El Atlético de Madrid atraviesa actualmente una etapa gloriosa, en la que la lucha por títulos ya no es algo excepcional sino que se ha convertido en una obligación. Los rojiblancos, más allá del juego del equipo o las decisiones de la directiva siempre han justificado el éxito, como un resultado de la unión entre directiva, cuerpo técnico y afición, siendo Koke la representación futbolística de todas ellas.
El mediocampista nacido en el humilde barrio de Vallecas en enero de 1992, lleva toda una vida ligada al Atlético de Madrid debido a su formación en la cantera rojiblanca desde los nueve años, el posterior debut con el primer equipo en el Camp Nou en el año 2009 y su situación actual como pieza clave en el sistema de Simeone.
Veintidós años en el Atlético de Madrid han sido suficientes para que Koke se haya convertido en el jugador con más partidos del Atlético de Madrid, el máximo asistente de la historia del club, y junto a sus ocho títulos certifique una leyenda que aumenta partido a partido.
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Un sueño cumplido
Los caminos de Koke y El Atleti se juntan en el año 2000, cuando el vallecano militaba en la escuela rojiblanca y un ojeador, convencido de su calidad, decide llevarlo al equipo alevín. Los años pasaban y Koke iba ascendiendo categorias, hasta que con 16 años, edad correspondiente a la categoría juvenil, las diferencias respecto a sus compañeros eran tales que desde el club deciden subirle al Atlético de Madrid "B", a competir con jugadores tres años mayores que él. Abraham García, encargado de aquel equipo "B", habló para las redes del club en el año 2018: "Cuando yo le subí al "B", apenas había jugado partidos con el juvenil, era como un niño jugando entre hombres, sólo los adelantados lo habían hecho antes".
Aquel sueño forjado a base de trabajo durante años, iba a culminar con su debut con el primer equipo; el 19 de Septiembre de 2009, bajo el cielo de La Ciudad Condal, ante los ojos del equipo de Guardiola y de la mano de Abel Resino, Koke, ese joven atlético de 17 años, iba a convertirse en un hombre en apenas segundos, encajando una derrota de 6-1 al más puro estilo atlético y con un debut que marcaría una época. El capitán de aquel equipo, Antonio López, confesó en un "inside" para el club, cómo era Koke en sus primeras convocatorias con el primer equipo: "Era muy callado, humilde y trabajador, a partir de su debut era frecuente que entrenara con el primer equipo, yo le decía siempre que se sentara a mi lado, y allí se sentaba"
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El elegido de Simeone
Tras un año de entrenamientos con el primer equipo, y apenas convocatorias del mediocampista, desde el club intentaban buscar una solución para aquel joven; un futuro que pintaba lejos del Calderón debido a los planes de cesión incentivados por la falta de minutos. El primer equipo no atravesaba un buen momento a nivel futbolístico, y desde el club, convencidos de la calidad de la plantilla, achacaron el problema al entrenador, Gregorio Manzano, quien a finales del año 2011 fue sustituido por Diego Pablo Simeone.
Llegado el argentino, y acompañado de una buena dinámica de juego y resultados, las oportunidades van llegando para aquel canterano ilusionado e ilusionante y su cesión queda en el olvido. Aquella temporada acaba con la conquista de La Europa League y con un Koke que por fin parecía haberse hecho hueco en la plantilla.
Desde aquella temporada, la relación futbolística del entrenador con el mediocampista siempre ha sido especial, digamos que, el madrileño es el hombre de máxima confianza del argentino en el terreno de juego, quien se encarga del cumplimiento de las órdenes; en resumidas cuentas, base de la creación en ataque, y encargado de la recuperación en defensa. Tras la marcha de Diego Godín en 2019, fue elegido por Simeone para portar el brazalete que le convertía en sucesor de la capitanía rojiblanca, labor que a día de hoy sigue ejerciendo con orgullo.
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Pieza clave
A nadie le pilla por sorpresa la evolución del Atlético de Madrid en la última década. Un equipo que ha logrado en los últimos años casi los mismos títulos que en sus 110 años restantes es digno de análisis, y como no, Koke es el único jugador común entre la plantilla actual y aquella que logró en 2012 el primer título de "la era Simeone".
En lo puramente futbolístico, el juego del equipo también ha sufrido una evolución; desde un fútbol totalmente defensivo en el que tener el balón suponía un problema en los primeros años hasta el día de hoy, en el que es el Atlético de Madrid quien obliga a sus rivales a encerrarse y quien mayoritariamente maneja la posesión del balón.
El fútbol de Koke siempre se ha caracterizado por su manejo de la táctica, posicionamientos en estático, trabajo físico a la hora de ejercer la basculación en defensa y la recuperación de balones. Si hablamos de la técnica debemos destacar su manejo de las acciones a balón parado, que se podría definir con la mítica frase popular, "donde pone el ojo, pone la bola", y probablemente gran parte de su éxito en los primeros años del primer equipo se deban a ello.
A día de hoy su juego es más cualitativo y, acorde con las necesidades del equipo, asume más responsabilidades, siendo el primer hombre en recibir balón para la creación de juego, posicionándose como pase de seguridad al compañero en situaciones delicadas, ejerciendo como asistente con un destacado último pase y actuando como stopper en las acciones defensivas.
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Objetivamente, entre los mejores
A lo largo de todos estos años, el jugador rojiblanco ha conseguido posicionarse objetivamente como uno de los mejores centrocampistas del mundo. Se sitúa como mediocampista más asistente de la liga en los últimos años (73), máximo asistente del Atlético de Madrid (103) y jugador con más partidos en la historia del club.
Los títulos siempre han avalado a Koke, desde su primera Europa League en 2012 hasta su última Liga en 2021, pasando, entre otros, por la conquista de La Copa del Rey en El Bernabéu ante el Real Madrid en 2013, dos Supercopas de Europa o La Europa League en 2018.
En la presente temporada sus datos son aún más significativos, ya que de los últimos veintiséis partidos que el madrileño ha disputado en 2023, únicamente ha perdido uno; estando ausente en las siete derrotas restantes.
Koke es la clave del Atleti, cuando está presente el equipo puntúa, y avalado por su importancia, su liderazgo y su alto nivel futbolístico, su próximo objetivo individual pasa por la renovación, ya que su contrato acaba en Junio de 2024 y como ya dijo Simeone: "ya son once años en los que venimos hablando de él y así tiene que seguir".
La afición ya se ha pronunciado, la plantilla también, y únicamente falta la propuesta de la directiva para que los tres pilares se unan y logren mantener a su nexo común, aquel niño que cumplió su sueño y ahora se encarga de hacer cumplir los de los demás, Koke.