La Real Sociedad no pudo mantener la buena racha de resultados y perdió su segundo partido en Zubieta ante un gran equipo como el Valencia CF que mostró todo su potencial a pesar de no contar con su máxima artillera, Mari Paz Vilas.
Lo cierto es que la Real Sociedad no pasó demasiados apuros a lo largo de todo el partido pero el centro del campo, la posesión del balón, el control del partido fue desde el minuto uno del conjunto visitante. Esta vez, el mediocampo txuriurdin conformado por Itxaso Uriarte, Chini Pizarro, y las interiores Leyre Fernández y Manuela Lareo se vieron absolutamente desbordadas ante el juego, la presión y el dominio que ejercieron las centrocampistas che.
Presión asfixiante
Desde el pitido inicial se vio cuáles eran las intenciones de las jugadoras de Cristian Toro. Una presión alta, enfocada sobre la salida de balón, dificultó sobremanera la circulación de balón entre las txuriurdin lo que provocaba que la Real Sociedad tuviera que jugar con balones largos, los cuales, eran interceptados por la línea defensiva valencianista sin ningún problema.
Nahikari García no gozó ni de una ocasión de gol. Siempre se mantuvo demasiado lejos de la portería rival
Las donostiarras, sin movimientos alternativos, sin posibilidad de dar continuidad a su juego, se mostraron muy estáticas e, incluso, en algunas ocasiones, demasiado lentas y cansadas a la hora de buscar los apoyos y los desmarques que rompieran dicha presión. El abuso en la conducción de algunas jugadoras txuriurdin propició aún más la presión valencianista y dificultó que las donostiarras pudieran enviar balones en condiciones a una Nahikari García muy lejos de la portería y sola para poder llevar peligro a la portería de Esther Sullastres.
Las dos ocasiones en las que la Real Sociedad rompió con velocidad la línea del centro del campo del Valencia generó cierto peligro en la portería visitante. Las dos oportunidades llegaron por la banda derecha pero los centros de Manuela Lareo, en la primera encontró las piernas de una defensora y, en la segunda, el remate de Leyre Fernández se fue alto y desviado. El Valencia, por su parte, no contó en la primera mitad ninguna ocasión subrayable, ya que sus aproximaciones al área de Mariasun Quiñones fueron en disparos lejanos y centros que no encontraron rematador.
Más madera
Si para algo cambió el sino del partido en la segunda mitad para la Real Sociedad, fue para mal. Con un centro del campo muy cansado de correr tras la pelota, de no tener el control del partido, las che se encontraron sin rival. Destacar que tanto Sara Monforte como la recién incorporada jugadora japonesa Maya Yamamoto, realizaron un partido espectacular y que fueron ellas, además del motor de su equipo, el auténtico diapasón del partido. Hasta que éstas, rotas por le desgaste físico realizado, no dejaron el verde de Zubieta (min 77 y 68 respectivamente), la Real Sociedad no pudo ni tan siquiera arrimarse a las inmediaciones de la portería visitante.
Y no es que el Valencia hiciera demasiado peligro en la portería txuriurdin. Los ataques che terminaban siempre en una muy buena defensa local, una línea que rayó a gran altura en este partido. Paola Soldevila, Itziar Gastearena, Nuria Mendoza y Sandra Ramajo cuajaron un gran partido.
Los cambios hicieron que la Real Sociedad se estirara y buscara con mayor ímpetu la portería visitante
Con la salida de las dos jugadoras que fueron el motor del Valencia y la entrada de oxígeno txuriurdin (Ane Etxezarreta, María Díaz, Leire Baños y Aintzane Encinas) hizo que el centro del campo se equilibrara. Ane se hizo fuerte en su zona y provocó que los balones pudieran llegar en condiciones, sobre todo, a María Díaz, quien realizó alguna internada con peligro por su banda derecha. Esta presión si llevo cierto peligro a la portería de Sullastres pero nada que indicara que la Real pudiera lograr el gol que las adelantara en el marcador.
Cuando el tiempo expiraba, cuando todo el mundo parecía que daba por bueno el punto, un lanzamiento de larga distancia de la ex jugadora de la Real Sociedad Naiara Beristain fue detenido con problemas por Quiñones, quien volvió a detener el segundo lanzamiento che. La mala fortuna hizo que este segundo rechace llegara a la recién incorporada Marta Peiró que no tuvo más que remachar el balón suelto e el área pequeña. Un auténtico jarro de agua fría para las txuriurdin que a pesar de no hacer méritos para llevarse los tres puntos, se tuvo que adecuar a las circunstancias y defender con uñas y dientes el resultado al que podrían haber aspirado. Un error defensivo les privó de conseguirlo.