Parece que aquella pareja de mediocentros formada por Borja y Mosquera se remite muy atrás en el tiempo. Tanto han cambiado las cosas en Getafe que esa etapa de astío futbolístico, por parte del colectivo en general es alejado por la mente de todo aficionado lo más lejos posible en el calendario. Pero, este doble pivote que llegó a dar luz al equipo que dirigía Luis García Plaza se remonta tan sólo unos meses atrás. Medhi Lacen y Míchel han cambiado la cara de ese medio del campo azulón y Cosmin Contra, un estilo que facilita la repercusión de éstos en cada choque.
Este sábado uno de esos protagonistas vuelve a pisar el césped del Coliseum. Y lo hace en su mejor momento. Pedro Mosquera se ha convertido en un fijo para Fran Escribá, lo ha jugado todo y es el engranaje que mueve la maquinaria del conjunto ilicitano. En el pasado choque frente al Almería demostró el peligro que conlleva cada jugada cada vez que el balón acaricia la bota del gallego.
Mosquera llegó al Getafe en el la temporada 2010/2011 como una de las perlas del Real Madrid Castilla para competir por el medio junto a Dani Parejo y Derek Boateng. El gallego jugó 14 partidos y no terminó de cuajar en el equipo de Míchel, lo que lo llevó de nuevo al Real Madrid Castilla. Fue el curso pasado, en su vuelta al Coliseum, cuando se consolidó en la Primera División en donde al lado de Borja FF el conjunto azulón obtuvo los mejores resultados, llegando a entrar en posiciones europeas. Curiosamente la etapa de quince encuentros sin vencer coincidió con una racha de lesiones del gallego que le impidió copar de manera asidua el once.
Y precisamente es eso lo que quiere demostrar, esta vez enfundado en la elástica franjiverde, Pedro Mosquera. La afición le guarda un cariño especial, puesto que fue uno de los grandes animadores del equipo para alentar a la grada a salvarse en un año tan complicado como fue el pasado pero esta vez el escenario será diferente. Ya se sabe que dentro del verde, no hay amigos.