El Levante gana sin querer

El Levante se impuso frente al Mirandés en un partido donde los locales se durmieron y el Mirandés aprovechó e hizo pasar un mal trago a los granotas. Roger marcó el gol de la victoria de penalti.

El Levante gana sin querer
El Levante gana sin querer | Imagen: levanteud.com
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Por Raúl González

El Ciutat de València abrió sus puertas para recibir al Mirandés en la trigésimo segunda jornada de campeonato. Los de Muñiz, situados a once puntos de su máximo perseguidor: el Girona, disputaban el partido a sabiendas que el ascenso matemático se lograría en cuestión de pocas jornadas. Por su parte el Mirandés, situado en lo más bajo de la tabla, se sitúa a cinco puntos de la salvación, en la zona de descenso le acompañan Rayo Vallecano (33 ptos.), Almería (32 ptos.) y Mallorca (31 ptos.). La semana de trabajo granota fue orientada de la mano de Muñiz, cara al partido frente a los de Pablo Alfaro para no cometer ningún fallo en la hora de la verdad y sobretodo, no confiarse debido al puesto de los visitantes en liga.

El partido comenzó con el Mirandés defendiendo de una manera ordenada y el Levante sin ver los huecos en la zaga. Los de Orriols se dedicaron a mantener la posesión, rodar el balón por todo el campo y pasarlo por todos los jugadores hasta ver el fallo rival y penetrar hacia portería.

De la mano de Roger llegó la primera ocasión: Toño centró un balón al punto de penalti el cual el pistolero remató con la espuela y envió el balón arriba. Ya con Levante Fans alentando a los suyos, no fue hasta el minuto once de partido cuando llegó el primer gol, este fue ocasionado por un centro raso de Jason, la pelota se paseó por el área pequeña hasta que apareció Chema desde atrás y puso el balón en el fondo de la red. La grada estalló de júbilo y el Levante había cumplido uno de los objetivos de este partido: adelantarse en el marcador lo más pronto posible.

Los minutos siguientes al tanto granota fueron un guión a seguir de lo anterior pero con la diferencia de que el Mirandés ya comenzaba a dar indicios de juego en la medular, pues Ruper y Sangalli principalmente, empezaron a mover el balón para facilitar el juego a los suyos, pero no llegaban a conectar con éxito con Provencio o Guarrotxena las dos referencias en ataque, dando lugar a la aparición de unos soberbios  Róber Pier y Chema quienes mantuvieron firmeza en la zaga. Minutos después de nuevo Roger amenazando el área rival, disparó y apareció Roberto para sacar una mano abajo firme que desvió el balón y mantuvo el 1-0 en el luminoso.

El susto del partido llegó en el minuto 34 de partido, cuando Pedro López chocó en el salto con la cabeza de Usero y el granota cayó desplomado sobre el césped, Usero se recompuso lentamente mientras que el lateral tuvo que ser sacado del terreno de juego desorientado con la ayuda de los médicos y fue sustituido por Saveljich. Cumplido el tiempo reglamentario, el trencilla añadió tres minutos más que no dieron para mucho. Guillermo Cuadra hizo sonar su silbato y señaló el camino a vestuarios con la ligera ventaja granota en el marcador.

A la vuelta de vestuarios, el juego fue bastante regular y el Mirandés seguía sin ver portería. En el minuto 54 de partido, Morales notó un ligero contacto por detrás y cayó en el área y el árbitro señaló la pena máxima. Roberto adivinó la intención de Roger y le detuvo el penalti con una gran estirada bajo a la derecha. En el minuto 66 llegó la igualada en el marcador: Sangalli le ganó la posición a Saveljich y disparó al palo largo de Raúl y éste sólo pudo mirar cómo el balón entraba en la portería.

En los últimos compases de partido, Toño puso un balón largo y Roberto salió a despejar desentendiéndose con su defensa, quienes tocaron el balón y se lo dejaron a Roger quien acechaba la zona pero le robaron el balón y demostró que hoy no tenía su día cara a portería. Cuando el cuarto árbitro sacó el cartelón que indicaba que se añadían cinco minutos al reglamentario, el primer trencilla señaló la pena máxima en una acción que involucró hasta a tres jugadores. Roger esta vez no falló desde los once metros, repitió lado, engañó a Roberto y adelantó a su equipo en la recta final de partido. El tiempo restante dio para un susto más, el Mirandés estrelló el balón en el palo tras un remate a un centro de Carlos. El árbitro señaló el final de partido y la afición ve más cerca que nunca el asenso a la categoría de oro del fútbol español. Un partido donde los granotas se confiaron y lo pagaron caro: un gol visitante inesperado que consiguió el empate y aprovechó el penalti a su favor para llevarse los tres puntos y seguir su camino en solitario, a ser campeón de Segunda División.