Sólo con ver la lucha por las poles ya se esperaba una carrera entretenida.
Primero Quartararo, segundo Márquez, la batalla estaba entre el mejor rookie del año y el mejor piloto de MotoGP. Se apaga el semáforo y el francés bordaba la salida, primera ronda para Quartararo. En la segunda curva de la primera vuelta Viñales ya intentaba un adelantamiento para pasar a Marc pero se abría y el de Cervera recuperaba posición.
Dovizioso que estaba un paso por detrás durante todo el fin de semana, era el que ahora adelantaba en la salida hasta llegar detrás de Viñales sin perder de vista a Marc. Y de la concentración a la preocupación sólo una posición les separaba, Miller que salía sexto, justo por delante del italiano, sufría una mala pasada. La peor noticia que te pueden dar es que tengas que salir desde pit lane, y es justo lo que le había pasado al australiano tras calarse su moto.
Se veía venir una carrera como la de Misano dónde la primera y segunda posición se iban a centrar en el joven Quartararo y el líder del mundial. Una carrera de “toma y daca” dónde cada vuelta uno de los dos superaba el tiempo del anterior sin ejecutar ningún adelantamiento. Era una batalla psicológica de tiempos calcados.
Después de unas vueltas, habían conseguido dejar a Viñales atrás aunque sin que se desenganchase. El de Niza imponía el ritmo y Marc le seguía mientras por detrás Dovizioso perdía décimas aumentando distancia con su principal rival y Rins adelantaba a Mir que brindaría unos bonitos adelantamientos con Rossi.
Entre vuelta y vuelta calcando tiempos, Márquez sufría un susto que le llevaba a distanciarse seis décimas de Fabio. Sin conformarse, marcaba la vuelta rápida acto seguido y le volvía a pisar los talones al del Petronas que veía como llevaba al depredador detrás esperando que cometiese algún fallo.
A falta de cuatro vueltas, el español hacía lo que todos esperaban que hiciese. Personalmente, no le servía un segundo puesto para ganar el Campeonato, que sí profesionalmente. Empezaba el ataque, tras más de veinte vueltas observando al joven piloto que había liderado la carrera desde la primera vuelta, ya sabía sus puntos débiles y en la curva tres intentaba el primer adelantamiento aunque sin éxito. Quartararo apuraba en las frenadas y Marc se había ido largo.
Esto hacía que Maverick se acercase, perdiendo tiempo por adelantamientos y pendientes de apurar en las frenadas al mismo tiempo que de tapar todos los huecos posibles, hacían que el de Yamaha recortase distancia.
Las dos motos retorciéndose con los neumáticos quemados, en la curva uno, la Honda podía con la aceleración de la satélite de Yamaha. Otra vez como en Misano, todo a la última vuelta. Es más, a la última curva. Marc quería el título con victoria. Pero Quartararo sabía que la doce era buen punto, se preparaba un adelantamiento, pero Márquez que ya lo había vivido, con Dovizioso el año anterior, hizo lo posible por tapar hueco, lo dejó pasar y frenó para coger bien el interior y que el francés no pudiese meterse en la trayectoria.
Marc Márquez se hacía con la victoria, y lo que era más importante, su octavo título de Campeón del Mundo de MotoGP con 26 años. El sexto en la categoría reina.