Salvavidas: la solidaridad grupal en desventaja numérica

Vélez cayó por 3-0 en su visita ante River. La expulsión en el minuto 9 de Blas Cáceres obligó al equipo a retrasarse y a tratar de aguantar como sea. El desgaste en dicha tarea fue lo único destacable en un barco que se hunde cada vez más.

Salvavidas: la solidaridad grupal en desventaja numérica
Tras la expulsión, Pavone debió luchar solo ante la defensa de River. Foto: Minuto 1.
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Por Cristian Conde

El contexto ya auguraba, en la previa, un cotejo más que complicado para Vélez. Visitar el Monumental, jugar ante uno de los mejores planteles de Argentina, la poca preparación para una dupla técnica de emergencia y el mal rendimiento de las últimas fechas anticipaban que la noche sería larga.

A todo lo anterior hay que sumarle, en el análisis posterior, la tarea del árbitro Fernando Rapallini, quien a los 9 minutos ya expulsó a Blas Cáceres (cada uno juzgará si fue merecido), lo que quebró al partido. A partir de entonces, el Fortín debió retrasar sus líneas y soportar la embestida de River. Poco destacable:

1) El desgaste en momentos adversos

El conjunto de Liniers debió sobrevivir 81 minutos con un jugador menos. Muchos de ellos, cuyos roles están dirigidos exclusivamente a tareas ofensivas, cubrieron puestos defensivos y trataron de armar algún contraataque. Se intentó presionar a mitad de cancha, tratando de salir ordenadamente para no otorgar huecos. Esto último requirió de mucha atención y de pulmones que aguanten lo que la adversidad obligó.

2) La vuelta aceptable de Cufré y Asad

Braian Cufré fue tenido en cuenta por Christian Bassedas en la primera parte del primer semestre, aunque mayormente como mediocampista. Algunas veces lo hizo como lateral izquierdo, y hoy, en su vuelta, trató de cubrir toda la banda en defensa, y subió al ataque cada vez que pudo en algún intento de contra. Otro que volvió a la tituralidad fue Yamil Asad, que a diferencia del último jugador, no tuvo tantas chances con Bassedas, sin embargo, hoy, sin haber hecho una tarea descomunal, intentó asociarse con los delanteros y se solidarizó cuando había que soportar los intentos del Millo.

3) La voluntad de Pavone

Cuando Maximiliano Romero, segunda punta, debió salir del partido para el ingreso de Nicolás Tripichio, en virtud de equilibrar la mitad de cancha, Mariano Pavone fue el único nueve de área. Debió pelear mano a mano frente a los dos centrales, y si bien perdió en la mayoría de las ocasiones, jamás bajó los brazos. Fue el primero en salir a presionar y nunca dejó de correr. En algunos momentos entró en el roce y se fue del partido, aún así, fue de lo mejorcito del visitante.