Vuelve el Atleti, vuelve la Champions, vuelve Oblak y, con él, se reabre el debate por quién debe ser el portero titular del conjunto rojiblanco. El guardameta esloveno ha vuelto a entrar en una convocatoria dos meses después de lesionarse de su hombro izquierdo en El Madrigal. Entonces, se estimaba que Jan estuviera tres meses fuera de los terrenos de juego, pero el portero ha acortado plazos de recuperación y reaparecido en los entrenamientos del equipo dos semanas antes de lo esperado.

Buenísima noticia para los rojiblancos, quizá no tan buen para su compañero Miguel Ángel Moyá, que pasó a primera línea con la lesión de Oblak y ahora ve peligrar su puesto bajo palos. Motivos tiene para ello. Solo al principio de la convivencia de ambos porteros Moyá jugó por delante de Oblak y lo hizo hasta que se lesionó, precisamente, contra el Bayer Leverkusen, entrando el esloveno en su lugar. Desde aquella sustitución obligada, solo las lesiones han podido arrebatar el puesto de guardameta titular a Jan Oblak, quedándose el balear en un segundo plano siempre que los dos han estado disponibles.

Simeone tendrá que elegir entre Oblak y Moyá para afrontar la fase final de la presente temporada, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Elegir a uno de los dos es cómo escoger a papá antes que a mamá, o viceversa, es tomar una decisión en la que, hagas lo que hagas, sabes que una de las partes va a salir malparada.

Ambos quieren jugarlo todo, ambos quieren ser titulares y ambos tendrán que volver a competir por ese preciado puesto en el once inicial colchonero. Ya no hay sitio para errores, para indecisiones ni para meteduras de pata, porque un simple fallo puede condenar al banquillo al que lo cometa. La competitividad es máxima entre dos porteros que siempre han dado la talla cuando les ha llegado la oportunidad de demostrarlo. Cada uno a su manera.

Oblak ha recibido 0,71 goles por encuentro y Moyá 0,99

Moyá asumiendo sin rechistar el rol que le ha tocado desempeñar en cada momento, aunque haya sido el de actor secundario en más de una ocasión, y respondiendo a la perfección en cada minuto disputado, habiendo demostrado ser un verdadero profesional. Y, en el otro lado, Oblak, acostumbrado a los focos que recibe el actor protagonista y siendo la envidia de media Europa con paradas imposibles que valen victorias, puntos e, incluso, títulos.

Difícil decidir, difícil decantarse, eso sí, los números, que tanto se miran en el mundo del fútbol, sonríen al portero esloveno: Oblak ha encajado esta temporada 15 goles en 21 partidos disputados, dejando la portería a cero en 11 ocasiones; mientras que Moyá ha recibido 14 goles en 15 partidos desde que recuperó la titularidad, dejando la portería a cero en siete ocasiones.

Sea como sea, Diego Pablo Simeone aún no ha dado pistas sobre quién será titular en el encuentro de ida de los octavos de final frente al Bayer Leverkusen y habrá que esperar a la alineación oficial para descubrir la incógnita rojiblanca. El elegido saldrá reforzado de la situación y el damnificado tendrá que despedirse de competir en partidos oficiales ahora que los rojiblancos no están en la Copa, puesto que en el Atleti no se rota entre la Liga y la Champions. Uno volverá a subir al escenario, el otro se quedará mirando desde el patio de butacas. Solo cuando la función comience se sabrá qué papel interpretará cada uno.

La pregunta es evidente e indescifrable: ¿Voto de confianza a Moyá o retomar la normalidad con Oblak? ¿Moyá u Oblak? ¿Papá o mamá?