El partido estaba previsto que fuese una batalla defensiva y sin duda fue así, con ambos equipos peleando cada posesión si fuese la última y provocando punts casi constantes. En una situación así de complicada, son las estrellas las que consiguen cambiar un partido y poco a poco Cook estaba consiguiendo lograrlo, hasta que a los Vikings les pasó lo de siempre.

Con Case Keenum a los mandos, el juego de carrera se convirtió en una necesidad. El QB tenía que pasar lo suficiente para conseguir abrir huecos en la defensa para su estrella, y Case cumplió con eso mientras que Cook seguía siendo igual de peligroso durante los dos primeros cuartos hasta destrozarse la rodilla el solo mientras McKinnon se encargaba personalmente de hacer imposible la victoria.

En el primer cuarto se sucedieron los drives sin que ningún equipo consiguiese romper la defensa del otro hasta que Matthew Stafford consiguió conectar con Jones para el primer gran pase de la noche. En el inicio del segundo cuarto, los Vikings consiguieron frenar a los Lions, dejándoles solo en un FG.

Jones recibe un pase de Matthew Stafford. Fuente: Detroit Lions
Jones recibe un pase de Matthew Stafford. Fuente: Detroit Lions

Aunque Detroit consiguió ponerse por delante los Vikings no perdieron la calma, con un Keenum que arriesgó en el drive para que Cook anotase el primer TD de la noche, llegando al descanso con una ventaja y atacando para iniciar la segunda parte. A partir de ahí el festival del esperpento llegó a Minnesota como siempre, incluyendo lesiones y fumbles ridículos.

Minnesota y el gafe

Tras volver a empezar bien Case Keenum llegó el momento de que todo el mundo perdiese la cabeza. En una wildcat totalmente innecesaria McKinnon cometió un fumble absurdo, permitiendo a Detroit anotar tres puntos mientras que Abdullah abrasaba sin ningún problema en carrera a la defensa de los Vikings, pero como siempre lo peor aún no había llegado.

Si alguien es fan de los Vikings asume que su frase es que no puede tener cosas buenas porque se romperán. Literalmente es lo que pasó con Cook, el cual se destrozó la rodilla sin contacto, provocando que perdiese el balón y permitiendo a los Lions anotar en el siguiente drive un TD que dejaba el partido controlado. Mientras tanto Cook era llevado a vestuarios, para la desesperación de la afición de Minnesota la cual ya ha perdido a su QB y a su RB por lesión de rodilla…. Por segundo año consecutivo.

El partido se puso aún más complicado cuando los árbitros decidieron no pitar dos claros Pass Interference que mataron el drive ofensivo de los Vikings y dejaron el partido visto para sentencia. A pesar de que Minnesota logró aguantar defensivamente su ataque falló un FG fácil de 39 yardas, acabando el tercer cuarto con la sensación de que daba igual lo que quedase, se había terminado el encuentro.

Y si no fuese por McKinnon posiblemente no hubiese sido así, pero el RB se encargó personalmente de ello, no atrapando un decisivo tercer down que le iba directamente a las manos, sin presión ninguna por parte de la defensa. Para finalizar el partido un sack en un tercer down en la red zone de los Lions terminó prácticamente con las ilusiones de Minnesota, las cuales acabaron destrozadas con un fumble de Adam Thielen.

Ameer Abdullah consiguió 94 yardas de carrera además de 15 en recepciones, logrando uno de sus mejores actuaciones en la NFL. El corredor de los Lions demostró que la decisión del staff de correr más con el balón no es arbitraria y que cada vez esta area va mejor en el equipo de Michigan. Lo cual sumado a la calidad inherente que siempre tiene Stafford permite a Detroit tener un ataque a tener en cuenta mientras que la defensa se sostiene sin problema.

Por otra parte es complicado hablar de Minnesota si se confirma la lesión de Dalvin Cook, sin él la temporada está prácticamente terminada un año más debido a una inoportuna baja nada más iniciarse la misma. Parece que la mala suerte que siempre ha perseguido a Minnesota no solo se mantiene sino que además va aumentando el número de víctimas que la sufren.