Comienzos de infarto, finales de taquicardia, 45 minutos sin respiración en los que puede pasar de todo. En pista tres jinetes que luchan en cada vuelta por su objetivo, el mundial. Sin embargo, esta historia no es nueva para aquellos veteranos que con nostalgia recuerdan una era de ensueño, la de 2 tiempos, la era de 500cc. En dicha historia los grandes dominadores eran australianos y americanos, actualmente los protagonistas, y ya desde hace algunos años, son italianos y españoles.

Kevin Schwantz, Mick Doohan, Wayne Rainey, Remy Gardner... la era de los 500cc, Valentino Rossi, Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Maverick Viñales, Andrea Dovizioso, la era de los 4 tiempos, todos ellos pilotos que marcaron una época hacer disfrutar a todos aquellos aficionados en cada curva de cada circuito. 

Duelos históricos 

A mediados de los 80', pilotos americanos y australianos se habían vuelto invencibles ante todos sus rivales. Aunque gran parte de ellos venían de otros campeonatos en los que ya existían los 4 tiempos, muchos venían preparados de campeonatos de dirt-track en los que el arte de derrapar era un punto a favor. 

Una disciplina que actualmente también sirve como medio de entrenamiento y de competición para algunos pilotos mundialistas. Marc Márquez y Valentino Rossi son algunos de los ejemplos de pilotos que a día de hoy entrenan en en pistas de arena llevando al límite motos de dirt-track

Los primeros pilotos en enfrentarse en la pista fueron el gran Kenny Roberts y un enigmático Freddy Spencer en una temporada donde llegaron al codo a codo. Duelos donde en la penúltima vuelta, como fue el caso de la carrera de Anderstop, ambos pilotos se tocaban al llegar a la recta de meta. Los dos se salieron de pista, pero “Fast Freddie” pudo meter su ligera Honda antes en pista y conseguir unos puntos vitales que en la siguiente prueba le valieron el mundial.

Batallas como las de Spencer y Roberts nos brindaron Marc Márquez y Andrea Dovizioso durante toda la temporada 2017. Carreras como la de Austria en la que a falta de seis vueltas el piloto de Ducati y el de Honda nos hicieron saltar del sófa con una clase magistral de pasadas que culminó con una victoria del italiano en la última curva. Aunque esta vez, el campeonato fue para su rival. 

Duelos que marcaron un antes y un después pero que fueron sustituidos por una rivalidad aún mayor que marcó el inicio de una nueva era. Los protagonistas Wayne Rainey y Kevin Schwantz. El primero era un californiano que provenía del entorno de Roberts, el segundo era un tejano algo tímido y familiar pero que en la pista se transformaba. Rainey contenido e inteligente, Schwantz salvaje y precipitado, ambos crearon una rivalidad que llegaron a transformar en un odio. 

Algo parecido a la rivalidad que se creó en 2015 entre Marc Márquez y Valentino Rossi. Enfrentamientos en pista y fuera de ella que culminó con un apretón de manos en el Gran Premio de Catalunya tras el fallecimiento del añorado Luis Salom.

Suzuka de 1989 fue el escenario protagonista donde comenzó la historia de enemistad de Schwantz y Rainey que duraría años. Una de las mejores carreras de la historia del motociclismo en la que Rainey y Schwantz estuvieron adelantándose de principio a fin hasta que el tejano acabó llevándose la victoria. La primera de la temporada de 1989 y la segunda de Schwantz en Suzuka.

Mick Doohan, el tercer mosquetero

Ese mismo año debutó en el mundial un australiano cuyo inicio fue arrollador, no es otro que el gran Mick Doohan. El de Brisbane comenzó su andadura en la competición con Honda, equipo con el que ganó cinco títulos mundiales seguidos a pesar de que casi pierde una pierna tras un accidente con Wayne Rainey. 

Muchos comenzaron a comparar a Marc Márquez con el pentacampeón del mundo en sus inicios, misma escudería, un inicio arrollador, etc. Sin embargo, el seis veces campeón del mundo superó con creces al australiano en números. Unos números que parecían imposible de superar pero que sin duda alguna seguirá aumentando a sus 25 años. 

Junto con Rainey, Doohan creó una nueva era donde hasta que caía la bandera todo podía cambiar. De hecho, un ejemplo de ello fue el Gran Premio de Assen de 1992 cuando tanto Roberts, Doohan, Criville, Rainey partían como bestias para ganar lo que en más de una ocasión acabó con grandes sustos o desgracias. Ese mismo Gran Premio Mick tuvo una caída tan grave que casi le amputan una pierna. 

Pero como todo lo bueno tiene su fin y la época de los tigres de 500cc finalizaron un periodo que siempre pasará a la historia por los grandes momentos que todos aquellos aficionados pudieron vivir desde los circuitos. 

Este final llegó en 1992 cuando Honda introdujo el motor “Big Bang”, donde la potencia de las motos se suavizó. Los cinco títulos consecutivos de Doohan tuvieron como rivales a pilotos europeos y japoneses. El motociclismo europeo se vio obligado a evolucionar y en los años ’90 encontró el camino con la aparición del Supermotard. El arte del pilotaje salvaje dejó de ser un secreto para ellos y dio paso a una nueva era en la que ya entraron protagonistas que hoy en día siguen compitiendo como es el caso de Valentino Rossi.

Un final que para todos aquellos que siguen disfrutando de las batallas entre Marc Márquez, Andrea Dovizioso, Valentino Rossi, Maverick Viñales o Dani Pedrosa esperemos que llegue dentro de muchos años.  La que sin duda será una era que ya ha pasado a la historia por sus carreras de infarto y sus duelos históricos.