Los Seattle Seahawks, habían alcanzado la gloria en aquel Super Bowl XLVIII, contra Denver Broncos, algo que los había caracterizado, además de la legión of boom —aquella defensiva que neutro por completo a Peyton Manning y a media liga—, fue el poderío que tenían en la carrera con Marshawn Lynch.

Desde que Lynch anunció su retiro momentáneo del futbol americano, Seattle se ha encontrado en un gran problema para encontrar un running back que les dé ese punch que tenían desde el 2010 hasta el 2015. Actualmente tienen en sus filas a Mike Davis, Thomas Rawls, Eddie Lacy y J.D. McKisic, sin embargo, ninguno ha alcanzado a lograr llenar ese vacío que dejó Marshawn Lynch.

Se sabe muy bien el grave problema que han tenido los Seahawks en la presente temporada, la más clara es su ofensiva tanto por aire como terrestre; no llegan a ser determinantes en varias partes de los encuentros, y esto los lleva a estar en la doceava posición de las ofensivas de la liga.

Sin embargo, el problema no es de Russell Wilson, quien se ha echado el equipo al hombro, a pesar de las claras deficiencias que tiene su línea ofensiva, se adaptó a la única forma que le han permitido jugar, salir de la bolsa de protección en búsqueda de alargar la jugada, pero ésta no le ayuda y causan faltas que le han costado muchas yardas.

Hay que agregar, cuando optan a ir por la vía terrestre, la misma bolsa de protección no corre a la par de Mike Davis, no le dan el suficiente espacio o abren un pequeño hueco para que puedan pasar y lograr mover las cadenas.

Sin duda esta ha sido una temporada de muchos contrastes para los Seahawks, han tenido bajas sensibles como Chancellor, Richard Sherman, Wagner. La era post Marshawn Lynch es notable en la ofensiva, Wilson por mucho que aporte y traté de llevar a su equipo a la victoria no tiene el respaldo de su ofensiva. A esto hay que agregarle que Blair Walsh ha dejado varios partidos con field goals errados.

Hay una crisis en Seattle y hasta el momento la única vía de esperanza que queda para la próxima temporada, es recuperar a los jugadores lesionados. Es difícil ya que piensen en postemporada, cuando necesitan un milagro para ganar el comodín. ¿Podrá Pete Carroll arreglar esta crisis? ¿Wilson tendrá el respaldo de su equipo la próxima temporada?