Un ejemplo, un trabajo para valorar, unos resultados que alabar, un rendimiento digno de aplausos, así se podría definir al Girona. Un equipo recién ascendido que pocos esperaban que fuese a resaltar, pero que se ha ganado el reconocimiento del mundo del fútbol tras su buena primera temporada después del ascenso. Un conjunto que ha dado una lección a todos los equipos que llevan años formando parte de la Primera División, en donde ha conseguido impresionar a los más grandes y soñar con cosas que era impensables.
Escalando hacia Europa
Lo que ha conseguido el técnico Pablo Machín con el equipo gironés no está al alcance de todos. Una plantilla limitada, sin comparación con los grandes equipos de la Liga, con muchos menos recursos, pero con un alma y un aliento que supera todo eso. El entrenador ha conseguido formar un Girona fuerte, con ganas e ilusión, sin darse por vencido ante cualquier equipo, y así lo han ido demostrando jornada tras jornada durante esta temporada.
Situarse en la octava plaza de la tabla de clasificación en la primera temporada en la máxima categoría no puede denominarse suerte, sino más bien mérito. De menos a más, ha conseguido dejar por abajo a equipos como la Real Sociedad, el Celta o el Athletic. Justo por encima, está colocado un Eibar, que con un punto más está en puestos que aspiran a Europa. Ese sueño que está rozando el conjunto catalán es la motivación para poder firmar una segunda vuelta al nivel de la primera, dejando así una huella aún más grande.
Dominando a los más grandes
Su paso está volviendo locos a los rivales más fuertes. Saben que el Girona puede hacer año, pues lo han podido comprobar en la primera vuelta, en la que equipos como Real Madrid, Atleti o el propio Barça sufrieron en el duelo ante los gironeses. Un dato destacable es que se sitúa en el equipo menos derrotado como visitante tras estos tres conjuntos.
El primer gran reto tuvo lugar en casa, en Montilivi. Los colchoneros visitaban la comunidad catalana donde tan solo lograban sacar un punto (2-2). Esta primera jornada le sirvió a los de Pablo Machín para coger impulso, empezando la temporada con buen pie y, además, repitiendo ese empate en el comienzo de la segunda vuelta. Ante el Real Madrid, sumaron los tres puntos con dos goles a favor y uno en contra, de nuevo enfrentándose en casa. El Barça fue el peor resultado de estos tres grandes, que terminó con tres goles en contra, dos en propia puerta y uno de Suárez, que dejaba sin opciones al Girona a pesar de haberle plantado cara a los culés.
Stuani y Portu, arma letal del Girona
Ambos jugadores se sitúan como máximos goleadores del conjunto catalán. Juntos forman una sociedad que ya suma 22 goles esta temporada de los 33 que lleva el equipo, siendo 13 del uruguayo y 9 del murciano.
Stuani llegó al Girona en verano de 2016, por lo que ha podido vivir uno de los mejores momentos de su carrera y de la historia del conjunto de Pablo Machín, el ascenso a Primera. Además, el delantero se ha convertido en un indiscutible, siendo determinante en muchas ocasiones. Portu también llegó el mismo verano que su compañero, creando una dupla perfecta. El centrocampista es el que más minutos ha jugado de la plantilla, algo que ha sido clave para fomentar su entendimiento con el uruguayo.
¿Cómo llega el Girona?
Los últimos resultados fuera de casa no invitan a pensar con optimismo al próximo rival del Barcelona. Tendrán que visitar el feudo blaugrana, donde buscarán la victoria, pues llevan sin ganar como visitantes desde diciembre (ante el Espanyol), firmando posteriormente tres derrotas y un empate.
“Iremos al Camp Nou con todas nuestras armas”, apuntaba Pablo Machín
En Montilivi, la historia es diferente. Quizás sentirse como en casa es un factor determinante para el Girona, que ha sumado los tres puntos en los últimos cuatro partidos, sin perder aún como local en este año 2018. No obstante, Pablo Machín necesita crear estabilidad tanto fuera como dentro si quiere seguir ilusionándose con los puestos europeos. Para ello, el Camp Nou será un muro que batir.