Va llegando la hora en la que los jugadores ‘top’ tienen que ir dando el paso adelante. Con el equipo en cuartos de la Champions y aún tratando de no descolgarse por completo de la lucha por la Liga, en el Atleti está claro que hay una serie de jugadores que no bajan los brazos y se niegan a rendirse.
Si hablamos de ese tipo de jugadores en el Atleti, a todos nos suelen venir a la cabeza los mismos, los de siempre: Griezmann, Koke, Gabi, Filipe Luís, Diego Godín… Pero si pensamos en el tramo final del año pasado hay que añadir en el carro a un jugador nuevo, un chaval descarado que con los focos siempre rinde a buen nivel y en los momentos clave no suele esconderse. En efecto, hablamos de Saúl Ñiguez.
Si nos remontamos a la temporada pasada, nos damos cuenta de que llevamos mucho tiempo hablando de un chico que ahora tiene solo 22 años y en un año ha pasado de estar cedido en el Rayo a ser indiscutible para todos los aficionados. A comienzos del año pasado estaba más tiempo en el banquillo que pisando el verde, hasta que se hartó y empezó a dejar detalles en cada encuentro, detalles que obligaron a Simeone a tener que buscarle más minutos y un hueco en el once titular. Llegó al final del año como una moto, con el apoyo completo del Calderón y siendo una opción real para Del Bosque a la hora de la convocatoria final para ir a la Eurocopa de Francia.
Para mucha gente el mejor momento de Saúl se produjo en la ida de semifinales de Champions ante el Bayern, con un gol a la altura de los ‘tocados’ por una varita mágica: arranca con el cuero cosido en el centro del campo, en la primera arrancada deja atrás el envite de Thiago, le salen Bernat y Alonso y con un sutil toque apoyándose en su cadera de funambulista, los dejaba atrás. Ambos casi en el suelo. El siguiente era Alaba, pero lejos de quedarse sin ideas siguió hacia delante. Frenaba levemente la carrera y hacía una pequeña bicicleta para desequilibrar ligeramente al austriaco. Tras esa acción se le quedaba un mini hueco en la derecha de Neuer para tirar, y eso hizo. El tiro fue directo a portería, sorprendió al meta alemán y 'llorando' se metió en la portería. El gol, fue el gol, el único del partido, un tanto vital para que el Atleti pasase a la final .
Este mismo año ya ha decidido otros partidos con goles y ha dado puntos, pero ahora a esas revoluciones se le piden que vayan más allá. Este año ya ha superado los 40 encuentros, con casi 3.000 minutos, y lleva 5 goles, cifra que debe subir poco a poco conforme avanza ese final de temporada.
Más allá de la seguridad de Oblak atrás, la contundencia de la zaga, la creatividad de Koke o los goles de Antoine, el que hace algo diferente es el ‘8’ del Atleti, el que debe seguir derribando barreras y tirando pronósticos sobre su futuro.