Normalizando la mediocridad

El Deportivo, aspirante al ascenso directo en Primera RFEF, vuelve a decepcionar en su visita a Tarazona, donde no es capaz de pasar del empate a un gol.

Normalizando la mediocridad
Fuente: RC Deportivo
daniruizg76
Por Daniel Ruiz

El Deportivo volvió a dejarse dos puntos en el tiempo añadido del partido ante el Tarazona, quien sigue ocupando puestos de descenso y que solo ha logrado un triunfo en lo que va de competición. Parecía que el postrero gol de Jaime iba a dar la victoria al cuadro herculino, sin embargo, otra vez aparecieron los fantasmas de Fuenlabrada y otro descuento infame permitió el empate del Tarazona. 

La victoria en el encuentro de ayer se antojaba necesaria para engancharse definitivamente a los puestos de arriba, pero el equipo decepcionó nuevamente. Una primera parte sin pena ni gloria, con una sola jugada de peligro fue el escaso bagaje de los herculinos. Cierto es que se mejoró algo en la segunda parte, pero el empate es una desilusión enorme. Jugadores cuyo rendimiento fue francamente lamentable. Valcarce volvió a no existir (en Ponferrada ahora hasta agradecen que cambiara de opinión a última hora sobre su destino), Balenziaga siendo un espectador de lujo ante el gol del equipo aragonés, Davo mucha intención y nulo resultado. Jugadores del Fabril que van de relleno en las convocatorias de Idiakez, quien luego se jacta en ruedas de prensa de su confianza en la cantera.

En trece jornadas el Deportivo solo ha sido capaz de ganar cuatro partidos, no sale ni siquiera a un gol por partido (lleva doce), está situado en la zona media de la tabla y puede terminar hoy la jornada a nueve puntos del liderato, estando en la peor situación en toda la historia del Club. Menudo panorama

Se sigue pidiendo paciencia, se escuchan comentarios tales como que aún queda mucho, que hay que seguir trabajando para no cometer los mismo errores que cuestan puntos, aspecto este que parece no le importa demasiado al técnico Imanol Idiakez, quien textualmente dijo ayer en rueda de prensa "no me importan los puntos". 

Lo más triste de todo es que esta es la realidad, realidad que hace que se esté normalizando la mediocridad en la que estamos instalados sin visos de poder salir de ella.