Después de un inicio de temporada dubitativo por el meta de los cityzens, llega uno de los primeros partidos clave de la campaña. Tras disputar 75 partidos defendiendo los azulgrana, hoy vuelve al césped de los culés pero con la camiseta visitante.
Claudio Bravo llegó a Barcelona en el mercado de verano a petición expresa de Luís Enrique. El técnico asturiano no tenía confianza plena en Ter Stegen y quiso incorporar un portero con experiencia en la liga española. Durante sus dos temporadas en el Barça el chileno fue el portero de la competición doméstica, mientras que el alemán lo era para la Champions y la Copa del Rey.
Asimismo, Bravo fue una de las piezas claves para el triunfo de las dos Ligas que ha disputado con los culés. Sorprendentemente también disputo los dos partidos del Mundial de Clubes, a pesar que el Barça disputó esta competición como ganador del continente europeo. Finalmente el chileno hizo su último favor en can Barça disputando la Supercopa de España de esta temporada. Con Ter Stegen lesionado, Bravo defendió la portería a pesar que su destino hacia el Manchester City ya era evidente.
La disputa por la titularidad entre Bravo y Ter Stegen solo pudo durar dos temporadas. Ambos porteros querían jugar todas las competiciones. De esta forma entre Luís Enrique y la dirección técnica tuvieron que hacer una apuesta por uno de los arqueros. Al final, la juventud del alemán y su largo camino que puede hacer en el Barça fue de gran importancia.
El chileno fichó este verano por el Manchester City por 18 millones de euros más dos de variables. El portero, que encaja perfectamente con la idea de juego de Pep Guardiola, se ha hecho con la titularidad. Joe Hart, el meta de los cityzens hasta la temporada pasada, dejó el club con destino a Torino en verse relegado del once titular.