El Rayo Vallecano es un equipo nuevo desde la llegada de Míchel Sánchez en febrero sustituyendo a un Rubén Baraja que había dejado al equipo en la zona baja de la clasificación en continuo coqueteo con la zona de descenso a Segunda División B. El equipo madrileño ganaba este sábado al Lugo (2-0) antes de visitar El Alcoraz, donde le esperará una Sociedad Deportiva Huesca deseosa de sumar tres valiosas unidades del tirón tras dos semanas sin poder conseguirlo.
Un gol de Javi Guerra desde los once metros y otro de Manucho en la recta final del encuentro para sentenciar a los de Sampedro fueron los dos tantos que le dieron al equipo rayista tres puntos de oro en su casa para firmar cuatro partidos sin perder como locales desde la llegada del nuevo míster. Míchel también ha conseguido recuperar la sonrisa de un vestuario alicaído que a día de hoy se encuentra siete puntos por encima de los puestos de descenso al fútbol de bronce y tiene la zona de promoción de ascenso a la que aspiran los altoargoneses únicamente diez puntos por encima.
Con Míchel en el banquillo el Rayo Vallecano ha jugado los últimos nueve partidos consiguiente quince puntos de veintisiete posibles, unas cifras nada desdeñables y que le harán llegar el próximo lunes uno de mayo a El Alcoraz con un hambre atroz por proseguir con su gran dinámica desde que relevaron al técnico. Este contexto le añadirá complejidad a un encuentro ya de por sí difícil, aunque en esta recta final del campeonato el conjunto oscense sabía que le tocaría disputar una batalla tras otra sin descanso.