Penúltima jornada de la primera vuelta, primer partido del año en Vallecas, y sin embargo la vida sigue igual. El Rayo Vallecano afronta un complicado compromiso ya que recibe al Sevilla Atlético en su estadio. A priori, el favorito en el encuentro debería ser el Rayo, más aun jugando en Vallecas, pero la trayectoria negativa del equipo y el buen hacer del filial sevillista convierten este partido en una batalla dura.

El Sevilla Atlético se encuentra actualmente en puestos de ascenso a la Liga Santander. Ocupa la sexta posición, aunque está claro que es una posición ficticia puesto que el Sevilla Atlético nunca podría ascender a la máxima categoría. Los filiales últimamente se han adaptado de maravilla a esta competición (Real Madrid Castilla, Barça B, Villarreal, Málaga…) y el Sevilla no iba a ser una excepción.

Después de 20 partidos, el conjunto dirigido por Diego Martínez, un recién ascendido, está situado en esa cómoda posición. El triunfo de la semana pasada ante el Oviedo por cinco goles a tres define perfectamente lo que es este equipo: atrevimiento, velocidad, descaro, desborde y mucho talento. En su feudo solamente han perdido un partido.

Nombres como Caro, Ivi, David Carmona, Bernardo, Diego González, Borja Lasso, Curro, Aburjania, Carrillo o Yan Brice amenazan el estreno del nuevo césped de Vallecas. Carlos Fernández y Cotán, dos de los mejores jugadores del filial sevillano, están fuera de la convocatoria.

Será una piedra de toque para medir al Rayo en condiciones muy exigentes. Baraja deberá plantear el partido lejos del ‘correcalles’ que tanto gusta al rival, aunque debe hacerlo sin Trashorras que se perderá el partido por sanción. Vallecas vivirá un partido emocionante en el enésimo intento por volver a la mejor versión de sí misma. El Sevilla Atlético no parece el mejor rival para tratar de sobreponerse a los miedos.