Fue un golpe duro, es cierto. Nadie quiere perder por semejante diferencia, y mucho menos cuando lo que se está jugando es nada más y nada menos que el mayor sueño y éxtasis final para cada una de las chicas y, por supuesto, su técnico. Caer por casi treinta puntos en un momento tan determinante como este puede desembocar en dos factores clave: que sirva como aprendizaje de cara al futuro o que el golpe termine de hundir las ilusiones del barco que las lleva a Río.  

Turquía no dio margen a las esperanzas durante los cuarenta minutos. Ya en el principio, y colaborado con el 2/15 en tiros de campo de las nuestras, lograron sacar una diferencia de catorce (4-18) en el transcurso del primer cuarto. Además, las europeas tenían en su feudo a la alemana nacionalizada Lara Sanders que con su impronta y doce unidades empezó a conducir a las suyas a la victoria. Más aún, cuando al cabo del primer tiempo el tablero era poco alentador: 17-33

Cristian Santander pudo hacer poco y nada para que su equipo reaccione; de movida luego de los vestuarios, las argentinas volvieron a perder el foco en el tiro (2/15) y las de rojo lo aprovecharon de la mejor manera: máxima de treinta y a otra cosa. De hecho, se debe destacar que la goleadora albiceleste de ayer, histórica Melisa Gretter, jamás estuvo en partido y no sumó siquiera un punto. 

Las Gigantes, que no tuvieron ninguna jugadora con dos dígitos en la planilla (de hecho solamente Thomas y Vega sumaron más de 5 puntos) cayeron finalmente ante Turquía 66 a 38 y esperarán que las africanas no edifiquen una victoria sobre las turcas (empiezan a ser clave los puntos recibidos en este juego) para seguir expectantes en la lucha por un pasaje a los Juegos Olímpicos.