Que las aficiones del Rayo Vallecano y el Cádiz llevaban meses esperando esta cita era evidente, ya que estaba marcada en rojo desde que salió el calendario allá por el mes de julio. Tras el 3-0 de la ida a favor de los vallecanos, los andaluces devolvieron la moneda a los hombres de Michel, y vencieron el duelo con un único tanto de Álvaro García mediada la primera mitad y que sirve a los gaditanos para asentarse en la zona alta de la tabla de clasificación. El Rayo Vallecano, por su parte, continúa con su caída libre y ve la salvación a cuatro puntos de distancia.
Sin embargo, el partido dio mucho de sí fuera del terreno de juego, ya que el ambiente y el colorido que pusieron al duelo las hinchadas del Cádiz y el Rayo fue sencillamente espectacular. Ambas aficiones llevan hermanadas varios años y este fin de semana tuvo lugar un nuevo episodio de que el fútbol es mucho más que meter el balón dentro de la portería contraria.
El viernes, 48 horas antes del encuentro, ya llegaban los primeros rayistas a la ciudad gaditana, haciéndose notar desde su llegada. Sin embargo, el grueso de la parroquia franjirroja llegó el sábado por la mañana, y se pudo ver la gran relación que tienen ambas aficiones. Llegados al día del partido, la fiesta comenzó a las 12 de la mañana, con una previa que se alargó hasta instantes antes de que el colegiado pitara el comienzo del duelo.
Durante el partido, medio millar de valientes vallecanos se dejaron la garganta para alentar a los suyos, aunque no sirvió para que sus jugadores se trajeran de vuelta a la capital puntos, que eran muy necesarios viendo la situación del Rayo Vallecano en la clasificación. Durante los 90 minutos, incluso después del pitido final, ambas aficiones mezclaron sus cánticos y quedaron en verse de nuevo dentro de 365 días, aunque seguro que los andaluces desean aplazar ese reencuentro para más adelante, viendo las opciones que tienen de ascender a Primera División.