Muchas sensaciones pasaron en el 2016 para el argentino Juan Martin del Potro, un vendaval de buenas noticias, un debut a pura orquesta en las Olimpiadas de Río de Janeiro y luego llevar a ganar la Copa Davis a su país. Todas estas sensaciones hicieron que las expectativas de la mayoría de sus fanáticos esperen que el inicio del 2017 fuese una continuidad de lo que había ocurrido en el anterior año.

Pero tanta adrenalina, tanto esfuerzo para llegar tan rápido a un lugar donde él nunca pensó desde que volvió al tenis a mediados del año pasado, le complicaron un poco el comienzo del 2017. Luego de ser nombrado como el mejor regreso del 2016, se tomó su tiempo para volver a las canchas. Pero el regreso no fue de la mejor manera y en la mejor forma. El haber ganado la Copa Davis, para los cuatro protagonistas de aquella epopeya fue muy duro, ya manifestó su compatriota Federico Delbonis que no tuvo tiempo de recuperarse rápidamente y ello lo llevó a prácticamente perder la temporada, lo mismo paso con Pella y Mayer, quienes ninguno pudieron repetir todo lo bueno que habían logrado el año pasado.

Por ello en el inicio de año para Juan Martín fue bastante meticuloso con sus pasos a dar, no salió a jugar desde el arranque de la temporada y armó casi estratégicamente su gira. Lo primero que hizo fue no jugar la Davis para su país que se jugaba en los primeros meses de febrero. Para su muñeca y en especial para su espalda resistir más de tres et y en tierra batida, con jugadores como Fognini y Lorenzi iba a ser una batalla dura de resistir. Por ello se apartó del fanatismo de sus compatriotas y tomó una decisión que en su momento pudo ser antipática pero a fin de año se vieron sus frutos. Por ello anuncio su calendario en las redes sociales disponiendo que el primer torneo al igual que el año pasado iba a ser Delray Beach, y a continuación Acapulco, Indian Wells y Miami, marcando la primera etapa del año.

Arranque sin buenas sensaciones

Juan Martín Del Potro tomó una decisión importante al inicio de esta temporada, no solo la de no jugar la Copa Davis, sino que además la de perderse el Open de Australia, la Torre de comenzó a calentar motores durante todo enero y parte de febrero con la mirada puesta en Delray Beach. Sin un entrenador que guíe sus pasos y con una preparación donde por mucho tiempo no tocó la raqueta y en la que fijo mucho parte de la misma en primero recuperar y después mejorar su estado físico, el argentino preparó su regreso a las canchas.

Previo a la competencia Juan Martín indico en la página de la ATP que “en 2016 solo jugué 12 torneos y terminé en el top 40. 2017 es un gran desafío porque si puedo jugar unos 20 torneos podría seguir ascendiendo. Me gustaría subir en el ranking y acercarme lo que más se pueda a los jugadores Top”, un presagio que al final del año le dio la razón, pero como lo comenzó no parecía que iba a llegar.

En Delray Beach, Kevin Anderson fue quien le dio la bienvenida al circuito, un buen rival para el momento del argentino, puntos cortos, sin muchos peloteos algo que le permitió con dos quiebres ganarle el partido. Ya en el segundo partido Juan Martín comenzó a tener problemas, con el ascendente Dzumhur tuvo que ir a tres set para poder quedarse con el partido. Los jugadores a este nivel ya lo saben todo y el bosnio fue el primero en empezar a forzarle el revés, a jugarle incomodo, a no dejar que se invierta para poner su misil invertido de derecha dándole una muy buena pista a todos sus próximos rivales. Luego de pasar con muchas dificultades a Sam Querrey en cuartos de final el argentino terminó su paso por Florida en semifinales cayendo contra Milos Raonic. Tras su paso Delray Beach ya el argentino marcaba lo que iba padecer durante la primera etapa del año. “Mi juego puede mejorar bastante. He jugado a menos del 50% con mi revés esta noche y Milos ha sabido atacar esta circunstancia”, dijo Del Potro. “Si no te encuentras al 100% ante los más fuertes, es complicado ganar. Necesito seguir trabajando para mejorar eso”.

La segunda parada del año Acapulco, marco también algo que debió padecer durante casi toda la primera parte del año, por su ranking generalmente en la segunda o tercera ronda debía encontrarse en un clásico con algunos de los top five y en México luego de pasar la primera ronda con dudas, le tocó encontrase con Novak Djokovic (en ese momento el N° 2 del mundo), donde perdió en tres set luego de haber estado arriba en el primero. El argentino continuaba manifestando que "por suerte la derecha me está funcionando pero tengo que conseguir lo mismo con el revés porque claramente me juegan el 90% de los tiros a mi revés y doy mucha ventaja todavía”, apuntó. “Así y todo la peleo como puedo pero no es la manera en la quiero jugar porque también corro mucho y me defiendo mucho con el cortado y la verdad es que a mí me gusta pegarle fuerte de los dos lugares y todavía no lo puedo conseguir”, se sinceró.

El no pegar de revés le traía serios problemas, era incomprensible a esa altura de la temporada el argentino no tenga un entrenador e intente arreglarse con Orsanic, el capitán argentino de la Copa Davis quien además de ocuparse de sus funciones tenía un compromiso con la Asociación Argentina de Tenis para colaborar con Del Potro.

Luego de Acapulco, ingreso como 32° preclasificado en Indian Wells, gracias a la baja de Milos Raonic, quien justamente se había lesionado en aquella semifinal que le ganó al argentino en Florida. Pero nuevamente el sorteo no fue positivo para la Torre de Tandil, luego de vencer a su compatriota Federico Delbonis, volvió a enfrentarse contra Novak Djokovic y el serbio volvió a jugarle de la misma manera y ganándole nuevamente. La continuidad de la gira norteamericana lo trasladó hasta Miami, donde el sorteo lo mando a jugar en la tercera ronda con un imposible Roger Federer, que ya a esa altura del año junto a Rafa Nadal, marcaban tendencias y dominaban ampliamente a sus rivales y el argentino fue una de sus víctimas.

Desde Roland Garros hasta Wimbledon

Luego de perder con Federer anunció su segunda etapa del año, luego de manifestar que se iba a tomar un descanso durante todo el mes de abril, el argentino planifico el segundo cuatrimestre del año comenzando por Estoril, continuando por Roma, Madrid y Roland Garros, para luego centrarse en la gira sobre césped, donde diría presente en el ATP 250 de Hertogenbosch y en Wimbledon (a mediados de abril anunciaría su participación en el ATP 500 de Queen's).

El 3 de mayo lo recibió Estoril y en frente tenía una dura parada, el japonés Sugita pero Yuichi fue avasallado por la potencia del argentino y eso evito que el japonés pueda poner a pelotear a Juan Martin. Pero la muerte de su abuelo hizo caer a la Torre, un Del Potro muy humano en su vuelta al tenis tras la lesión, que ajustaba su fortaleza en los sentimientos, se vio abatido y en un conmovedor mensaje demostró lo importante que era su abuelo en la carrera del tenista. "Gracias por el apoyo que me diste junto al resto de la familia para que pudiera cumplir el sueño de ser tenista profesional. Gracias por tus palabras de aliento antes de Río y por pedirme que no volviera sin la medalla. Gracias por retarme cuando te dije que la Davis era muy difícil y por contestarme enojado: 'Si no vas a ganar y traérmela, no vayas'. Gracias por esperarme para que pueda darte el último adiós, antes de dejarnos con los más lindos recuerdos de los momentos compartidos. Te amo abuelo", expresó Del Potro.

Luego de la muerte de su abuelo decidió no participar en Madrid y volvió a jugar en Roma intentando ser un gladiador y lo fue, quizás ninguna palabra se adapte más a la historia de Del Potro que resiliencia. Hasta de difícil pronunciación, se trata de la capacidad humana para sobreponerse a adversidades severas, traumas o estados perturbadores. Esas once letras hablan de la fortaleza para dominar situaciones o estados hostiles. Juan Martín se paró en el foro itálico y le ganó nada menos que al búlgaro Grigor Dimitrov por 3-6, 6-2 y 6-3, no solo mostrando su fortaleza sino que además comenzando de a poco a soltar el revés con top a dos manos. De a poco se iba soltando, le ganó a Edmund luego a Nishikori, pero nuevamente se encontró con un Djokovic en un buen momento del año hizo estragos en la resistencia del argentino y puso nuevamente fin a su excursión en un ATP 1000.

Un giro en el plan de vuelo del argentino lo llevo a Lyon donde marcó un antes y un después al año del tenista argentino, jugo muy mal, le gano con dificultades al francés Quentin Halys y luego cayó ante Gastao Elias, el primer jugador no top ten que le ganaba en el año y el mal juego más dolores en la espalda y en el hombro pusieron en dudas su participación en Roland Garros y así lo manifestó el argentino. “Siento dolor en el hombro y en la espalda. Iré a París y pronto decidiré si juego Roland Garros”.

Hasta último momento puso en dudas su presencia en el Abierto de Paris y fue así que decidió no separarse de su plan de vuelo haciendo honor a Roland Garros y se embarcó en el viaje, y a Juan Martín del Potro no le tembló el pulso en su retorno a París. Cuatro años después de su última presentación en el Grand Slam parisino y en su debut derrotó a su compatriota Guido Pella, procedente de la fase previa, por 6-2, 6-1 y 6-4. Pero en el próximo partido el tiempo se detuvo, ese juego que comenzó como un deporte de valores y de caballeros llegó a Paris, dos amigos lloraron juntos, cuando uno de los dos pasó por uno de los peores momentos de su carrera. En el partido que el argentino jugaba con Nicolás Almagro, el español sufrió una esguince de rodilla en pleno partido y se quedó tirado en el suelo llorando, el argentino se cruzó de cancha y fue atenderlo, quien más sabe de problemas físicos que Del Potro por ello se hizo parte del problema de su rival y trato de consolarlo diciéndole. “Traté de encontrar las palabras adecuadas para el momento. Le dije que trate de estar tranquilo, que piense en su familia, su bebé, fue una situación triste. No fue fácil para mí ver a un amigo al otro lado de la red llorando. Hice lo que sentí de corazón. De verdad le deseo lo mejor”, expresó Del Potro. Humanidad a flor de piel.

Luego de Almagro, el argentino no tuvo opciones ante un Andy Murray en el mejor momento del año y un Del Potro que ya a esa altura no estaba para nada bien físicamente. Así fue como terminó su gira en la arcilla. De un Grand Slam se fue derecho a otro, de la arcilla pasó al césped y el debut en Wimbledon fue contra Thanasi Kokkinakis quien el gano en una dura batalla por 6-3 3-6 7-6 y 6-4, pero en la segunda ronda se enfrentó a un Gulbis intratable que no le dio opción con su servicio y le ganó en set corridos.  La derrota en Wimbledon fue un antes y un después en el juego de Juan Martín, debía agregarle a su juego el revés con top, volver a esas paralelas increíbles que eran una daga para sus rivales antes que se lesione de la muñeca.

'New York, New York'

Luego de un paso poco feliz en Washington y Montreal, donde en la capital de los Estados Unidos perdió en octavos con el japonés Nishikori en set corridos y donde mostró nuevamente problemas en el cuello, y eso fue aprovechado por el japonés, quien lo superó ampliamente, y en Montreal donde fue sorprendido por una de las máximas apariciones de este año y revelación de la nueva generación, el canadiense Denis Shapovalov en la segunda ronda de dicho abierto.

El argentino llegó a Cincinnati con un duro cuadro, ya que en la primera ronda debía enfrentarse al checo Tomas Berdych, y fue en ese partido donde se empezó a ver a un Del Potro más agresivo, luego de perder el primer set el argentino fue contundente y eso le dio vitalidad para llegar hasta Octavos donde se encontró con un tremendo Dimitrov quien a la postre se consagró campeón del torneo. Pero en esta etapa Del Potro estuvo mucho más suelto, pego su revés y eso lo llevó a su segundo hogar, al abierto de los Estados Unidos, donde su carrera volvió a tener un quiebre ya que contra el austríaco Dominic Thiem logró reinventarse, luego de estar dos set abajo y por paliza, volvió de las cenizas logró revertir el partido y ello lo impulsó a que en el duelo de cuartos contra su Majestad Roger Federer logre volver a reeditar aquel gran éxito del 2009 donde logró su primer y único Grand Slam, y vencer en cuatro set a Federer jugando extremadamente bien con sus dos armas letales el saque y el martillazo de derecha.

El argentino tiro todo contra Thiem y Federer, fue tanto el desgaste que solo le alcanzo para poder hacerle un set al gran Rafa Nadal, para que luego el jugador español dé una clase de devolución e inteligencia dentro de una pista memorable para llegar a la Final del US Open. Luego de su gran actuación en New York el argentino atravesó la barrera de los primeros treinta del mundo, posicionándolo nuevamente en las grandes ligas luego de ganarle a Bautista Agud, a Thiem y a Federer, se tomó nuevamente un descanso para su gira asiática. Juan Martín en China, volvió a chocar contra la barrera de Dimitrov, para luego tener un gran torneo en Shanghái perdiendo en semifinales con Roger Federer quien se vengó del USOpen.

Gracias a su buena actuación en Shanghái el argentino logró una de sus metas propuestas al comienzo del año, que era la de atravesar la barrera de los veinte primero del mundo posicionándose en el puesto diecinueve, pero para sostenerse debía trasladarse a Estocolmo y volver a quedarse con el título. Y fue así que en al final soltó el brazo y le ganó contundentemente a Dimitrov en la final. Ese impulso de ganar en Estocolmo lo llevó a Basilea, en la tierra de Federer y justamente llegó a la final contra el maestro suizo y cayó en un ajustado partido, mojándole primero la oreja en su casa al ganarle el primer set.

El último impulso europeo llevo al argentino a tener serias posibilidades de ingresar en el Torneo de Maestros de Londres, necesitaba llegar a las semifinales de Paris, el último Master 1000 del año, y que el resultado de otros jugadores le sea favorable. Pero La Torre de Tandil, encontró en su camino a un sólido John Isner que le frustro su pasaje a Londres, pero ello no impidió que llegue a un paso del top ten colocándose en el puesto número once del mundo.

No llegó a Londres, pero ese no era su objetivo, su objetivo estaba en mejorar su juego y ese fue el mejor final para un año duro, donde no solo demostró su temple sino que además logró mejorar la calidad de su juego, jugando paralelas de revés a dos manos, cambiando la velocidad de su revés, bajando más el slice y con un entrenador tener un plan de juego. 

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Sobre el autor
Rodrigo  Desmedt
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