16 partidos. Esos son los partidos que llevaba el Real Madrid ganando seguidos, ahí es poco. Pero entonces, llegó el Villarreal al Bernabéu. El Submarino, que llegaba encubierto por un verano convulso y la eliminación de Champions, pero que todavía sigue invicto en la Liga Santander. El Real Madrid estaba pensando ya en superar un récord: el de 17 victorias seguidas, y superar así al FC Barcelona de la temporada 2010-11 entrenado por Guardiola que también enlazó 16 victorias seguidas. De momento, el récord se queda estancado en ese número, y una vez más José Ángel estaba en el equipo encargado de romper ese récord.
El lateral izquierdo jugaba en el Sporting de Gijón cuando dejó en 16 las victorias seguidas de un Barça que arrasaba allá por dónde pasaba. Esta vez, el lateral dejó al Real Madrid sin récord, aunque obviamente no lo hizo solo. Los jugadores blancos se quejaron al árbitro al final del partido porque, según su criterio el tiempo añadido había sido escaso. Sin embargo, en la primera parte el Real Madrid no jugó al fútbol en ningún momento y no generó ninguna ocasión de peligro, desperdiciando así 45 minutos de tiempo. Bruno tiró un penalti a lo ‘Panenka’ que sirve al Villarreal para continuar sumando y para dar un golpe sobre la mesa tras los pitidos que se escucharon a finales de Agosto en El Madrigal. Unos pitidos que parecen ya cosa del pasado.
Casi nadie apostaba por ellos y todos hablaban del récord que podía superar el Madrid, pero finalmente, 11 valientes que jugaron de amarillo serán recordados por poner las cosas más que difíciles a un todopoderoso Real Madrid, que no dejaba a ningún rival vivo. La más que conocida ‘BBC’, no pudo con una defensa perfecta y un equipo que pese a los cambios, sigue jugando de memoria y que poco a poco se va puliendo. El Villarreal va de menos a más y seguro que este punto les sube la moral, aunque eso sí, el domingo viene el Osasuna a El Madrigal (domingo, 20.45h) y habrá que volver a pelear al mismo nivel, para conseguir los tres puntos.