Récord. Esa es la palabra que se está usando frecuentemente desde el inicio estrepitoso y hasta escandaloso, siempre en el buen sentido de la palabra, por lo realizado por Golden State Warriors. ¿Serán capaces estos de superar el “récord” de los Bulls de Jordan? Sin embargo, se está dejando de lado una realidad paralela y contemporánea: el presente de San Antonio Spurs. Es tanto el magnetismo y dimensión que conlleva Stephen Curry, que pocos se han puesto a analizar y a admirar a estos Spurs que, por primera vez en mucho tiempo, es el perfil bajo de la prensa internacional.

Claro, probablemente el juego de los de Popovich, el mejor de todos los tiempos para algunos críticos, quedó opacado por la audacia de los de Steve Kerr. Pero, no se está contando que esta plantilla texana está a tan solo 11 juegos de superar el “récord” de la franquicia (en la 2005/06), que es llegar a 63 partidos ganados en una temporada. Además, otro tema que no es menor, los de blanco no han perdido en toda la 2015-2016 y ya son incontables los juegos ganados en casa. ¿Qué hablamos cuando hablamos de récords? ¿Solamente el amarillo de los Warriors atrae?

Por lo pronto, ese perfil bajo antes mencionado parece enorgullecer a San Antonio que, una vez más, barrió a aquél que se le puso enfrente. Esta vez, fue el turno de los Pelicans de New Orleans (23-37), sin importar ni tener piedad del enorme juego de Eric Gordon (23 puntos) y, además, anulando a Anthony Davis, aunque terminó con un doble-doble a base de 17 tantos y 13 rebotes.

En el cotejo, que culminó 94-86 para los visitantes, se volvieron a destacar aquellos que serán el futuro de la franquicia; Kawhi Leonard fue el goleador de la noche con 30 unidades, además de 11 recobres y 3 asistencias, y LaMarcus Aldridge convirtió 26 puntos, sumados a los 8 rebotes y otro pase gol.

Ahora San Antonio, “récord” 52-9, volverá a ver acción el próximo sábado cuando reciba, en el AT&T Center, a los Kings de Sacramento.