Se estrenaba por aquel entonces el técnico italiano Cesare Prandelli como entrenador del conjunto valencianista en Mestalla, tras haber ganado en su debut por 1-2 al Sporting de Gijón. Comenzó el encuentro con el FC Barcelona abriendo el marcador con polémica. Messi remató con un tiro raso y potente imparable para un Diego Alves que argumentaba que Luis Suárez le había tapado la visión. Y Lucho estaba en fuera de juego. Los locales pedían acción antirreglamentaria y el equipo azulgrana no veía intención del uruguayo. 0-1 y parecía que el partido sería bastante relajado para los azulgranas.
Salía valiente al terreno de juego en el segundo acto el equipo local, sin el miedo a poder ser goleado. Munir entraba en el descanso por Montoya, y le cambiaba la cara a su equipo. A los siete minutos de la reanudación llegaba el gol del exbarcelonista con un disparo de exterior imparable para Ter Stegen. Cuatro minutos más tarde, fruto de la inercia y de la pasividad catalana, llegó el segundo tanto del Valencia. Pase filtrado de Nani y Rodrigo de volea en semifallo batía al meta alemán. 2-1 y Mestalla se venía abajo.
Pero la reacción de los de Luis Enrique no se haría esperar. Seis minutos después y tras un saque de esquina cabeceado por Rakitic, Luis Suárez fusilaba al meta Diego Alves para poner las tablas. A partir de ahí el conjunto visitante iba a buscar con más ahínco el gol de la victoria, mientras el equipo balnquinegro esperaría su oportunidad en un despiste culé.
Pasaban los minutos y cuando parecía que el empate sería el gran protagonista del choque llegó la jugada decisiva del partido. Penalti de Abdennour (que estaba siendo el mejor del Valencia en el segundo acto) sobre Luis Suárez y Messi transformaba la pena máxima en el último minuto. Jarro de agua fría para un equipo que había hecho méritos suficientes como para no acabar derrotado ante un FC Barcelona que tuvo que sufrir en cantidades industriales para llevarse la victoria.
En el recuerdo de ese día quedará la lesión de Iniesta, en la que Enzo Pérez participó de manera involuntaria, y donde el colegiado ni siquiera señaló falta. Estará presente el gol en fuera de juego que anotó Messi y que comenzó a caldear el ambiente local. Y un penalti en el último minuto, que unido a la celebración algo descarada de los jugadores azulgranas, encendió la mecha de una grada de Mestalla en la que un chaval lanzó una botella de plástico a los jugadores visitantes. Un partido que tuvo de todo, pero que debe servir como espejo para poder competir el próximo domingo en el Camp Nou.