Hubo una época, hace no muchos años, en la que el CD Tenerife era uno de las entidades deportivas más significativas del panorama nacional. Decenas de fichajes internacionales, una afición fiel y una historia como pocas en España servían de aval para un club que en aquel entonces se codeaba con los grandes del fútbol mundial.

Hubo un tiempo en el que el conjunto chicharrero se mencionaba en cualquier tertulia deportiva que se preciara, en cualquier coloquio futbolístico que estuviese relacionado con el deporte rey en nuestro país. Para bien o para mal, el Tenerife era uno de los grandes, y como tal se le respetaba. Después de dos descensos dramáticos seguidos que provocaron una sensación de hundimiento entre los fieles al representativo, algo ha cambiado en el equipo blanquiazul. Ya se pudo comprobar la pasada campaña, en la que se realizó una temporada histórica en lo deportivo y una gestión brillante por parte de los directivos del "Tete", un año de éxitos que reforzaron, más si cabe, al tinerfeñismo.

Para sorpresa de muchos, resulta más que curiosa la manera en la que se ha levantado el club después del varapalo de Getafe; magnífica asistencia al Heliodoro Rodríguez López en el primer partido de liga contra el Real Zaragoza, buenas cifras de abonados, fichajes que ilusionan, etc. ¿Se encuentra el Tenerife ante una nueva oportunidad de ascenso a Primera División? Es pronto  para afirmarlo, pero a nadie se le escapa que las sensaciones son muy buenas entre los fieles al conjunto insular, y esto influye en la parcela competitiva.

De momento, los de José Luis Martí deberán afrontar tres partidos seguidos como visitante (FC Barcelona B, Real Valladolid y Rayo Vallecano -en Copa del Rey-) para volver a su feudo, uno de los estadios más antiguos de España.