Todos sabemos de las habilidades de Gerard Deulofeu cuando pisa el césped para jugar el fútbol, pero es cierto que últimamente no estaba en su mejor versión. La pasada jornada liguera frente al Atlético de Madrid y esta jornada de Champions frente a Olimpiakos han servido como despegue final para el futbolista catalán de cara a afianzarse al modelo culé y al ADN Barça.
Bien es cierto que en el debut del conjunto de Valverde en el Wanda Metropolitano no fue titular en detrimento de André Gomes, pero lo que jugó cumplió y revolucionó el partido. Fijó a Filipe Luis y abrió muchos huecos en banda derecha. Hoy, titular en el tridente, si es que ya se le puede llamar así porque el nuevo estilo Barça es liberar a Messi, fijar un jugador en punta como es Suárez, y otro en la derecha como en este caso ha sido Deulofeu, y dejar carril libre para el lateral zurdo o incluso alguna llegada de Iniesta.
Ante el Olympiakos ha sido el día de Deulofeu. Ha encarado, regateado y casi todo le ha salido bien. Suyo fue el pase que sirvió para que el rival se anotase en propia el primer gol de la noche. Estuvo muy activo en el ataque y se compenetró a la perfección con el lateral Sergi Roberto. La lástima fue que Gerard fue el castigado por la expulsión de su tocayo Piqué. Una doble amarilla en el primer tiempo hacía que el Barça tuviera que afrontar el resto del choque con uno menos por lo que Valverde decidió dar salida a un central como es Mascherano y perder un hombre en el ataque como es Deulofeu. Si llega a jugar todo el partido, hubiera sido un encuentro a recordar para el extremo catalán.
Deulofeu está en la dinámica y ya le tiene cogido el truco a jugar en el Barça. De seguir así, no cabe ninguna duda de que pasará a la primera posición para sustituir a Dembele. Cuando llegue el francés, todo se verá, pero hasta ahora y desde ahora, Gerard ha presentado su candidatura para ser el extremo derecho del Barça.