Ambiente único. Aroma de playoff en El Collao, que no acogía una cita de lucha por el ascenso a la división de plata desde hace cuatro años. La afición tenía ganas y lo demostró. Casi 5.000 almas, 500 de ellas llegadas desde Cartagena, copaban las gradas del vetusto coliseo alcoyanista y una lluvia de servilletas tiñó de blanco la salida de los futbolistas al césped.

Los blanquiazules vestían una camiseta de apoyo a Tomás Ruso, que permanecerá cinco meses alejado de los terrenos de juego. La baja de los dos centrales titulares del equipo, aunque Mario Fuentes se sentó en el banquillo, obligó a Seligrat a recomponer la línea defensiva y optó por retrasar a Fran Miranda desde el mediocentro al eje de la zaga, formando pareja con Pau Bosch. El hueco que dejó el extremeño en el doble pivote lo ocupó el canterano Ángel. En punta, David Torres recuperó la titularidad de la que gozó Mariano en Cartagena. Los departamentales introdujeron en el once inicial a Moisés, totalmente restablecido de su lesión.

Monólogo sin ocasiones claras

La primera mitad tuvo claro color blanquiazul, pero el dominio territorial no cristalizó en reseñables ocasiones de claro peligro de gol en la meta de Limones. Ángel hizo gala de su osadía que para nada refleja los 19 años que tiene y cargó sobre sus hombros el peso ofensivo del Alcoyano. Suyos fueron los dos primeros intentos del choque. El primero de ellos se fue desviado de la portería de Limones, tras culminar el canterano un centro de Navarro. La siguiente, ya desde mejor posición, la blocó el portero del conjunto cartagenero.

David Torres, ya avanzado el primer acto también probó fortuna pero su disparo con la zurda salió lamiendo el palo. La más clara, tal vez, la tuvo Gato. Tras un saque de esquina, el delantero de Benidorm controló la pelota con el pecho en el segundo palo, recortó y conectó un disparo con pierna izquierda que repelió Limones.

La actividad ofensiva del Cartagena se limitó en la primera mitad a una falta lejana botada directamente a portería por Óscar Ramírez, que llegó hasta la meta de Marc Martínez tras pasar entre una nube de piernas, pero el portero catalán del Alcoyano blocó el cuero. En el primer acto, el conjunto departamental no ocupó bien el espacio y no entendió el juego que exige un terreno de juego de reducidas dimensiones. La amplia mayoría de los desplazamientos se terminaron marchando más allá de los límites del césped. A pesar de todo, la veteranía y la experiencia de los futbolistas albinegros hizo que el Alcoyano no inaugurase el marcador.

Golpes mortales del Cartagena

Bien diferente resultó el segundo acto. Monteagudo hizo reaccionar a los suyos en el receso y sus futbolistas aprendieron bien la lección y la ejecutaron a la perfección. De inicio hicieron gala de una presión más adelantada y organizada. Los espacios quedaron mejor cubiertos y todas las segundas jugadas caían en botas de los futbolistas del Cartagena. Avisó Germán, que se precipitó al finalizar una jugada de ataque posicional muy bien llevada por el conjunto departamental. Quien no perdonó fue Sergio Jiménez en el minuto 54. El mediocentro cabeceó en el segundo palo un saque de esquina e inauguró el marcador y encarriló la eliminatoria para los suyos.

Con más corazón que cabeza trató de reaccionar el conjunto blanquiazul. Seligrat movió, pieza por pieza a sus hombres de ataque. Pero no era el día. Limones y la falta de precisión en el último pase de los futbolistas del Alcoyano negaron al equipo blanquiazul las posibilidades de remontada. Y por si había alguna duda, Jesús Álvaro se encargó de disiparla. El lateral izquierdo, en una incorporación ofensiva, culminó un contraataque de manual y sentenció de manera definitiva la eliminatoria.

No se movió el marcador hasta el final y eso que hubo opciones por ambos bandos. El Alcoyano tiró de orgullo pero no era el día. El Cartagena pudo hacer más sangre al contraataque pero se conformó con su preciado botín. El Alcoyano se queda sin premio tras una sensacional temporada regular y lo volverá a intentar la próxima temporada. El Cartagena accede a las semifinales del playoff de ascenso donde se cruzará con el Barça B, campeón del Grupo III.