El Valencia sigue anclado en sus propios problemas. Uno de ellos, estructural estos últimos años salvo contadas ocasiones, ha sido la defensa. Se acerca el comienzo de Liga y, pese a que algunos se agarran al consuelo de que faltan refuerzos, la defensa sigue siendo una sucesión de despropósitos en cada encuentro. Basta con que haya un jugador con intenciones ofensivas en el equipo contrario para que la jugada acabe en gol, en ocasión clara o en peligro. Una prueba de ello ha sido el partido de hoy ante el Crystal Palace.

El encuentro, que servía de presentación para el conjunto inglés ante su gente, debía haber servido para refrendar las sensaciones algo positivas obtenidas tras el partido ante el Bournemouth. Aquel día, el equipo de Pako Ayestarán desplegó buenos minutos de fútbol a los mandos de Enzo Pérez, Medrán y Javi Fuego, pero la defensa, que dista de ser la que debería para afrontar con garantías esta nueva temporada, no estuvo a la altura.

En el caso de hoy, Pako volvió a formar con Ryan bajo palos, un síntoma más de que el entrenador vasco confía en el australiano para esta temporada. Sin embargo, la portería no es un quebradero de cabeza, sino más bien la línea defensiva. En esta ocasión, los elegidos para contener el ataque Eagle en Selhurst Park eran Cancelo, Aderllan Santos, Lucas Orban y el canterano Lato.

El Valencia da la sensación de que de medio campo hacia arriba no es el que debiera ser, pero poco a poco las piezas van encajando y, a falta de un par de fichajes, los automatismos entre los jugadores pueden ir apareciendo para ser una garantía de cara al inicio de liga. Sin embargo, cuando se juega de medio campo hacia detrás, ni Ryan puede hacer milagros.

A los diez minutos, Lucas Orban, jugador con el que no se cuenta pero que de momento disfruta de minutos, se resbaló para regalar el balón al Crystal Palace. El resultado fue el 1-0, obra de Connor Wickham. El Valencia espabiló, porque, como ya hemos dicho, tiene mimbres para hacerlo. Sin embargo, el enfermo recayó de su letanía, y antes del descanso Joao Cancelo, un futbolista de garantías pero fácilmente influenciable por sus compañeros, cometió un penalti de libro que Ryan encajó tras detener el primer lanzamiento.

Ni el descanso ni la sucesión de cambios evitaron el desastre mayor. Pese a que debutaron Nani y Montoya, y a que un canterano como Eugeni Valderrama pudo anotar un gol, Aderllan Santos tampoco pudo evitar sumarse a la lista negra de la defensa valencianista al cometer una nueva pena máxima para que Jedinak consumara el fracaso de los de Pako Ayestarán. Aún es pretemporada, aún hay tiempo para rectificar, aunque la cuenta atrás cada vez es menor. De momento, la defensa es un caso a resolver por el entrenador, la secretaría técnica y la propia plantilla.