Por regla general, los resultados de los encuentros de pretemporada son poco más que una anécdota. Así debe verse tanto cuando se logra una goleada abultada como cuando no se cumplen las expectativas lógicas en relación a la diferencia de calidad entre uno y otro equipo que suele ser habitual en este tipo de encuentros. Eso le ocurrió este miércoles al Cádiz CF, de Segunda División, que tuvo que sudar tinta para lograr un empate ante el Mar Menor, que milita dos categorías más abajo. Los amarillos no solo no estuvieron nada cerca de ganar, sino que tuvieron que neutralizar un resultado adverso de dos tantos que se le presentó hasta en dos ocasiones. Aún con ello, hay conclusiones positivas que sacar y, sobre todo, un partido más que sirve para coger ritmo de cara a la nueva temporada, el cuarto de esta guisa tras las victorias ante Barbate y Sanluqueño y la derrota ante el Levante.

Sorpresa en la primera mitad

Álvaro Cervera alineó a un equipo de circunstancias y que raramente podría verse en un encuentro de competición. El meta del filial Álex Lázaro ocupaba la portería, flanqueado por Tomás en la izquierda y por Nico Hidalgo, lateral esta vez, en la derecha, con Servando y Mauro como centrales, los dos únicos con los que ha podido contar el técnico en este inicio de preparación tras la marcha de Aridane y la tardía incorporación de Sankaré. En la medular, José Mari acompañaba a uno de los más destacados en los primeros partidos, Eddy Silvestre, que sigue intentando convencer al cuerpo técnico de que es válido para este equipo. Moha Traoré en la derecha y Álvaro García intentaron llevar la mordiente y verticalidad por los costados, aunque solo este último realmente lo consiguió, mientras que Rubén Cruz y Barral quedaban encomendados a la tarea del gol.

De cualquier forma, el encuentro no pudo comenzar peor para los intereses de los jugadores cadistas, que lucieron esta vez con la equipación rosa. En menos de media hora veían como el marcador se les ponía en contra con dos goles de diferencia, a pesar de que lograban llegar con peligro al área rival, donde el meta local Juanjo se impuso con una admirable autoridad, realizando intervenciones de mucho mérito. Su homólogo, Álex Lázaro, no podía evitar que el excadista Belencoso hiciese el primer tanto de la tarde a los 17 minutos, y mucho menos aún salvar una desafortunada acción, llena de rechaces, y que terminaba con el central cadista Marcos Mauro alojando el cuero en su propia portería para poner el 2-0 para el Mar Menor. 

Se presentaba por tanto un escenario difícilmente imaginable, para un Cádiz que aunque le estaba resultando complicado elaborar fútbol, no estaba haciendo mal partido en realidad. Faltaba frescura y Álvaro García fue el encargado de disponerla tras la media hora de juego, cogiendo un cuero suelto en el centro del campo para, con una sencilla cabalgada, marcharse en velocidad de toda la defensa murciana y sortear después la salida del portero para finalmente llevar el esférico al fondo de las mallas. Una oportunidad de oro para reengancharse a la pelea por el partido que sin embargo, se iba a desaprovechar. El Cádiz seguía atacando y teniendo ocasiones claras, sobre todo un tiro de Barral a quemarropa que sacaba la defensa, mientras que al Mar Menor le bastaba con una llegada para hacer un gol más, con una falta muy bien ejecutada y que Ramón cabeceaba a la perfección para poner el 3-1 justo antes del descanso.

Segunda parte de reacción en la que faltó poner la guinda

Con el inicio de la segunda parte, Cervera decidía cambiar a casi la mitad del equipo, y lo cierto es que las permutas sentaron bien. Especialmente salió ganando la banda derecha, donde Carpio en el lateral dio mucha seguridad a la zona defensiva y formaba una buena asociación con Imaz por delante suya. El otro costado también era renovado con Brian Oliván y el ingreso de Alberto Perea en la mediapunta dio más claridad de ideas en los últimos metros y ocasiones a balón parado merced al talento del albaceteño. Por último, David Gil sustituía a Lázaro en la meta y Romera a Barral en la punta de lanza, además de otros jugadores como Garrido, Quintana o el canterano David León.

Pronto se iba a notar el reajuste del técnico y a los diez minutos de la reanudación se lograba recortar distancias con una buena jugada entre Carpio e Imaz por la derecha, y el centro del ex del UCAM lo remataba al fondo de la red Alberto Perea. Los tres acababan de entrar y los tres volvían a meter al Cádiz en el partido. No fue suficiente contribución para el albaceteño, que poco después puso a prueba a Juanjo con un libre directo pero el meta frenó la ocasión. El lateral salmantino también dejó buenas sensaciones y por poco un centro suyo no se convierte en la asistencia del empate, pero Romera no lograba llegar al remate en óptimas condiciones.

Para entonces, el encuentro ya estaba empatado porque en el minuto 62 Marcos Mauro se sacaba la espina del autogol del primer tiempo rematando a la red, esta vez en la portería contraria. Perea sacaba el córner y Garrido intentaba el remate en primera instancia, pero finalmente era el argentino quien, en su segundo remate, anotaba el 3-3 que ya sería definitivo. Porque el Cádiz seguiría intentándolo en la recta final pero ya no quedaría más pólvora y el pitido final decretaba un empate final a tres tantos.