Se consiguió. El himno de la Champions volverá a resonar en las gradas de El Madrigal. Su sonido rebotará con el techado amarillo y azul y se mezclará con la voz de las gargantas groguetas, que le pondrán su propia banda sonora al regreso del Submarino Amarillo a navegar por las aguas europeas, enfrentándose a los buques más peligrosos del continente.

Todo esto llegará después de saber que se hicieron las cosas bien la temporada anterior. El Villarreal ha cuajado una gran temporada 2015/2016, no solo por la cuarta plaza, sino también por las semifinales a las que el conjunto groguet llegó y que no pudo superar ante un histórico del fútbol europeo como el Liverpool. Nada que reprochar, el Submarino Amarillo se ha ganado por derecho propio el derecho a volver a soñar.

Renovación en la plantilla

Toda historia tiene un comienzo. Donde hay despedidas, hay nuevas caras. Un caso, el del Villarreal 2015-2016, donde estas idas y venidas se masificaron el verano pasado en algunas posiciones del equipo. Equipo nuevo, manteniendo el bloque, para una temporada nueva, donde, visto está, se ha superado a la campaña anterior.

Con el conjunto clasificado para la Europa League, los de Marcelino tenían que jugar tres competiciones, lo que a la larga supone una excesiva carga de partidos en determinados periodos de la temporada, por lo que el plantel debía ser largo, con experiencia y apta para mejorar el nivel ya impuesto la temporada pasiva.

La casa siempre se empieza desde abajo, por lo que la primera piedra del nuevo proyecto la ponía el guardameta francés Alphonse Areola, cedido por parte del PSG. Una incógnita para el aficionado amarillo, los cuales han quedado encandilados de sus paradas, salvando en más de una ocasión al equipo. Un caso diferente al resto, pues llegó para cubrir la baja por lesión de Asenjo, junto al regreso del argentino Mariano Barbosa, el cual ha protagonizado un papel secundario, mientras que el canterano Juan Carlos se marchó.

En el apartado defensivo, se apostó por mantener el bloque. Los cantos de sirena, sonaron durante todo el verano para Musacchio, Bailly y Mario Gaspar, pero ninguno de ellos se fue. Tan solo dejó el club el experimentado Chechu, para dejar paso al también veterano Daniele Bonera, con la carta de libertad bajo el brazo y nueve temporadas en el Milan en sus piernas. Así, la directiva conseguía dotar al equipo con ese toque de experiencia y veteranía necesaria para lograr grandes objetivos. Por su parte, también se conseguía la totalidad del pase de Víctor Ruíz.

En el mediocampo se perdía a uno de los baluartes del equipo. El club no consiguió mantener la cesión del ruso Cheryshev. Junto a él, Campbell regresaba al Arsenal. Otros como Aquino, Hernán Perez y Cani dejaban el club finalmente, mientras que Sergio Marcos, Moi y Espinosa se marchaban para adquirir experiencia. Para devolver el peso por las bandas, el club se gastó 16 millones en los Samus, y fichaba al joven Denis Suárez, a la postre clave esta temporada.

La parcela más debilitada en el apartado de bajas fue el ataque, pues todos los componentes se marcharon. Vietto, después de un año sobresaliente se marchó al Atlético, 20 millones de por medio. Junto al argentino, Uche, Giovanni y Gerard Moreno dejaron la camiseta amarilla por los que el club ingresó 13 millones más. Renovar la delantera al completo significaba una difícil tarea. Llegaban en forma de cesión Adrián López y Leo Baptistao. La apuesta fuerte se hizo en los fichajes del exinternacional español Roberto Soldado, que llegaba como delantero estrella tras pagar 10 millones al Tottenham. Su pareja sería el congoleño Bakambu, desconocido para el aficionado medio pero que realizó una gran temporada en el Bursaspor.

Soldado en un entrenamiento de pretemporada
Soldado en un entrenamiento de pretemporada

Una renovación importante de la plantilla tras una gran temporada, con un importante gasto económico balanceado con lo ingresado. El equipo ganaba en experiencia, aspecto importante para mantener el nivel cuando la presión llegase, sin reducir el nivel de calidad del equipo.

Invicto hasta la séptima jornada y líder dos jornadas

La gran temporada que realizaría el Villarreal ya empezaba a dejarse entrever en las primeras fechas de esta Liga. Los amarillos, se mantuvieron invictos durante las siete primeras jornadas del campeonato hasta que cayeron derrotados en el Ciutat de València. Hasta ese día pasaron por las manos groguetas Real Betis, Espanyol, Granada, Athletic de Bilbao, Málaga y Atlético de Madrid; logrando conseguir un empate y cinco victorias, donde destaca la conseguida ante el equipo colchonero por 1-0 en El Madrigal en la jornada seis. El fantástico rendimiento de los de Marcelino en el comienzo liguero les catapultó hacia la historia personal del club, ya que se convirtieron por primera vez en su existencia en líderes de la Primera División y se mantuvieron por dos semanas: en la jornada seis y siete. La maquinaria engrasada por Marcelino durante el verano demostró su mejoría respecto al año anterior dando todo un golpe sobre la mesa y haciéndose notar en una Liga que recién estaba comenzando.

Baptistao marcando gol al club que le cedió
Baptistao marcando gol al club que le cedió

Desde el primer momento, la propuesta del club de la Plana Baja estaba clara: mantener el equilibrio entre solidez defensiva y efectividad ofensiva, con una plantilla radicalmente renovada, las piezas encajaron a gran velocidad dando resultados óptimos desde el principio como pudo ser la novedosa pareja Soldado-Bakambu o la metamorfosis integral que sufrió la línea de los extremos con la llegada de jugadores como Denis Suárez, Samu Castillejo o Samu García.

Asimismo, estas primeras jornadas dieron la clave para mantenerse en la parte alta de la clasificación guardando importantes colchones de puntos con, los que a priori, serían sus rivales a batir como eran Sevilla, Valencia o Athletic; quienes se encontraban en todos los casos más de una decena de unidades por debajo del Villarreal. Por lo que de no haber sido por este sobresaliente comienzo de la temporada, probablemente el devenir en la clasificación de los amarillos no hubiese sido el mismo.

Temido por los grandes en la primera vuelta

El Submarino Amarillo demostró ya en los primeros meses de competición que iba muy en serio, imponiéndose a cinco de los seis equipos considerados como los mejores de España. Solo el FC Barcelona, que se ha terminado alzando como campeón de la competición, logró escapar con vida de las garras de los groguets.

Uno de los saltos de calidad más notables que se ha visto esta temporada en el Villarreal es la capacidad de competir contra equipos a priori mejores. Es obvio que una competición tan larga como es la Liga, no puede basarse solo en eso; sin embargo, es un muy buen ejemplo para demostrar que el club amarillo ha estado un peldaño por encima del resto de conjuntos que forman lo que solemos llamar la otra Liga.

Solo se habían disputado cinco jornadas cuando llegó el primer obstáculo serio a El Madrigal. Tras empezar la temporada con un empate en el Benito Villamarín, los de Marcelino habían conseguido cuatro victorias consecutivas en las que se mostraron muy superiores a Espanyol, Granada, Athletic y Málaga. En ese gran momento de forma llegaba la visita del Atlético de Madrid al feudo groguet. Los del Cholo habían empezado también con buen pie, exceptuando una derrota en la tercera jornada ante el Barça, contaban sus partidos por victorias.

El principal problema del Villarreal para ese encuentro eran las lesiones. Además de las bajas de Musacchio y Asenjo, procedentes de la temporada pasada, Adrián y Bakambu tampoco estaban disponibles. El franco-congoleño estaba siendo importantísimo, sumando tres goles en las tres primeras jornadas, pero una lesión de tobillo le tuvo apartado algunas semanas. No obstante, Marcelino contaba con la opción de Leo Baptistao como acompañante de Soldado, que además tendría un plus de motivación al enfrentarse a su equipo.

La jugada salió redonda y en el minuto 14 la dupla ya había dado resultado, gol del hispano-brasileño a pase de Soldado. El partido se ponía de cara, pero ya se sabe cómo es el Atlético de estos últimos años, así que tocaba remar para hacer bueno el tempranero tanto. Un excelente trabajo táctico consiguió aguantar durante 75 largos minutos las ganas de los visitantes, que no lograron tener muchas ocasiones de gol. La victoria supuso mucho más que ganar a uno de los tres grandes, ya que los tres puntos alzaron al Villarreal hasta el primer puesto de la tabla de clasificación por primera vez en su historia.

Tras este partido comenzó una racha de resultados que supuso encadenar tres partidos seguidos sin conocer la victoria. Sin embargo, tras un insípido empate a cero en Las Palmas, llegaba a El Madrigal uno de los rivales más directos de los castellonenses: el Sevilla. Como si de otro equipo se tratase, los de Marcelino salieron al campo sin acordarse de las malas actuaciones que precedían a ese encuentro y consiguieron dominar por completo al conjunto hispalense. Bakambu volvía a encontrarse con el gol tras su lesión y el pitido final dejaba un 2-1 y tres puntos en casa.

En esta Liga no hay descanso y, solo una semana después de esa victoria, tocaba viajar al Camp Nou. El partido empezó de la misma manera que en el enfrentamiento con el Atlético: un Villarreal muy bien colocado que no concedía ocasiones de gol y que trataba de salir a la contra combinando con mucha rapidez. Se llegó al descanso con 0-0 y con una sensación que no suele rondar el estadio catalán, los de Luis Enrique no estaban teniendo opciones de adelantarse y se veían impotentes ante un equipo perfectamente colocado. Lo que ocurrió en el minuto 60 no fue más que una muestra de humanidad por parte de un jugador que no suele parecer tan humano como los demás; Bruno Soriano regaló un balón a Busquets y Neymar culminó la jugada poniendo el 1-0 en el marcador. A partir de ahí los amarillos intentaron volcarse más al ataque y las consecuencias llegaron en el 70 y en el 85 en forma de goles. 3-0 y primer tropiezo de la temporada ante uno de los grandes.

Poco más de un mes había pasado y el Villarreal acababa de reencontrarse con la victoria tras otras tres jornadas sin ganar. El calendario había querido que los groguets jugasen dos partidos seguidos en casa, algo que vendría muy bien para mitigar la tormenta de malos resultados. No obstante, teniendo en cuenta que el segundo de esos partidos era contra el Real Madrid, la cosa pasaba de ser un golpe de fortuna a poder significar un golpe para la moral del equipo.

Denis ante su antiguo equipo
Denis ante su antiguo equipo

El Rayo se había marchado de El Madrigal con una derrota muy dolorosa, con remontada incluida, que vino muy bien para levantar los ánimos locales. Y con esas, una semana más tarde, llegó el Real Madrid. La temporada de los de Benítez no estaba siendo para nada regular, y se alternaban grandes goleadas con pinchazos ante rivales con un nivel muy inferior. Además, solo habían pasado dos jornadas desde el dolorosísimo 0-4 del Barcelona en el Bernabéu, y tres de la derrota en el Sánchez Pizjuán. Eibar y Getafe habían pagado los platos rotos, pero Marcelino no estaba dispuesto a sufrir también la rabia blanca. Alineó a su once de gala y tejió dos líneas de cuatro perfectamente colocadas por detrás de Soldado y Bakambu. Solo ocho minutos tardó en notarse el resultado del trabajo técnico y la calidad de los jugadores, los dos puñales conectaron y el español mandó el balón al fondo de la portería. El resto, una demostración más de la consistencia del Villarreal, que aguantó más de 80 minutos de embestidas de uno de los clubs con más presupuesto del mundo.

En resumidas cuentas, y tomando como referencia las clasificaciones históricas y el peso de cada equipo en la Liga BBVA, tanto por presupuesto como por importancia a lo largo de los años, el Submarino hizo una primera vuelta espectacular en la que consiguió ganar a los mejores equipos de España. Cayeron derrotados por los amarillos Real Madrid, Atlético de Madrid, Sevilla, Valencia y Athletic de Bilbao, siendo el Barça el único que salió airoso del choque, probablemente favorecido por la ventaja de ser el único de los seis que disputó el duelo como local.

Abriéndose paso en Europa

Mientras tanto, el Villarreal seguía su camino en la UEFA Europa League. En la fase de grupos, el conjunto groguet se clasificó como segundo para los dieciseisavos de final, quedando por delante del Viktoria Plzen y del Dinamo Minsk y a solo dos puntos del líder, el Rapid de Viena.

Con un balance de cuatro victorias, un empate y una derrota, el Villarreal acabó la fase con 13 puntos. Los "pinchazos", además, llegaron en la primera y en la última jornada, por lo que el equipo fue bastante regular durante el transcurso de la ronda. De hecho, la diferencia de goles del conjunto de Marcelino García Toral fue mejor incluso que la del Rapid, quien terminaría pasando a la siguiente ronda como líder del grupo 5.

El Submarino Amarillo comenzó la fase de grupos con una derrota ante el Rapid de Viena por 2-1 en campo rival. Después de este traspiés, los amarillos encadenaron cuatro victorias seguidas, una de ellas ante el Rapid, lo que les permitió llegar a la última jornada como líderes de grupo. No obstante, los groguets empataron a tres goles en la última jornada, en el estadio del Viktoria Plzen. Esto lo aprovechó el Rapid con un triunfo sobre el Dinamo Minsk que le dio el primer puesto del grupo.

El 'derbi de Nochevieja' dio plaza Champions y ya no se abandonó

El Villarreal recibió al Valencia en la primera vuelta, en uno de los partidos más atípicos que se recuerdan, pues el ‘derbi valenciano’ se jugó a las 16h de un caluroso día de Nochevieja. Un horario que no convenció a muchos, pero como se suele decir un derbi siempre es un derbi, y casi nadie faltó a su cita en El Madrigal.

Y lo cierto, es que el Submarino no defraudó, y cuajó un gran partido a pesar de que el resultado no acompañó, pues parecía que el balón se resistía a entrar. De hecho, el único gol del partido llegó ya en la segunda parte, gracias a una falta que como siempre, Bruno lanzó con exactitud, metiendo un golazo por la escuadra. Precisamente, fue Bruno Soriano, jugador al que el Valencia pretendió fichar tras el descenso del Villarreal, pero el capitán prefirió reflotar la nave, el que dio tres puntos que acabarían siendo claves para el Submarino, pues esos tres puntos colocaron al Villarreal en la cuarta plaza, que da acceso a Champions. Una plaza que ya no abandonarían en toda la temporada, y es que fue precisamente en Mestalla, campo del eterno rival, donde el Submarino terminó de certificar la cuarta plaza, que le devolvía a la Champions tres años después de ascender a Primera.

Y es que, el Submarino ha completado una segunda vuelta descomunal, en la que además de garantizar esa segunda plaza, ha jugado una gran Europa League, en la que llegó a semifinales. Empates contra los grandes equipos, como Atlético y Barcelona, pero también victorias sufridas contra otros equipos, y es que difícil de olvidar será el sufrimiento en el campo del Deportivo o la derrota en casa frente a Las Palmas, algo que evidencia el duro camino recorrido por el Villarreal para conseguir esa cuarta plaza.

No fue nada fácil, el equipo peleó y mucho por conseguirlo, pero lo cierto es que el Submarino tuvo la plaza Champions amarrada desde el último día del  2015, cuando Bruno enseñó al Valencia quién es el equipo que dominaba en la Comunidad, y en la ‘otra’ Liga.

Corta aventura en Copa

El Villarreal logró la temporada pasada llegar a las semifinales de la Copa del Rey. Solo el campeón, el FC Barcelona, fue capaz de eliminarlo. Esta vez, la actuación del conjunto groguet en la competición del KO nacional fue más discreta y mucho menos satisfactoria.

En la primera ronda, el Villarreal se enfrentó al Huesca. En el partido de ida saltó la sorpresa y el Submarino Amarillo cayó en campo rival por 3-2, resultado que le obligaba a ganar en El Madrigal. Así fue. Los de Marcelino hicieron un buen partido en casa y se impusieron por 2-0, lo que les valió la clasificación para la siguiente ronda de la competición.

En esta ronda esperaba el Athletic Club. En la ida, el marcador de San Mamés mostraba a la media parte un 0-2 amarillo. Los vascos, lejos de dar el partido por perdido, levantaron el resultado y acabaron ganando el encuentro por 3-2. Este resultado les daba ventaja para la vuelta, pero esta no fue necesaria, pues volvieron a ganar, esta vez en El Madrigal, para eliminar al Villarreal de la Copa del Rey.

14 partidos sin perder para afianzarse

Mantenerse toda la segunda vuelta situado en la cuarta posición no es casualidad y sino que se lo pregunten al Villarreal. La entidad amarilla a costa de 14 partidos sin perder consiguió mantenerse y ampliar su ventaja para jugar, de seguro, la Copa de Europa. Lo que está por ver es si el equipo jugará Champions ya que para ello deberá superar la ronda previa como realizó el Valencia la presente campaña. Lo positivo que se puede extraer de todo esto es que el cuadro de Marcelino partirá en el bombo 1 en el sorteo previo por lo que tendrá más a su alcance conseguir disputar Champions la próxima temporada.

La maravillosa e histórica racha del Villarreal comenzó ante su gente, en El Madrigal. Por desgracia el equipo rival era el Rayo Vallecano, recién descendido a Segunda División. El equipo se reencontró con la victoria tras tres jornadas consecutivas sin ganar, además lo hizo con remontada incluida con dos goles del goleador Cédric Bakambu. Esta victoria permitió adelantarles una posición en la clasificación por lo que dejarían a un lado la habitual sexta posición (el equipo acabó en esta posición la pasada temporada) y escaló hasta la quinta, pero ante ellos tenían un rival duro para mantenerse, el Real Madrid. La ventaja con la que afrontarían este partido es el estadio ya que volverían a jugar ante un equipo madrileño en casa, pero en su contra tendrían uno de los mejores equipos del mundo y los locales el cansancio acumulado de jugar fuera de casa en la Europa League. A pesar de ello, el equipo de la Plana consiguió alzarse con la victoria por la mínima gracias a un gol de un exmadridista como Roberto Soldado. Sin embargo, esta victoria no les permitió conquistar el cuarto puesto, tendrían que esperar un poco más.

Bakambu en un partido ante el Rayo
Bakambu en un partido ante el Rayo

Las victorias en Anoeta por 0-2 con dos goles de Denis Suárez y la victoria en casa ante el Valencia en el derbi valenciano gracias a un golazo de falta de Bruno Soriano permitirían al equipo castellonense conquistar la cuarta plaza. Era la jornada 17 por lo que desde esa jornada estuvieron ligados a esa posición. Cabe destacar que el Submarino Amarillo casi siempre ha estado situado en puestos europeos durante toda la temporada.

Una vez conquistada esta ansiada posición, era el turno de afianzarse en la misma y eso el Villarreal supo encajarlo a la perfección. El equipo supo conseguir dos victorias más, lo que dejarían seis victorias consecutivas en su haber. Estas victorias se produjeron en Riazor por 1-2 con una victoria in extremis gracias a un doblete de Bruno Soriano, el último gol del capitán amarillo se produjo en el descuento y desde los once metros; y la otra victoria se cosechó ante el Sporting de Gijón en El Madrigal por 2-0 con dos goles del goleador amarillo, Cédric Bakambu. Seis victorias consecutivas que permitían alejarse de sus perseguidores y soñar con viajar con billetes Champions.

Tras producirse estas seis victorias llegó el turno de volver a poner los pies en tierra. El Real Betis en El Madrigal y el Espanyol en territorio perico empataron sus respectivos partidos con los de Marcelino. Esto suponía acabar con la racha de victorias, pero seguían con la de partidos sin perder que ascendían a ocho. Lo que no sabían los amarillos es que esto no acabaría aquí. Un gol de penalti del capitán, Bruno Soriano, al Granada en El Madrigal permitía alargar la sonrisa de la afición amarilla una jornada después, ya eran nueve partidos sin perder.

La visita a San Mamés y dos jornadas después a El Calderón no dejaron insatisfechos a nadie, a pesar de no sacar los tres puntos, cosecharon dos empates a cero ante rivales muy cercanos en la clasificación. Un partido entre medias de estos dos encuentros se jugó en casa, fue contra el Málaga. El equipo consiguió los tres puntos gracias a un gol de Roberto Soldado. Con estos tres partidos sin perder la racha ascendía a 12. Era el turno de recibir al Levante, equipo muy respetable y querido por la afición groguet. Los amarillos consiguieron una amplia victoria por 3-0, además contaban con la participación de los menos habituales ya que los tres goleadores fueron Leo Baptistao, Samu Castillejo y Adrián López.

Estar invicto trece jornadas ya era reconocible e histórico, pero el número iba ascender en la visita a un rival directo en Balaídos. El partido no pasó del empate, pero tampoco merecía mucho la pena arriesgar. Se alcanzaron los ansiados 14 partidos sin perder. Este número no aumentó por la victoria, una jornada después, de la UD Las Palmas en El Madrigal con un solitario gol de David García. Esta racha ya daba al Villarreal un colchón de puntos difíciles de superar por sus rivales, además de la mayor racha de partidos sin perder de la historia del equipo en Primera División.

En puestos europeos durante 37 jornadas

El campeonato doméstico premia a aquellos que han demostrado la mayor regularidad en el transcurso de la competición, durante las 38 jornadas. Y sin duda, el Villarreal ha demostrado una constancia digna de elogio. Pese a que en los pronósticos de cara a la temporada 2015-2016 no se diera al Submarino como favorito para la cuarta plaza de Champions, los castellonenses realizaron una magnífica Liga, obteniendo la cuarta posición y quedando solo por detrás de FC Barcelona, Real Madrid y Atlético de Madrid.  

El debut del Villarreal en la competición supuso un contraste de sensaciones. El empate en el Benito Villamarín (1-1) ante el recién ascendido Real Betis confirmó, por un lado, la renovada eficacia amarilla de cara a portería. Los de Marcelino no gozaron de muchas oportunidades, pero Roberto Soldado aprovechó la que tuvo para batir a Adán y poner el 0-1 en el marcador. Sin embargo, la falta de concentración en los minutos finales regresó como un viejo fantasma del pasado, y Rubén Castro empató el partido a tres minutos del final. Tras la conclusión de aquella jornada, el equipo levantino se situó en mitad de la tabla con una unidad, y fue la única jornada del campeonato en la que se quedó fuera de los puestos europeos (1º al 6º).  

Mario disputando un balón con Marcos Asensio
Mario disputando un balón con Marcos Asensio

Los amarillos aprendieron de aquel encuentro y cosecharon cinco victorias consecutivas de las jornadas dos a seis, lo que les catapultó a la primera posición de Liga. Tras alcanzar el cielo, el Villarreal volvió a la realidad tras una mala dinámica que azotó los meses de octubre y noviembre. Sin embargo, jamás perdió la sexta posición pese a resultados negativos como la goleada sufrida en el Camp Nou (3-0), el insulso empate en Gran Canaria (0-0) o la derrota ante el Celta en El Madrigal (1-2).  

Los hombres de Marcelino superaron la mala racha y encadenaron seis victorias consecutivas, dando pie al inicio de una segunda vuelta algo irregular, pero en términos generales, superior a la de la temporada pasada. Al final, el Villarreal concluyó el campeonato doméstico con 64 puntos, en la cuarta posición, por encima de rivales directos como Valencia, Sevilla o Athletic Club, y ocupando los puestos de Champions/Europa League durante 37 jornadas. Sin duda, la constancia es la clave del éxito en el Villarreal.  

El Madrigal, un fortín

"Hogar, dulce hogar" si hubiese que extrapolar una frase que definiese la campaña del Villarreal como local, esa serviría perfectamente. La sorprendente rápida adaptación de los nuevos jugadores, especialmente en una insólita parcela ofensiva, la competitividad bajo cualquier tipo de circunstancia y ante cualquier rival o la ilusión mostrada por los aficionados groguets desde el primer día se consideran algunos de los factores fundamentales para un curso bastante meritorio, especialmente en territorio castellonense. Si hay algo por lo que destacaban los amarillos en etapas anteriores era por jugar bien y perder en un porcentaje bastante elevado de los partidos.

Esa tendencia no sólo se ha erradicado en el actual curso, sino que incluso ha dado un giro de 180 grados. Esos choques en que Bruno y los suyos trataban al cuero como los ángeles para acabar perdiendo de forma frustrante e inmerecida se han transformado en duelos disputados y sin un dominador claro, que han acabado decantándose de lado amarillo en la mayor parte de las ocasiones gracias a jugadas puntuales o destellos de calidad. Jugar regular y ganar, algo inimaginable para los de La Plana que se ha cumplido esta temporada. La clasificación para la Liga de Campeones bien merece tardes de sufrimiento.

Castillejo disputando un balón con Lerma
Castillejo disputando un balón con Lerma

Estadísticamente hablando, el bagaje de los de de Marcelino en casa es de 12 victorias, 4 empates y 3 derrotas; con 26 goles a favor y 12 en contra; 40 puntos. Cifras más que meritorias si se tiene en cuenta que, desde Pellegrini, nadie había llegado a los 40 puntos en El Madrigal. Manuel lo logró en 2005 (46 puntos) y 2008 (41 puntos). Lo que ha hecho del bagaje de los amarillos ante su público algo digno de mención es el gran trabajo ante los equipos 'grandes' del campeonato doméstico. El gol del Baptistao ante su exequipo, el Atlético, supuso una victoria de prestigio; las dianas de Mario y Bakambu significaron la victoria ante el campeón de la Europa League, el Sevilla; un tempranero tanto de Soldado, pese al empujón blanco final, acabó dando la victoria ante el Real Madrid; un preciso libre directo de Bruno dio a los amarillos el derbi de la Comunidad ante el Valencia. Cuatro victorias ante cuatro equipos que disputaron la fase de grupos de la Champions League con un solo gol encajado. Tarea no precisamente sencilla la de imponerse a todos los clubes de la parte alta, pero que provocaba la inquietud en quien debía rendir visita a los amarillos.

Otros resultados de prestigio, como el 3-1 ante el Athletic o el polémico empate a dos ante un Barcelona enrachado, en que los azulgranas anotaron en fuera de juego y mediante un penalti inexistente y donde se vio una gran reacción en la segunda parte, levantando el 0-2 adverso, demuestran que para conseguir puntos allí, hacen falta sangre, sudor y lágrimas. Tan solo el Celta de Vigo (1-2 con un gol en el minuto 90 tras jugar contra 10 medio partido), Las Palmas en un extraño duelo que ganaron por 0-1 acabando con la racha de imbatibilidad de Areola, y Deportivo de la Coruña, 0-2 en la penúltima jornada, saben lo que es asaltar el estadio castellonense este año.

Además, el gran trabajo realizado en Liga también se ha trasladado a la Europa League; donde el Villarreal ha ganado sus 7 partidos, concediendo un único tanto. 1-0 al Viktoria Plzen, 4-0 al Astana, 1-0 al Rapid, 1-0 al Nápoles de Hamsik e Higuaín con golazo de Dénis Suárez, 2-0 al Bayer Leverkusen con doblete de Bakambu, 2-1 al Sparta de Praga y 1-0 al Liverpool, resultado que finalmente no condujo a los de Marcelino a la final pero que prolongó la racha. Los números aseveran que El Madrigal, pese a no ser excesivamente grande (25.000 espectadores) y no situarse en una gran ciudad, (51.000 habitantes) es un territorio realmente difícilmente de conquistar. Más de un coloso europeo deberá andarse con cuidado si no quiere sucumbir en la Champions League frente al Submarino Amarillo.

Víctor Ruiz en Europa League
Víctor Ruiz en Europa League

Una remontada de Champions

El Submarino Amarillo volteó los tantos de Rakitic y Neymar en una segunda parte en la que puso contra las cuerdas al conjunto blaugrana. Bakambu y Mathieu en propia puerta fueron los goleadores del Submarino. Un punto que significó un impulso para mantener la cuarta plaza tras dos derrotas consecutivas ante Las Palmas y Sevilla.

La visita del FC Barcelona llenó las gradas de El Madrigal en un partido mayormente trascendental para los pupilos de Marcelino. El Submarino llegó herido y los perseguidores veían la posibilidad real de alcanzar la cuarta posición.  Tras  dos derrotas consecutivas ante el Sevilla (4-2) y la UD Las Palmas (0-1) y el empate sin goles en Balaídos, el Villarreal tenía el reto de superar al Barcelona en el templo amarillo. Por su parte, el FC Barcelona tenía una ventaja considerable sobre el Atlético de Madrid y Real Madrid y el empate en El Madrigal supuso el inicio de una racha realmente negativa.

El Villarreal salió a morder desde el primer minuto y mostró sus garras a la zaga blaugrana. En los primeros minutos, los locales empujaron y el palo se impuso en el camino del primer gol. Una presión adelantada y una rápida movilidad de balón sorprendió al Barcelona en el primer tramo del choque. Sin embargo, los futbolistas del conjunto azulgrana son de primera talla a nivel mundial y pueden resolver cualquier partido. Alrededor del minuto 30, en una falta botada sin aparente peligro, Asenjo despejó con el infortunio de dejar en boca de gol a Rakitic. El croata abrió el marcador y cambiaba el rumbo del partido.

Un encuentro que no estuvo exento de polémica. Piqué pudo ser expulsado por una mano y en el final de la primera parte una decisión del colegiado marcó el partido con un penalti muy dudoso de Asenjo sobre Neymar, que el propia brasileño lanzó y marcó por raso. El colegiado Sánchez Martínez señaló pena máxima y tanto jugadores como afición amarilla protestaron sin cesar sus decisiones.

Segunda parte amarilla

Así llegamos al final del primer acto, en un duelo tremendamente competido que tenía prácticamente sentenciado el combinado dirigido por Luis Enrique. La fe y el espíritu competitivo del Submarino Amarillo salió a relucir en busca de la remontada.

Un Villarreal enrabietado salió a morder y aumentó la intensidad para intentar meterse rápidamente en el partido con un tanto. Y así fue, tras varios acercamientos llegó el premio del gol para la parroquia amarilla. Denis Suárez desbordó por el carril del diez hasta disparar raso al palo largo, Bravo rechazó el cuero, pero el más listo de la clase apareció para rematar a puerta vacía. Bakambu puso el 1-2 y El Madrigal creía en la remontada. El Villarreal era dueño y señor del partido ante un Barça que por momentos se vio encerrado en su campo propio.

Seis minutos después, el éxtasis se apoderó del Submarino Amarillo. Mathieu marcó en su propia portería y el segundo del Villarreal subía al electrónico. El partido enloqueció y ambos bandos tuvieron en sus botas la opción de adelantarse. Asenjo, detuvo un disparo de Neymar y un cabezazo de Mathieu.

Finalmente, un encuentro realmente competido y apasionante finalizó con empate a dos tantos. Los pupilos de Marcelino se repusieron y mostraron su orgullo ante todo un Barcelona.

Punto de Inflexión

El empate supuso un punto de inflexión en la plantilla amarilla para conseguir el privilegiado cuarto puesto. Un punto que fue más que un punto en la cabeza de los futbolistas y en el desarrollo de la competición. Cuando parecía que Sevilla, Celta o Athletic Club podrían arrebatar una posición que ha estado teñida de amarilla durante toda la temporada, el Villarreal no falló pese a disputar eliminatorias exigentes en Europa League. La posterior victoria en Ipurua (1-2), en una auténtica final con remontada incluida y los tres puntos conseguidos ante el Getafe fue un mensaje directo a los perseguidores. La próxima temporada la Champions League vuelve a El Madrigal.

El segundo derbi confirmó la Champions

El partido de la primera vuelta ante el Valencia otorgó la plaza Champions al Villarreal, la cual ya no perdería hasta final de temporada. No obstante, no fue hasta la jornada 36, de nuevo frente al conjunto ché, que el Submarino Amarillo lograra asegurarla de forma matemática.

Los de Marcelino llegaban al encuentro con seis puntos de ventaja sobre el quinto clasificado, el Athletic Club, por lo que un solo punto le bastaba al Villarreal para asegurar su participación en la Champions League la siguiente campaña. A pesar de eso, no iba a ser fácil conseguirlo, pues el Submarino Amarillo había naufragado en Mestalla sistemáticamente desde 2007. Además, el derbi llegaba en una semana en la que el conjunto groguet se jugaba el pase a la final de la Europa League ante el Liverpool, motivo por el cual Marcelino presentó una alineación plagada de jugadores poco habituales en el once.

Lejos de lo que pudiera parecer antes de comenzar el encuentro, el Villarreal no tuvo muchas dificultades para hacerse con la victoria. De hecho, el partido se sentenció prácticamente en la primera media hora de encuentro. Tras unos primeros minutos de tanteo en los que ninguno de los dos equipos se hacía con la hegemonía del choque, el Submarino Amarillo hizo gala de su mejor arma ofensiva, el juego directo. Así llegó el primer gol del partido, obra de Samu García, que realizó una magnífica maniobra dentro del área tras una gran jugada de Roberto Soldado. Un cuarto de hora después, Adrián anotó el segundo tras conducir la pelota desde el centro del campo sin ninguna oposición.

De esta forma, el Villarreal conseguía asegurar de forma definitiva la cuarta plaza, 18 partidos después de haberla alcanzado. Lo hizo venciendo en el campo del eterno rival, un estadio en el que no ganaba desde el año 2007.

A las puertas de una final europea

El haber sido segundo de grupo obligó al Villarreal a enfrentarse a uno de los favoritos de la competición ya en dieciseisavos de final. El sorteo emparejó al Submarino Amarillo con el Napoli y ambos equipos tenían la sensación de haber tenido algo de mala suerte por cruzarse entre sí. En el partido de ida, el Villarreal logró imponerse al conjunto italiano, quien tenía importantes compromisos en la Serie A y presentó en El Madrigal un equipo plagado de suplentes. Denis Suárez marcó el único gol del encuentro, otorgando a los de Marcelino una cierta ventaja de cara al partido de vuelta.

En San Paolo, el Napoli se adelantó en el marcador e hizo gala de un gran juego, algo que hacía presagiar lo peor entre los aficionados groguets. No obstante, un goleador poco habitual clasificó al Villarreal con un gol cargado de fortuna. Pina introdujo el balón en la portería de Reina en un centro que acabó envenenándose y dándole el pase al Submarino Amarillo.

En octavos, el Villarreal se cruzó con el Bayer Leverkusen. Los de Marcelino cuajaron una muy buena eliminatoria, sobre todo el partido de ida, en el que la dejaron prácticamente sentenciada. Bakambu fue el hombre de la noche en El Madrigal y encarriló la clasificación con un doblete. Para la vuelta, el Submarino Amarillo presentó un planteamiento más defensivo que le permitió empatar a cero en Alemania y clasificarse así para los cuartos de final.

En esta ronda, el Sparta Praha fue el rival del Villarreal, el más asequibe de cuantos se enfrentaron al conjunto groguet en la fase final del torneo. De hecho, el Villarreal realizó uno de sus mejores partidos en la ida, disputada en El Madrigal, donde los hombres de Marcelino dominaron el encuentro y disfrutaron de oportunidades para golear a su rival. No obstante, no lograron más que un 2-1 que dejaba la eliminatoria abierta.

En la vuelta, el Submarino Amarillo acabó goleando 2-4 en un partido con poco control y muchas oportunidades donde Bakambu anotaría sus dos últimos goles de la competición, de la que terminaría siendo el segundo máximo goleador con 9 goles.

Si difícil fue el camino del Villarreal hasta semifinales, el destino no se lo iba a poner nada fácil si quería jugar la final. El Liverpool fue el rival que este escogió para Marcelino y los suyos. El partido de ida acabó con un resultado satisfactorio para los amarillos, que viajaban a Anfield con el 1-0 logrado por Adrián en los últimos minutos del partido.

En territorio "red", el Villarreal se vio superado por el escenario y cayó goleado por el Liverpool, quien fue superior en todo momento  y acabó venciendo por 3-0 y destruyendo así las esperanzas del ubmarino Amarillo de llegar a su primera final europea.

Soldado-Bakambu, dupla letal

Si hay una faceta a destacar en el equipo que preside Fernando Roig desde 1998 es, sin lugar a dudas, la capacidad para formar grandes duplas de ataque sin realizar un desembolso efectivo: Víctor y Palermo poco después de conseguir el ascenso, la memorable pareja Riquelme-Forlán que enamoró a Europa en 2006, el sorprendente rendimiento de Nihat y Rossi en el año del subcampeonato o el de Nilmar con, nuevamente, il bambino de 2009 a 2011 son sólo algunos de los ejemplos más recordados y que demuestran que, en ocasiones, la sagacidad se impone al poderío económico.

Tras las dos meritorias temporadas después de haber resurgido se sus cenizas después del descenso, la temporada 2015-16 se antojaba apasionante para los amarillos, que pretendían dar otro pasito adelante en detrimento de grandes clubes como Sevilla o Valencia. Para ello, parecía necesario fichar grandes jugadores a no muy elevado precio. Marcelino pretendía hacerse con Roberto Soldado, delantero contrastado y con grandes temporadas en la Liga BBVA aunque venido a menos en su periplo inglés con el Tottenham, y acabó lográndolo tras una ardua negociación con los londinenses debido a la negativa de Pochettino a dejar marchar a su 9, se produjo por una cifra que rondó los 10 millones de euros.

El caso de Bakambu fue diferente, criado en el Sochaux francés, llamó la atención de la secretaría castellonense su genial campaña en el Bursaspor turco, llegando a los 21 goles y demostrando tener un gran potencial. Decidieron apostar por el franco-congoleño adquiriéndolo por una cifra cercana a los 8 millones, y la apuesta les salió bastante bien.

En los primeros partidos de la temporada, el dúo de arietes estaba formado por Baptistao y Soldado, pero la irrupción de Cédric desde el banquillo comenzó a dar sus frutos muy pronto, cambiando los planes de Marcelino de cara al 11 inicial. En el primer partido de la temporada en El Madrigal, ante el Espanyol, ya se hizo patente el sorprendente entendimiento entre el valenciano y el congoleño. Soldado cambió sorprendentemente su modo de jugar, aquel delantero que era una bestia del área comenzó a desempeñarse más cerca de los centrocampistas que de la zona de arriba, ejerciendo de mediapunta y bajando constantemente a banda. Por otra parte, la potencia y rapidez del 17 fueron artífices de una química asombrosa entre ellos, Soldado asistía y Bakambu anotaba, así sucedió en dos ocasiones ya en el primer partido. 

Y así, surgida de la nada, esta singular pareja iba dándole puntos y puntos al equipo amarillo. Cuando no era Soldado el asistente, esa función la realizaba Bakambu, como sucedió en el partido ante el Real Madrid que finalizó 1-0. este entendimiento también se vio en la Europa League, donde en partidos como ante el Bayer Leverkusen el ´dúo SB´ decidió la contienda en favor de los suyos. Bakambu ha conseguido 12 goles y 4 asistencias en la Liga, Soldado 6 goles y 10 asistencias. Cada uno de ellos ha producido 16 goles (bastantes por combinación entre los dos)  mientras que, en Europa League, el curso de Bakambu se ha saldado con 9 goles y el de Soldado con 3 goles y otras tantas asistencias. Lo novedoso no siempre es malo, como ha comprobado el Villarreal con un año impresionante gracias, en parte, a su nueva pareja de ataque.

La Champions volverá a El Madrigal cinco años después

1595 días han pasado desde que el Villarreal jugara por última vez la UEFA Champions League, desde aquel 7 de diciembre de 2011 en la derrota por 0-3 ante el Nápoles en la que el Submarino cerraba una participación pésima, el conjunto amarillo ha pasado por momentos muy amargos como fue el traumático descenso y por momentos de alegría desbordante como el ascenso y los tres últimos años que han sido una constante mejora sin fin.

Al principio de temporada existía la ilusión de lograr un puesto para la máxima competición continental, pero poca gente expresaba este deseo en voz alta. Un gran comienzo de temporada con un liderato en solitario incluido hizo que estos sueños poco a poco se convirtieran en realidad, el conjunto dirigido por Marcelino desprendía un gen competitivo que indicaba una alta fiabilidad de que la línea ascendente se iba a mantener durante toda la temporada. 

Realmente hubo pocos momentos a lo largo de la temporada que pudieran hacer dudar de este equipo, uno de ellos fue tras el empate 3-3 en la última jornada de la fase de grupos de la Europa League en Plzen, sin embargo tres días después todas las dudas se disiparon con la victoria ante el Real Madrid en El Madrigal por 1-0 y con la consecución de varias victorias posteriormente en las que se observaba claramente que este equipos se levantaba tras cada tropiezo.

Trigueros ante Casemiro
Trigueros ante Casemiro

La segunda vuelta tampoco fue muy diferente, el Villarreal seguía siendo regular en el torneo doméstico y con un gran nivel en la Europa League eliminando a rivales tan importantes como el Nápoles o el Bayern Leverkusen siendo apeado en las semifinales por un grande como el Liverpool de Klopp. El único momento de seria dificultad fue en la derrota en el Sánchez Pizjuán, ya que los hispalenses se colocaban a seis puntos faltando diez partidos, pero al igual que ocurrió en la ida, el Submarino respondió cuajando un enorme partido ante el Barça, que dio alas al conjunto de Marcelino para que el cuarto puesto se consolidara hasta certificarlo en la antepenúltima jornada con una exhibición en Mestalla.

El Villarreal está ante un gran reto, el año que viene toca volver a jugar por cuarta vez en la historia la mejor competicion de clubes y esta vez tanto afición, club, cuerpo técnico como jugadores están dispuestos a estar a la altura.

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