Un punto que sabe a poco

El Celta de Vigo empató ante el Getafe a pesar de la ventaja inicial que les proporcionó el gol de Maxi. Los visitantes lograron el empate en los últimos minutos, gracias al tanto de Ángel.

Un punto que sabe a poco
La cara de los aficionados reflejada en la del recogepelotas. | Foto: LaLiga
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Por David Sesar Casal

Las dudas sobre el juego del Celta se agrandan tras un nuevo tropiezo liguero. Los celestes han acabado empatando un partido que tenían ganado, dejando una sensación un tanto agridulce. Tras la derrota frente al Espanyol, la necesidad de sumar era primordial para Unzué, que empieza a verse cuestionado a finales de septiembre. Obligado a hacer rotaciones por la excesiva carga de partidos, sigue sin dar con la tecla en la zaga. Los errores defensivos volvieron a condenar a un equipo que vio como en el minuto 85 su ventaja era echada por tierra. Por su parte, el Getafe suma un nuevo punto en un campo siempre difícil como lo es el de Balaídos.

Dominio celeste en los primeros 45 minutos

Con una alineación marcada por las rotaciones, Juan Carlos Unzué dio descanso a Cabral, Lobotka y a Daniel Wass. En su lugar entraron Sergi Gómez, Tucu Hernández y Brais Méndez. Este último hacía su debut con el primer equipo, haciendo un partido más que correcto. Como si llevara toda su vida jugando con los mayores, el canterano monopolizó las jugadas a balón parado, haciendo gala de su gran zurda. Disfrutó de sesenta minutos en los que no dejó indiferente a nadie.

En lo que respecta a los madrileños, su once fue muy similar al de la pasada jornada. Con la única salvedad de Portillo, que debido a la lesión de Shibasaki pudo presenciar desde el medio del campo el minuto de silencio en recuerdo del ex-futbolista celeste Tucho de la Torre.

En cuanto al espectáculo en sí, el esférico tuvo un único dominador. Tal y como viene siendo habitual, los locales quisieron hacerse con la posesión de la pelota. Pero rompiendo con la dinámica que se venía estableciendo, los pases se sucedieron unos cuantos metros más adelante de lo habitual. Este hecho permitió al Celta asediar desde un primer momento a la zaga azulona, que se vio sobrepasada por las continuas llegadas celtiñas. Así aparecería la primera ocasión, protagonizada por Brais, quien tardó demasiado en armar el disparo y permitió a Djené taponar un remate muy peligroso. El central africano recibiría instantes más tarde la primera tarjeta del encuentro.

Poco después llegaría el primer tanto de la noche, tras uno de los múltiples centros de Hugo Mallo. El capitán celeste se anticipaba a su marca lo justo para ponerle el balón a Maxi Gómez, que nunca perdona. El remate raso del delantero se colaba en la portería de Guaita. Cuatro goles en cinco jornadas que lo abalan como uno de los fichajes más rentables de la temporada. Y es que no hay balón perdido al que no llegue el uruguayo, que recientemente ha recibido la llamada de la selección absoluta. Sin duda se ha ganado a su nueva afición y ha hecho olvidar a Guidetti, que todavía no se ha recuperado de su lesión.

Maxi Gómez y su idilio con Balaídos | Foto: RC Celta.
Maxi Gómez y su idilio con Balaídos | Foto: RC Celta.

Después del gol, más de lo mismo. El Getafe se refugió en el contraataque como única arma ofensiva. Mientras tanto, el Celta se aseguró el control del balón, adormeciendo el juego. Por ello, la existencia de oportunidades fue prácticamente inexistente. Hasta el descanso, se vio a un Aspas muy activo e insistente, al igual que Brais, que tuvo en sus botas las pocas opciones de anotar el segundo. Uno a cero y descanso.

Un segundo acto en el que pudo pasar de todo

Tras la reanudación se vio a un Getafe muy distinto. Aunque cedía el esférico a su rival, insistió más en la presión y en salir rápido con el balón. Con Amath buscando las espaldas de los centrales, la balanza de las ocasiones se inclinaba hacia el lado visitante. Sin embargo, los gallegos controlaban las llegadas que se producían.

Hasta que llegaron las sustituciones en el banquillo de Bordalás. El técnico acertó de lleno metiendo en el campo a Ángel y a Álvaro Jiménez, que serían protagonistas en el segundo gol del enfrentamiento. Se notó la frescura de los centrocampistas, que le dieron un notable empujón a los suyos.

Rondando la hora de partido aparecería Sergio Álvarez, que desbarataba la mejor ocasión de los madrileños tras una gran parada a disparo de Amath. El de Catoira seguiría activo durante el resto del partido, pues el Gatfe se siguió volcando. A pesar del agobio azulón, el Celta gozó también de sus oportunidades y la entrada de Emre Mor supuso un plus en el ataque. Con una envidiable, y endiablada, velocidad, le dio trabajo a un Djené que estuvo impecable en la defensa.

En la recta final del partido, pocos se esperaban un cambio en el marcador. Pero nunca se sabe con la fragilidad defensiva de los celestes. Tras un centro de Jiménez que se paseó por el área sin que Fontás, Jonny y el guardameta acertaran a despejar, Ángel no desaprovechó el regalo y puso el empate en el minuto 85. 

De nada valieron las réplicas finales del Celta, que visitará Ipurúa el próximo domingo. Con mucho aún por mejorar, los de Unzué empiezan a sentir la presión en la nuca. Cuatro puntos son muy pocos para unos futbolistas que son capaces de mucho más. A pesar de todo, no debemos olvidar que hace un año este grupo nos hizo soñar con Solna.