El Atlético no se olvida de cómo se compite

A diferencia de el año anterior, el Atleti ha conseguido doblegar al PSV en un disputado partido. Los de Simeone hacen bueno el gol conseguido por Saúl al filo del final del primer tiempo y se colocan como colíder del grupo al Bayern tras un sufrido final.

El Atlético no se olvida de cómo se compite
Foto: Ángel Gutiérrez - ATM
jorge-moreno
Por Jorge Moreno

Después de golear al Celta, el Atlético ponía su punto de vista en la Champions League, concretamente en un estadio que ya conoce a la perfección: el Philips Stadium de Eindhoven, donde ya jugó la campaña pasada en octavos de final. Por supuesto, también conocía al PSV, difícil olvidar lo duro que fue eliminar a los holandeses y el mal rato que supuso la interminable tanda de penaltis disputada en el Calderón en el partido de vuelta. Agarrándose a lo bien que compitieron en esa ocasión y con un gran inicio de liga -cuatro victorias y un empate- llegaba, por su parte, el PSV.

Un ritmo frenético

Desde muy pronto el ritmo del partido fue frenético. Los tres primeros minutos fueron de dominio del Atlético, que se asentó en campo rival, pero en el minuto cinco el primer aviso lo dieron los locales con un gol anulado a Luuk De Jong. Por si los de Simeone lo habían olvidado, el PSV ya había recordado desde muy pronto lo que les esperaba si querían conseguir la victoria: trabajo, trabajo y más trabajo.

Pese a este susto, los colchoneros no se amedrentaron y en los siguientes minutos tuvieron dos ocasiones: primero un remate de Saúl a la salida de un córner y luego Filipe con un disparo desde a frontal que rechazó Zoet. Si bien el partido estaba siendo parejo, la producción de ocasiones del Atleti había sido mayor cuando se llegó al ecuador del primer tiempo. Por lo general, los madrileños buscaban el gol con centros laterales  y pases a la espalda de la defensa que solían ser lanzados por Griezmann y buscar o bien a Gameiro o bien a Saúl.

Por su parte, los locales buscaban el gol al contrataque aprovechando la velocidad de Narsingh, pero la defensa colchonera aguantaba. En el 37', Gameiro estuvo cerca de llegar al gol tras un centro tocado desde la derecha que, cuando estaba apunto de rematar en el segundo palo, sacó la defensa. No sería Gameiro, sino Saúl Ñiguez quien anotaría seis minutos después con un disparo maravilloso que se colaría por la derecha de la portería de Zoet tras una serie de rechaces en el área a la salida de un cóner.

Cuando parecía que los visitantes iban a irse por delante en el marcador sin mayor problema, Martin Atkinson pitaría un penalti dudoso, pero al igual que en la semifinales de Champions del año pasado, Oblak aparecería cuando más lo necesitaba el Atleti. Con esta sensación, por una parte de agobio y por otra de alivio, finalizaba el primer tiempo. Previsiblemente quedaban por delante unos 45 minutos muy intensos.

El Atleti pausa el ritmo

En el segundo tiempo, las ocasiones no tardarían en llegar, pese a que el ritmo comenzó siendo más bajo. En el 52', Kevin Gameiro tuvo una muy buena ocasión tras recortar a un defensa, pero cuando solo tenía que definir, envió el balón por encima del arco. Dos minutos más tarde sería Filipe, que aprovecharía un pase interior de Koke para quedarse delante de Zoet; el lateral brasileño llegó muy forzado y no pudo rematar bien, por lo que el disparo se fue desviado.

Los primeros diez minutos estaban siendo a pedir de boca para los visitantes: llegaban a la meta del PSV con cierto peligro y además el ritmo estaba siendo bajo. El Atleti continuaba insistiendo y su dupla francesa aparecería en el minuto 61' en una contra: tras un pase espectacular de Antoine Griezmann, Gameiro dispararía ante la oposición de un defensa pero el balón se estrellaba en el lateral de la red. Cinco minutos después, el propio Gameiro se retiraría del terreno de juego dando entrada a Carrasco. Probablemente se hablará mucho del rendimiento del exsevillista, pero lo cierto es que solo le falta el gol: a diferencia de lo que pasó con Jackson el año anterior, él está encontrando ocasiones y se nota que se entiende con Griezmann o Koke.

De aquí al final hubo una jugada polémica en el área del Atlético en la que los jugadores del PSV reclamaron penalti por mano de Godín, pero el árbitro no pitó nada. Lo cierto es que la acción parecía que tenía más motivos para ser indicada como penalti que el que pitó el árbitro en el primer tiempo. A partir de entonces, el Atlético decidió esperar al PSV en campo propio y salir a la contra cuando fuese posible. Los holandeses llegaban a la frontal pero no encontraban situaciones de gol salvo algún remate de cabeza, mientras que los de Simeone encadenaban alguna posesión larga cuando tenía el balón en la mitad de campo de los locales. La mala noticia llegó en el minuto 88, cuando Tiago, que había entrado en la segunda mitad se rompió. El Atleti consiguió hacer frente a este contratiempo y finalmente hacerse con la victoria. Un triunfo que no destaca por su brillantez pero sí por el trabajo hecho por el equipo. Este partido era clave para estar en la siguiente ronda y Simeone bien lo sabía.