Durante años siempre ha existido el eterno debate sobre Eli Manning. ¿Es realmente bueno o solo ha sido capaz de sobrevivir gracias a su defensa y sus receptores?  Todo esto se ha recrudecido con la decisión de sentarle por parte de Ben McAdoo, la furia provocada en la afición de Nueva York y la final marcha de McAddo.

Estamos cerca del final de la carrera de Eli Manning, ¿debe pasar a la historia como un HOF o debe quedarse con sus dos anillos?

No, una carrera con demasiados golpes de suerte (Juan Andrade)

Eli Manning no es un quarterback de élite. No solo porque ha liderado la liga en intercepciones hasta en tres ocasiones, sino porque cuesta creer que un quarterback tan mediocre como él consiguiera triunfar en otro equipo que no fuera el Big Blue, rodeado de estrellas, Victor Cruz, Plaxico Burreess y una defensa de élite, Michael Strahan, Shaun O’Hara.

Los equipos liderados por el #10 no se han clasificado para los playoffs en los últimos cinco años. "Ya, pero tiene dos Superbowls". Eso es lo que suelen decir en su defensa.

En respuesta a aquellos que mencionan sus dos anillos, ambos ante los Patriots que elevan más esta pantomima, cabe recordar que ambas victorias fueron fruto nada más que de la pura suerte. Primero, en Super Bowl XLII, con su camiseta a la virulé Eli se libra de tres posibles sacks y a la desesperada lanza un pase que acaba conectando. ¡No en en las manos de David Tyree! Sino en su casco. En la Super Bowl XLVI, Wes Welker no coge un pase, que de no haber untado las manos con mantequilla, Nueva Inglaterra hubiera sentenciado la victoria a falta de cuatro minutos.

Son por esos dos errores y no por sus aciertos que han situado a Manning en el debate por el Hall of Fame. Pero como dice el refrán: hasta un reloj parado acierta dos veces al día.

Wes Welker no fue capaz de asegurar este balón, que le paso entre las manos, dándole la victoria a los Giants de Manning. Fuente: NFL
Wes Welker no fue capaz de asegurar este balón, que le paso entre las manos, dándole la victoria a los Giants de Manning. Fuente: NFL

Descartando esos dos años “fortuitos”, 2008 y 2012, Eli ha seguido siendo el que es, un quarterback mediocre. En diez temporadas ha tenido un récord en playoffs de 0-3 y 78-76 en general como titular. Poniéndolo en perspectiva y situándolo en esta temporada, estadísticamente, Eli está por detrás de Trubisky, CJ Beathard y Trevor Siemian en yardas por intento, promediando 185 yardas de pase en sus últimos siete partidos. Esto le sitúa en el puesto 31º de los 35 quarterbacks totales que han jugado al menos cinco partidos, en esta categoría. Además, desde que se inventara hace once años el famoso QBR, ha promediado un penoso 14º puesto.

"Con Manning el equipo tiene un 50%  de probabilidades tanto de ganar como de perder"

Sobre lo de sentarle en el banquillo, sinceramente se lo merecía. Pero se hizo de una manera poco acertada, fruto de la falta de comunicación entre dos personas poco comunicativas -las ruedas de prensa de McAdoo lo demuestran- y que tarde o temprano merecían acabar con un despido. No hay duda que la persona más afectada en todo este proceso ha sido Manning. Si los Giants hubieran optado por sentarle a cambio de Davis Webb para darle experiencia, correcto, pero por Geno Smith que ya conocemos cómo es, ha sido todo un despropósito.

Manning acabará jugando la temporada el resto de los partidos, pero si la directiva de Nueva York pretende empezar desde cero despidiendo a Reese y McAdoo, y con el segundo puesto en el próximo draft, deberían replantearse la posición de QB.

En la NFL, mientras se está en activo, no se puede dormir en los laureles ni tampoco vivir de un legado. Algo que siempre se ha aprovechado de esto: su apellido le permitió evitar jugar para el equipo que le seleccionó en primera ronda, los San Diego Chargers, sus dos anillos le consagrarán en la historia de los Giants y que fueran ante Brady y los Patriots le permitirán ser el ídolo por muchas generaciones.

En definitiva, es una versión de Joe Flacco. Dos viejas glorias, con algún que otro anillo del que nadie sabe cómo ni por qué y cuyas estadísticas (21º Manning y 23º Joe Flacco) demuestran cómo ha sido toda su carrera: mediocre. Manning ha promediado un .500 en toda su carrera, es decir, el equipo tiene un 50%  de probabilidades de ganar como de perder con él en el campo. Un Hall of Famer debe ser alguien que determine el resultado de un partido, no algo tan arbitrario como lanzar una moneda: Victor "Cruz" ya no está en su equipo y Eli Manning ha tenido mucha "cara".

Sí: desmerecer a Eli Manning es faltar a la verdad. (Santiago Tomasi - @santiago_tomasi)

Cuando se habla de Eli Manning con aficionados de ciertos equipos ocurren dos cosas:

1. Solo se le usa para reírse de él.
2. Todo lo que ha logrado es cuestión de suerte y no por su calidad.

Se podría decir que es irónico si no fuese porque evidentemente este punto de vista solo se demuestra por una cosa: 28 franquicias de la NFL soñarían con haber tenido al Eli Manning que jugó entre 2008 y 2012, un QB que aparece cuando se le necesita.

Los números son muy útiles pero no sirven para nada cuando no se ve lo que ocurre en el campo y más con un jugador como Eli Manning. Lo más avezados críticos dirán que su récord es horrendo y que solo ha jugado cinco años playoffs en su carrera y eso es insuficiente. Son los mismos que piden el HOF para Phillip Rivers y Ben Roethlisberger, cero anillos y un anillo respectivamente.

Pero ya que piden números aquí van unos cuantos: jugadores con más de un MVP en la Superbowl: Bart Starr (HOF), Terry Bradshaw (HOF), Joe Montana (HOF), Tom Brady (Futuro HOF sin debate y considerado por una mayoría como el mejor de la historia) y Eli Manning. Más estadísticas, líder del único QB que ha derrotado por dos veces a Bill Belichick en una Superbowl. Mismos anillos que Peyton Manning, uno más que Kurt Warner, Steve Young, Aaron Rodgers, Brett Favre dos más que Dan Marino. Todo es suerte.

Es suerte jugar en Tampa, Dallas y Green Bay durante unos playoffs con cero intercepciones, igual que ganar diez partidos de forma consecutiva fuera de casa. El increíble drive que puso el 14-14 frente a una Dallas superiores también fue pura fortuna que cualquier quarterback podría haber tenido, lástima que no la tuviesen otros como Rodgers o Favre con un anillo cada uno. Igual que ir a Green Bay y ganar a unos muy favoritos Packers que iban ganando tranquilamente al descanso, tras el partido fue considerado muy superior a Favre su actuación, pero eso también fue suerte.

¿Ganar al mejor equipo de la historia de la NFL con Tom Brady y Randy Moss? Todo una conjura mística para la mayor demostración de valor de un QB en este siglo. El Helmet Catch es increíble sí, pero lo interesante es lo anterior. Eli Manning, el que no vale, el hermano malo, el tonto, escapó de tres defensas de un equipo invicto a base de carácter y lanzó el pase al único sitio donde podía.

¿Fue esa la mejor jugada del partido del bueno de Eli? No, pero es más interesante decir que sí. En ese mismo drive engaña a cuatro defensas para darle un pase a Burress que estaba totalmente solo para anotar el último TD del partido. También dirige otro drive de 83 yardas al principio del cuarto, pero esto evidentemente no interesa si queremos considerarlo todo fortuna.

Aaron Rodgers es el mejor QB lanzando Hail Marys y es un HOF seguro pensará el lector, y tiene razón. Pero alguien le dio de su propia medicina en la mismima Lambeau y estamos hablando una vez más de Eli Manning. Su pase a Hakeem Nicks a cuarenta segundos de acabar la primera parte fue definitivo para superar la ronda divisional ante el mejor equipo de la NFC, una vez más fruto de la suerte.

Y la segunda Superbowl el pase a Cunningham podría haberlo dado cualquier QB normal cualquier día, pero resultó que en el partido más importante de su carrera fue Eli Manning y no Tom Brady quien lo consiguió, dos anillos de un suertudo frente a la mejor dinastía que ha tenido este siglo, que compré lotería Eli Manning porque seguro que le toca una vez más.

Basta ya de hablar de decir que todo es suerte, de querer transformar todo en que Eli Manning es Trent Diffler con el apellido Manning y que no ha ganado nunca nada. Este jugador no solo ha dado dos anillos sino que además ha marcado a toda una generación gracias a dos actuaciones a la altura de los más grandes. Cualquier crítico de Manning en 2006 se reiría de que fuese el más laureado de su generación, actualmente se ríen de que sea HOF.

Eli Manning se dispone a lanzar. Fuente: New York Giants
Eli Manning se dispone a lanzar. Fuente: New York Giants

¿Y por qué el odio?

"Cuando alguien escribe una narrativa es muy complicado hacerla cambiar y es aún más difícil que no solo te la cambien si no que te la destruyan por completo" Cuando Eli Manning decidió que él no iba a los Chargers por ser una casa de locos (lo cual fue una decisión brillante, igual que la de Peyton de esperar un año para no ir a los Jets) se tomó una decisión por parte de la prensa: Eli era un niñato que no sabía jugar en la NFL y no tenía sitio en la NFL. Por tanto sus primeras tres temporadas y sus múltiples intercepciones permitieron que esa narrativa se mantuviese sin ningún tipo de problema.

Cualquiera que lea un artículo de la segunda semana de 2007 puede entender a que se refiere el párrafo anterior. Sobrevalorado, bust, Ryan Leaf y esto cala en la afición la cual lo transmite a aquellos que llegan después. Pero Eli fastidia la historia sorprendiendo a un equipo que había ganado 19 partidos esa temporada y solo había sufrido ante los propios Giants, con actuación de la defensa y de los receptores, pero también suya.

En 2008 un brillante 12-4 que cayó frente a unos buenos Eagles, 2009 un 8-8 y en 2010 un 10-6 que fue como entraron en el Playoff en 2007, pero sigamos para bingo. En 2011 lo mismo, Big Ben ya tiene su anillo, es el mejor de su generación, AR tiene su anillo, los dos son infinitamente superiores a Eli, el cual no es ni de los mejores QB de la NFC (Romo, Brees, Rodgers, Newton, Ryan, Stafford). De pronto llegan los Playoff y devora a Ryan, Rodgers y en la SB vuelve a provocar un upset contra Brady siendo el primer equipo en la historia que gana con un 9-7 el anillo.

Nadie ha ganado más que Eli siendo menos valorado que él, nadie ha logrado desesperar a los Patriots como él y nadie se ha ganado el amor de la gran manzana como Eli lo ha hecho. Lo que ha provocado la decisión de sentarle es la demostración de que merece algo más que burlas, que Tom Brady no tenga siete anillos y que su busto tiene que aparecer en Canton. Nunca alguien más insultado ha demostrado ser tan bueno, pero como siempre Eli volverá a ser humillado. Como diría Galileo: "Y aún así sigue girando, y aún así sigue ganando".