Esta vez no hubo acierto con los fichajes

Casi veinte jugadores incorporó el Rayo Vallecano a lo largo de su última temporada en Primera. Varios de ellos se marcharon antes de debutar, mientras que otros vinieron en invierno pero no cuajaron. Pablo Hernández, Diego Llorente, Juan Carlos o Javi Guerra, de lo poco salvable.

Esta vez no hubo acierto con los fichajes
Juan Carlos y Cissé. | Foto: VAVEL / Dani Mullor
ivanhdezglez
Por Iván Hernández

Como cada verano, el Rayo Vallecano se movió con asiduidad por los despachos y los mercados de traspasos, para ir completando una plantilla que contaba con muchas incógnitas a comienzos de verano. La habitual desbandada producida, como cada mes de junio, obligaba a Felipe Miñambres, una vez más, a exprimir las opciones al máximo, y a fiarlo todo al talento y a la incógnita que suponían algunos de los refuerzos.

Felipe Miñambres en sala de prensa | Foto: VAVEL / Mario Magro
Felipe Miñambres en sala de prensa | Foto: VAVEL / Mario Magro

Antes de entrar dejen salir

Acabó el curso 14-15, y once jugadores dejaron de pertenecer al Rayo. Fueron los casos de Alejandro Pozuelo (se fue libre al Genk), Jorge Morcillo (al Almería), Alberto Bueno (Oporto), y de Leo Baptistao y Emiliano Insúa (volvían al Atlético para irse al Villarreal y al Sttutgart, respectivamente), Gaël Kakuta, Abdoulaye, Mohammed Fatau, Javier Aquino, Licá o Cristian Álvarez, que volvían a sus respectivos clubes de origen con la hoja de servicios en el Rayo más o menos completa.

Desde el principio del verano ya se sabía que tres jugadores debían buscarse minutos en otro lado, pues Paco Jémez  no contaba para nada con ellos: Álex Moreno se marchó al Elche cedido, Johan Mojica volvió nuevamente al Valladolid y Diego Aguirre, el jugador fichado hace dos veranos del Toledo, haría lo propio en el Oviedo. Los tres, ante la imposibilidad de tener minutos en Primera, cambiaban la máxima categoría del fútbol español por la Liga Adelante para revertir su situación de cara a un futuro. Estos tres futbolistas tienen contrato con el Rayo para la temporada que viene.

La primera incorporación del verano, además de las ya citadas de Diego Aguirre y Johan Mojica, era Lass Bangoura. El ecuatoguineano regresaba tras un periplo por el Granada. Parecía haber convencido a Paco Jémez de una vez por todas, pero tras dieciséis partidos de Liga y tres más en Copa (dos goles), el irregular extremo diestro abandonaba el conjunto de Vallecas más por desavenencias con Jémez en lo personal que cualquier otra cosa. El Stade de Reims fue su destino, pero diez partidos y un gol después, deberá volver a Vallecas.

En julio llegaron los primeros refuerzos

El primer fichaje ‘real’ del verano fue otro que tampoco ha finalizado la temporada con la franja en su pecho. Se trata de Ousseynou Cissé, el poderoso mediocentro que recalaba en el Rayo a principios de julio, y que en el mercado de invierno se marchaba cedido al Waasland-Beveren de la segunda división belga sin haber debutado en partido oficial con el Rayo. Paco apostó por poner en su lugar a Diego Llorente o a Jozabed antes que al propio Cissé.

Junto a Cissé, a lo largo del mes de julio aterrizaron varios futbolistas más en el club de la Avenida de la Albufera. Chechu Dorado llego procedente del Villarreal para aportar experiencia a la zaga rayista. Tuvo su importancia en el tramo central de la temporada, donde acumuló 14 partidos entre Liga y Copa, sobre todo entrando en las segundas partes. En el final de temporada, sin embargo, fue relegado en ocasiones al papel de quinto central por detrás de Llorente, Zé Castro, Amaya y Crespo. Podría continuar el próximo curso.

Precisamente otro central, Diego Llorente, podría obtener el hipotético galardón de mejor fichaje de la temporada. El defensa cedido por el Real Madrid asumió el reto de fichar por uno de los equipos más comprometidos a la hora de defender y sacar con la pelota, y su valía se ha multiplicado con creces. Rápido al corte, con clase en la salida del balón, poderoso en el juego aéreo, rápido, seguro, polivalente… un sinfín de cualidades ha demostrado Diego a lo largo de sus 33 partidos en Liga (37 en total), en los que anotó dos goles importantes (Real Sociedad y Valencia). Solo se perdió minutos si era necesario. El premio, la convocatoria como ‘meritorio’ con ‘La Roja’. Imposible que continúe en el Rayo.

Diego Llorente en su debut con el Rayo | Foto: VAVEL / Guillermo Gómez
Diego Llorente en su debut con el Rayo | Foto: VAVEL / Guillermo Gómez

La nómina de futbolistas incorporados en julio la completaron Zhang Chengdong, Tiago Dias ‘Bebé’ y Patrick Ebert. El periplo del futbolista chino estuvo cargado de polémica desde su aterrizaje en Vallecas, ya que se aseguraba que venía por un convenio con el patrocinador Qbao y no por sus méritos deportivos. Lo único cierto es que después de tres partidos en la Copa del Rey y uno en la Liga, el Beijing Gouan se hacía con los servicios del internacional chino, el cual demostró, eso sí, ser polivalente y poder en ambas bandas. Así lo demostró especialmente en el partido de Copa ante el Atlético en Vallecas.

Patrick Ebert y Bebé estaban llamados a ser la calidad y la clase diferencial de este equipo. El primero prometía bastante y estaba cumpliendo (diez partidos, un gol) en el primer tramo de temporada pese a sus problemas de indisciplina (cuatro partidos por insultar a un árbitro), pero la temporada se acabó en diciembre, cuando se rompió el tendón de Aquiles en El Madrigal. Bebé, por otra parte, ha dejado destellos de calidad y ha gozado de minutos este curso (34 partidos de Liga, tres de Copa y tres goles), pero también ha dejado la sensación de poder dar más. Su espectacularidad ha levantado en muchas ocasiones a la grada de Vallecas gracias a caños y regates, pero también ha desesperado con pérdidas claras o remates muy desviados. Aun así, en una clasificación con respecto a los otros fichajes, Bebé estaría bien colocado.

El salto cualitativo, al cierre del mercado

Cualquier equipo ya tendría su plantilla cubierta después de este número de incorporaciones, pero las cosas no funcionan así en el Rayo Vallecano. En el mes de agosto, Juan Carlos Martín (Córdoba), Luis Fariña (Deportivo) y Razvan Rat (PAOK) eran las nuevas caras en la Ciudad Deportiva Fundación Rayo Vallecano.

El arquero, canterano del Rayo, ha terminado alzándose con la titularidad en una temporada en la que la irregularidad ha campado a sus anchas por la portería rayista. La lesión de Toño, que partía como favorito para Paco, ha permitido a Juan Carlos disputar 19 partidos en Liga. El canterano del Rayo deberá pelear de tú a tú con Toño este verano si finalmente el ex de Racing, Granada o Elche sigue en la disciplina rayista. Este curso ha alternado grandes actuaciones con cantadas que permanecen en el recuerdo de los rayistas.

Menos oportunidades han tenido Luis Fariña y Razvan Rat. El argentino no logró convencer a Paco Jémez, y se convirtió en otro de los hombres que dejaba el club en el mercado invernal. Con un pobre bagaje de 50 minutos repartidos en tres partidos, el bonaerense puso rumbo a Universidad de Chile. El capitán de la selección rumana, Razvan Rat, llegó al Rayo por segunda etapa en tres temporadas para desbancar a Nacho del flanco zurdo, pero las lesiones no han permitido a la parroquia franjirroja disfrutar de la calidad de Razvan. Tras comenzar la Liga como titular, se asentó en el once a base de buenas actuaciones, especialmente en el ámbito ofensivo, pero una lesión en el hombro le apartó de las convocatorias de Jémez hasta el mes de abril. La Eurocopa podría hacerle cambiar de aires.

Pablo Hernández controla un balón | Foto: VAVEL / Juan Ignacio Lechuga
Pablo Hernández controla un balón | Foto: VAVEL / Juan Ignacio Lechuga

El último día del mercado llegó el esperado, y sorprendente, salto de calidad cuasi definitivo para la plantilla rayista, dos de los hombres que más han jugado y rendido este año: Pablo Hernández y Javi Guerra.

Para definir lo que ha sido la temporada del ex del Valencia o Swansea, entre otros, basta con mirar las lágrimas que se le saltaban cuando se consumó el descenso. Porque Pablo Hernández lo ha dado todo por la franja esta temporada, y la comunión con la grada ha sido evidente a base de trabajo y esfuerzo. El jugador internacional por España sabía dónde venía, y ha entendido a la perfección lo que significan el Rayo y Vallecas, y sobre todo, lo que le pedía Paco Jémez. Bien en los costados aportando electricidad al ataque del Rayo o surtiendo de balones a los Javi Guerra, Manucho o Miku, o bien en la media punta, una posición casi nueva para él, siendo esa pausa que necesitaba el equipo o convirtiéndose en un llegador en las segundas jugadas. Después de 27 partidos, 30 en todas las competiciones, y tres goles, el jugador del Al-Arabi catarí ha afirmado que le gustaría seguir un año más.

Otro que se ha vaciado por el Rayo es Javi Guerra. El ariete también llegó en el último momento, pero su racha goleadora, especialmente entre septiembre y diciembre (nueve goles), y en el sprint final (tres más) le valieron al delantero de 34 años para convertirse en el auténtico héroe de un equipo que depende mucho del estado anímico de sus goleadores. Se vio en años anteriores con Bueno o Larrivey, y se ha visto este año desde varias presencias ofensivas como Jozabed, Miku o el propio Guerra. Sus remates al primer toque o su olfato goleador han sido lo que le ha llevado a esa cifra. Se mueve en el área como pocos.

La lesión de Toño trajo a Yoel a Vallecas

La retahíla de incorporaciones al buque rayista no cesa pese a haber empezado la Liga. A mediados de noviembre, una fatídica noticia asolaba el área del Rayo: Toño Martínez, el portero de los milagros, se lesionó la rodilla, y obligaba al Rayo a moverse en busca de un portero para acompañar a Juan Carlos, pues Cobeño arrastraba problemas físicos, y los porteros del ‘B’ y del juvenil. Álex Campos, Alberto ‘Chino’ o Javi Ruiz no gozaban de la confianza del míster para los momentos clave.

Dicho y hecho, el ‘overbooking’ producido en Valencia, con Ryan, Jaume y Diego Alves bajo palos colocó a Yoel en Vallecas. No se volvió a ver la mejor versión del ex del Celta, que en apenas diez partidos encajó 24 goles, diez de ellos en la fatídica visita del Rayo al Bernabéu que acabó con diez goles en el saco y solo nueve hombres en el campo. Su futuro es una incógnita, aunque ahora mismo tiene tres porteros por delante en Valencia y cuatro en el Rayo.

Ni en invierno se dio con la tecla

Con el rumbo del equipo más irregular que nunca, y la nueva desbandada producida a finales de año (Cissé, Lass, Fariña o Zhang), Felipe Miñambres debía volver al mercado. Ese que tan buen resultado había dado en los tiempos de Arbilla, Tamudo, Miku, Rochina, Diego Costa o Armenteros. Sin embargo, esta vez su aportación no ha sido tan relevante.

José Ángel Crespo llegaba para reforzar una zaga que seguía dando quebraderos de cabeza a Paco Jémez. Con Diego Llorente totalmente asentado, Zé Castro muy renqueante de sus problemas físicos, y Amaya y Dorado ofreciendo más incógnitas que seguridades, Crespo parecía cumplir con el perfil de segundo o tercer central que quería Paco. Le costó entrar, pero finalmente se asentó casi más por demérito de los compañeros que por mérito propio. El desplazamiento ocasional de Llorente al medio también le benefició, aunque Jémez no tuvo reparo en poner a Tito de central pese a tener cinco en la plantilla. En sus nueve partidos, la nota para Crespo sería un aprobado justo.

Piti en su presentación como rayista | Foto: VAVEL / Rocío Sánchez
Piti en su presentación como rayista | Foto: VAVEL / Rocío Sánchez

Los otros tres refuerzos invernales apenas han tenido relevancia. Se trata del extremo armenio de ascendencia turca Aras Özbiliz, y de los exjugadores del Granada Manuel Iturra y Piti, este último en su retorno ansiado a Vallecas. Özbiliz apenas pudo demostrar todo lo que se decía de él y su gran calidad, pues se marcha de Vallecas con el triste bagaje de 97 minutos en tres encuentros. Iturra y Piti, peticiones expresas de Jémez, no terminaron de explotar su mejor versión. El extremo gozó de minutos tras su fichaje hasta que una lesión le apartó casi por completo de la dinámica del equipo, mientras que Iturra no logró consolidarse como sustituto de Raúl Baena en la medular junto a Trashorras. Sus buenos partidos ante Sporting, Sevilla o Barça, de lo poco destacable de la aventura del chileno en Vallecas, que claramente fue de más a menos.

Otras temporadas, el papel de los fichajes en el Rayo ha sido fundamental para lograr los objetivos. Jugadores que pasaban un año, desplegaban su mejor fútbol y abandonaban Vallecas completamente revalorizados (Iago Falqué, Saúl, Diego Costa, Michu, Arbilla, Gálvez...). Esta temporada, sin embargo, la aportación de los fichajes ha sido algo deficiente. Quizá sea uno de los motivos por los que el Rayo está en Segunda División.