Después del parón de selecciones, la competición doméstica vuelve para los valencianistas con un reencuentro con un viejo conocido, Quique Sánchez Flores. El que fuera jugador y entrenador ché sigue fiel a su filosofía: disciplina táctica, rigor defensivo, líneas replegadas y ataques a la contra.
A pesar de cumplir con los objetivos en la anterior campaña, esta temporada le está resultando complicado progresar en el rendimiento de su equipo. A modo de entender un poco mejor estos motivos, podemos analizar a los jugadores “pericos” de los que dispone el técnico madrileño.
Como es sabido por todo valencianista que recuerde la etapa de Quique en Mestalla, los puntos fuertes de sus equipos se instalan en la parcela defensiva. Por eso mismo, uno de sus jugadores más destacados es el cancerbero, Pau López.
El joven guardameta de 22 años ha vuelto de la cesión en el Tottenham Hotspur (del ex entrenador espanyolista, Mauricio Pochettino) y ha sabido aprovechar la lesión del veterano Diego López para hacerse con el puesto fijo. Portero de 1,89 m, ha encajado 13 goles, atrapado nueve esféricos, recuperado 105, interceptado 11 centros y despejando tres veces de puños en cinco salidas por alto. De esta manera, se confirma su gran estado de forma y la seguridad que está ofreciendo y por ello, el Espanyol, ya se ha puesto en contacto con él para renovarle.
Por otro lado, en cuanto a la línea defensiva, sus principales pilares son el central (centrocampista reconvertido) Diego López y el prometedor lateral izquierdo Aarón Martín. Tanto uno como otro han disputado los 990 minutos hasta la fecha y casualmente, ambos llegan apercibidos con cuatro tarjetas amarillas. Muy destacable e interesante está siendo la progresión del carrilero zurdo, el cual está siendo el titular para Albert Celades en la Selección Sub-21, por delante de Toni Lato.
Subiendo líneas, se espera que el medio del campo que se enfrente al equipo de Marcelino sea el que viene siendo titular para Sánchez Flores. Este sería el formado por Javi Fuego y Sergi Darder (quien se ha hecho con la titularidad tras llegar en verano) como doble pivote y una línea de tres formada por Piatti a la izquierda, Jurado al centro y Baptistão (tres goles) a la derecha. Estas dos bandas actúan prácticamente como segundos delanteros, siendo los encargados de conectar con la delantera, monopolizada por Gerard Moreno (cuatro goles).
Precisamente, el apartado ofensivo es el que más dolores de cabeza está provocando en el equipo de los “periquitos”. Tan solo nueve goles han conseguido marcar en lo que llevamos de campeonato. El atasco goleador ha supuesto que el Espanyol sea el quinto menos goleador de LaLiga, presentando una efectividad del 9,1% -nueve goles en 98 disparos-. Datos que contrastan con los números del Valencia: 30 goles en 105 disparos para una efectividad del 28,57%.
Sin embargo, esta sequía goleadora y la tendencia a cerrarse en exceso, no debe llevar a los valencianistas a pecar de confianza. En su estadio se ha fortificado un auténtico fortín: tres victorias, un empate y una derrota para un balance de siete goles a favor y tres en contra.
Por lo tanto, los de Marcelino deberán ofrecer su mejor versión y mantener la concentración al máximo para volver a llevarse los tres puntos en un estadio en el que, históricamente, se ha experimentado luces y sombras: tres victorias, dos empates y tres derrotas.