta, que en Madrid empieza a hacer fresco.

La victoria en San Mamés es importante, pero no es lo mejor que se llevó el Atlético de ese precioso partido. En ciertos momentos, los aficionados se frotaban los ojos. La televisión decía que este partido pertenecía a la temporada actual, pero la memoria, caprichosa y selectiva, traía constantes recuerdos de tiempos mejores. Savic y Giménez no son Miranda y Godín, Reinildo no es Filipe Luis ni Kondogbia es Gabi. Por no ser, ni aquel Griezmann es el Griezmann de ahora.

Los que si eran los mismos eran los aficionados que, frente al televisor, veían como, con un esfuerzo que dejó exhaustos a todos, los del Cholo defendían el área ante un asedio que no era el de Múnich y corrían como en aquella gloriosa noche del Vicente Calderón contra el FC Barcelona en Champions League. Seguramente, ni se le parecía. Pero ese padre y ese hijo que se sientan cada domingo en el salón de casa para ver a su Atleti volvieron a sentirse representados por los que en San Mamés se enfundaron la rojiblanca. Y en esa línea se debe de seguir trabajando.

Lo dijo Rubén Uría y lo bajó el Cholo al vestuario. Que vuelva el Atleti, el Atleti de toda la vida.