Sin participar en los tests invernales de Jerez por una decisión de última hora de su equipo y con la multitudinaria celebración en su Cervera natal aún reciente, Marc Márquez ha aprovechado esta semana de 'descanso' para hacer balance. Lo ha hecho en una entrevista en la web oficial de MotoGP, en la que ha tocado varios temas de interés, como las dificultades con su moto al principio de la temporada, la estrategia para llevarse el Mundial y su futuro en los próximos años.

Y es que, aunque haya ganado el Mundial en Japón, con tres carreras de antelación, la temporada no ha sido fácil para el catalán, empezando por una complicada pretemporada: "En invierno pasado las cosas fueron complicadas, mientras entrenaba pensaba que mi único objetivo era ganar", comenta el de Cervera, que se quedó a más de un segundo de la Yamaha de Lorenzo en las primeras pruebas invernales en Malasia: "La pretemporada fue dura porque yo llegaba muy motivado pero la moto no iba bien. Estábamos muy lejos del resto y en ese momento, sobre todo en el test de Sepang, me dije 'ok, es imposible'", admite el 93.

Apenas restaban, entre Sepang y el inicio del Mundial un mes y medio, y los tests de Phillip Island y Losail no terminaron de ayudar a encontrar el camino en Honda. La solución llegó justo en la primera carrera del curso: "Me acuerdo que en Qatar hicimos un cambio importante de última hora para equilibrar la moto y encontramos un compromiso en ese circuito que al final fue el mejor para toda la temporada", comenta Márquez, que finalizó en una tercera plaza que fue muy celebrada debido a las dificultades encontradas durante los tests invernales.

Una primera mitad de año de sufrimiento

Ese tercer puesto en Qatar, pese a no plantar cara al vencedor de la prueba, Lorenzo, supo a gloria en el dúo Márquez-Honda. Y los resultados no tardaron en llegar: "Fue clave ganar consecutivamente en Argentina y Estados Unidos porque empezar la temporada con un podio en Qatar y luego dos victorias es algo increíble", asegura el catalán, que consiguió su primer colchón de 21 puntos sobre Lorenzo tras la gira americana. Al llegar a Europa, sin embargo, volvió a encontrarse con dificultades.

Otro tercer puesto en Jerez precedió al peor momento del año para el de Honda: su caída en Le Mans, que suponía ceder el liderato a manos de un enrachado Lorenzo. "Mi peor momento quizás fue tras Francia", explica Márquez. "Lo veía muy complicado de cara a Mugello y Montmeló y por eso fue vital terminar segundo en ambas carreras y mostrar un buen nivel", asegura el ilerdense, que estuvo cerca de ganar a Lorenzo en Italia y a Rossi en Catalunya, teniendo una moto claramente inferior a sus rivales.

Tras Barcelona llegaron dos carreras en agua, circunstancia que ha decidido, en gran medida, el desenlace del campeonato. Rossi y Lorenzo naufragaron en las carreras en mojado (Holanda, Alemania y República Checa), mientras que Márquez acabó en el podio en todas ellas: "Es muy fácil cometer un fallo en lluvia pero fuimos capaces de terminar todas las carreras entre los tres primeros", comenta el cinco veces campeón del mundo.

Tras sobrevivir al agua, tocaba rematar el campeonato. Y lo hizo en el escenario idóneo, en casa de Honda: "No pensaba que sería campeón en Motegi", admite Márquez. "Es un circuito donde sufro, un circuito en el que nunca había ganado y donde los dos pilotos de Yamaha son muy rápidos. Era algo que no me podía imaginar. Incluso antes de la carrera no tenía ninguna sensación especial y pensé 'hoy es imposible, necesitamos hacer un fin de semana normal'. Pero sí, me sentí fuerte y es la primera vez que gano el campeonato tras conseguir la victoria en la carrera", comenta el piloto de Cervera.

El título más meritorio de todos

Echando la vista atrás, Márquez cree que este es el título "más especial", debido a "la presión, porque mucha gente analizaba y miraba lo que hacía". Además, añade que la inferioridad mecánica le da más mérito a su éxito: "Es la temporada en la que sentía que tenía peor moto ya que la moto no estaba lista para algunos circuitos. Y entonces tenía que pensar en solo terminar en la carrera". Eso era lo más complicado para un piloto que, por naturaleza, sólo piensa en ganar: "A veces era difícil de aceptar que algunos pilotos me adelantasen y terminasen por delante de mí. Pero empecé a entender que era positivo para el campeonato. Ha sido una lucha conmigo mismo toda la temporada", admite.

¿Y ahora qué?, dirán muchos. "Mucha gente dice 'tiene 23 años y cinco títulos', pero yo pienso que podría tener más. Y es que el año pasado no conseguí el campeonato por culpa de algunos errores", comenta el de Honda, que avisa: "Ahora vamos a luchar por el sexto título y si lo conseguimos iremos a por el siguiente". Aún así, no se obsesiona con los récords: "Eso sólo te pone más presión. Tienes que disfrutar, si disfrutas estás centrado en el presente y es todo mucho más fácil", concluye Márquez.