Las estadísticas dicen que el piloto que sale líder de Sachsenring, circuito que marca el ecuador de la temporada, termina alzándose con el título de campeón. Las estadísticas, por tanto, sonríen una vez más a Marc Márquez, que se va de vacaciones ocupando la primera posición de la clasificación. Una clasificación que está más ajustada que nunca, ya que hasta cinco pilotos optan al campeonato, separados por tan solo veintiséis puntos.

A pesar de los problemas con los que empezó la temporada, Márquez ha sabido hacer frente a las dificultades. En las nueve primeras carreras del calendario, el piloto de Cervera sólo ha conseguido dos victorias y tres podios. Pero su regularidad, terminando siempre entre los diez primeros, unida a que ningún piloto ha dominado claramente durante la primera mitad de campeonato y que las victorias se reparten entre cinco nombres diferentes, lo han llevado hasta la primera posición.  

Un inicio irregular

La temporada no empezó demasiado bien para Márquez. La Honda sufría problemas de aceleración en comparación con el resto de marcas de la categoría reina. Además, Maverick Viñales venía de hacer pleno en pretemporada y quería seguir demostrando su dominio en Moto GP también en carrera, consiguiendo así su primera victoria del año. Marc Márquez tuvo que conformarse con la cuarta plaza. No era un mal resultado para comenzar el año.

Los pilotos de Moto GP cruzaron medio mundo para llegar hasta Argentina. Allí, en Termas de Río Hondo Márquez volvió a estar delante, llevándose la pole el sábado. Pero una caída en carrera en la que solo llegó a completar tres vueltas, le dejó fuera de la lucha por la victoria. Además, Viñales sumó una nueva victoria. Tras la caída, Marc se mostró afectado y confuso. "La caída ha sido inesperada, debo haber cometido un pequeño error y me ha costado caro. Estos errores me decepcionan porque todo iba bien. Tenemos que pasar página y pensar en la próxima carrera en Austin", declaró tras la carrera.

El viaje hasta Austin parece que le sentó bien al de Cervera. En el trazado americano, Marc volvió a ser el que era. De nuevo volvió a subirse a lo más alto del podio, dominando en las Américas una vez más, como viene siendo habitual desde 2.013. Aunque no ejerció un dominio claro desde las primeras vueltas, el piloto de Honda hizo gala de inteligencia, gestionando la carrera a la perfección y atacando la primera posición en el momento justo. Tras esta victoria, Marc Márquez volvía a sonreír.

Carreras europeas

Tras Austin, la siguiente cita en el calendario era una de las más importantes: Jerez de la Frontera. Un circuito especial, en el que todos los pilotos quieren ganar. Y Márquez no iba a ser menos. Luchó todo el fin de semana con su compañero de equipo Dani Pedrosa, pero poco pudo hacer ante su dominio. El 93 tuvo que conformarse con subir al podio en segundo lugar.

La madurez o la experiencia que ha adquirido con los años le llevaron a hacer una carrera conservadora, como está siendo habitual esta temporada, pensando siempre en el campeonato. "Tienes que arriesgar, ¿no?. Pero sí, en Austin hice una carrera más modo conservador. Y hoy un poco también, hasta que no me he encontrado listo al 100% no he tirado. El campeonato se tiene que hacer así", declaró tras la carrera.

Después de Austin y Jerez, parecía que Márquez iba a iniciar por fin, el camino de los podios y las victorias esta temporada. Nada más lejos de la realidad. En Le Mans la siguiente cita en el calendario, el español volvió a irse al suelo, esta vez por un problema en el neumático delantero. Aun así, no se alejaba demasiado del liderato, tan solo 27 puntos. Este segundo cero supuso un punto de inflexión en la temporada de Marc Márquez.

En línea ascendente

En la siguiente cita, Mugello, el piloto de Cervera volvió a la línea positiva. Aunque no pudo luchar en los puestos de cabeza durante toda la carrera, consiguió terminar en sexta posición. Ya había quedado demostrado que, en este campeonato, lo importante es sumar y no cometer errores, porque todo puede cambiar en una carrera. Sólo quedaba mejorar de cara a las siguientes citas.

Y vaya si lo hizo. En Catalunya, las cosas no empezaban bien para Márquez, que se fue al suelo hasta en cinco ocasiones. Cualquier otro piloto se hubiese sentido inseguro, pero no él. A pesar de que Danilo Petrucci casi lo tira nada más salir, el piloto de Honda se mantuvo en todo momento en el grupo de cabeza, subiendo al podio en segunda posición. Marc volvía a sentirse bien sobre la moto y este bienestar se trasladaría a las siguientes carreras.

En Assen Márquez de nuevo se subió al podio, esta vez en tercer lugar. "Estoy muy contento con el podio y nuestra carrera, porque hemos sido bastante competitivos en seco, en una pista que no es de las mejores para nosotros (…) Quizás podría haber intentado luchar por la victoria, pero sinceramente, he tenido algunos avisos y he visto que era demasiado peligroso para el Mundial, así que he decidido ser consistente en carrera y rodar fuerte al final”. De nuevo, una carrera conservadora pensando en el campeonato.

Y en esta línea ascendente culminaría en Sachsenring, donde Marc Márquez volvió a subirse a lo más alto del podio. Ganó y se marchó de Alemania líder, intentando que las estadísticas le favorezcan en su lucha por el campeonato. "Estoy muy muy feliz. Sabía antes del fin de semana que este era un momento importante en el campeonato y que Sachsenring era un circuito importante para nosotros. Era el lugar para tomar un riesgo si era necesario y tratar de ganar", declaró tras la carrera. Todo está abierto tras este gran premio.

En estas nueve carreras, Marc Márquez ha tenido que aprender a tener paciencia, a no precipitarse. A ser más conservador. La experiencia le ha enseñado que todo cambia en una carrera, en una curva. Y, a la luz de la primera mitad de temporada, este Mundial de Moto GP no lo va a ganar el más fuerte, sino el más inteligente, el que mejor sepa jugar sus cartas. Y de eso Marc Márquez sabe mucho. La batalla por el campeonato más apasionante de los últimos años está servida.