El Celeste había recibido un giro de 180 grados con el cambio de director técnico cuatro fechas antes de que termine el año. Gustavo Álvarez dejó su cargo luego de una dura derrota en el Beranger frente a Defensa y Justicia por 4 a 1. Quien venía a ocupar ese cargo, Gastón Esmerado, cerró el año y el primer semestre con un invicto en cuatro partidos jugados (2 ganados y 2 empatados).
Y claro. ¿Cómo no ilusionarse si tu equipo saca 8 puntos de 12 en juego?, sin perder ningún partido y además, saliendo campeón del Torneo de Verano, ganándole 1 a 0 a Racing.

Arrancaba el año y el segundo semestre. Temperley visitaba a Atlético Tucumán por la fecha número 13 de la Superliga. Tres minutos después del arranque del partido el Gasolero ya perdía 1 a 0 y comenzaba una racha demasiado negativa y duradera. Ese partido, el equipo de Gastón Esmerado lo perdió por 3 a 0.

La racha negativa no solo se ampliaba, sino que en consecuencia, Temperley no metía goles. 538 minutos sin meter un gol, 538 minutos en donde los hinchas se preguntaban que estaba pasando, o donde estaba el equipo del primer semestre.

Después del partido perdido en Tucumán, Temperley recibió a Talleres de Córdoba, donde también perdió pero por 1 a 0. En la fecha 15, iba por primera vez a La Bombonera desde el ascenso. Resultado negativo, 1 a 0 en contra. Una fecha después, recibía a otro grande del fútbol local, Independiente de Avellaneda. Un partido cerrado que terminó 0 a 0, y el Cele seguía sin convertir un gol.

Luego de ese empate en Turdera, había que viajar a Rosario para jugar cara a cara contra Newell’s. Otro aburrido 0 a 0. La gente se impacientaba, y Temperley, con tan solo 2 puntos obtenidos de 15 jugados, recibía a Gimnasia y Esgrima de La Plata. Todo era cuesta arriba, los ánimos por el piso y el partido, además, 1 a 0 en contra… Hasta que a los 88 minutos de juego, casi sobre la hora, Emiliano Ozuna gritó desaforadamente para sacarse la mufa de tantos partidos sin poder meter un gol. Temperley cortaba la horrible racha de 538 minutos sin llegar a la red rival. Pero las malas no se terminaban ahí.

Tres puntos obtenidos de 18 posibles, pintaba todo de color oscuro en base a los promedios. El descenso se veía venir aunque nadie quería nombrarlo ni hablar sobre el tema. Pero ya había pasado el susto de no volver a convertir, y ahora se buscaba ir con una nueva cara a Santa Fe para jugar vs. Unión. La esperanza es lo último que se pierde. Pero otra vez, a los 5 minutos de juego, Temperley ya perdía 1 a 0. Y el resultado terminó en goleada para el local por 3 a 0. Séptimo partido seguido que el equipo de Gastón Esmerado no lograba ganar.

Los partidos de Temperley en Primera estaban contados, y si no lograba vencer a Huracán y Lanús en condición de local, su destino iba a ser el descenso. En el medio de esos dos partidos visitaba a Olimpo, directo en la lucha por el promedio.

Contra Huracán, de local, el Celeste volvió a caer, por 2 a 1. Frente a Olimpo, un partido más que clave para la permanencia, empató 1 a 1. Y faltaba recibir a Lanús, en una especie de partido especial por la cercanía geográfica de ambos clubes. Lanús no jugaba por mucho, mientras que Temperley necesitaba una victoria urgente para tener un poco de aire en las tablas de abajo. Pero el Gasolero no supo aguantar la ventaja de 1 a 0 que obtuvo mediante Fernando Brandán. Le dieron vuelta el partido, y en el final, de nuevo el “Enano” Brandán, de penal puso el 2 a 2 definitivo. No había demasiadas esperanzas de ir a visitar en el próximo partido al escolta del torneo, Godoy Cruz. Se sabía que si Temperley no lograba ganar, el descenso era inevitable.

El cachetazo fue tal, que el partido terminó 3 a 0 a favor del Tomba. Era sabido que el resultado iba a ser tan abultado. Un equipo en pleno vuelo hacia el torneo. El otro equipo sin conseguir una victoria en 11 partidos jugados, con lo anímico por el núcleo del Planeta Tierra.

De esa manera, con el equipo ya descendido, Gastón Esmerado optó por seguir haciendo cambios en el once inicial. Ésta vez, empezaron a aparecer nombres de juveniles, y jugadores que ya no eran tenidos en cuenta por técnicos anteriores. Ya se pensaba en armar el once titular para la B Nacional.

Partido contra Vélez, en Turdera. Un resultado exagerado, con demasiadas polémicas. 4 a 2 a favor del Fortín y con tres expulsados para Temperley. Luego, el Gasolero visitaba a Chacarita, otro equipo ya descendido. Temperley seguía buscando su primera victoria en el semestre, y la consiguió. Mediante los goles de Lucas Delgado y Santiago Giordana, el equipo Celeste ganó 2 a 1 y cortó una racha de 12 partidos sin ganar.

Último partido de local de Temperley por la Superliga. Recibía a Patronato. ¿El marco externo? Una fiesta. La gente no hizo más que alentar y mostrar el apoyo a todo el equipo y cuerpo técnico. Pocos se preocuparon por el partido dentro de la cancha, la gente estaba eufórica despidiendo el equipo. Cantos de todos los colores, fuegos artificiales, humos de colores. Una verdadera fiesta Gasolera, aunque el equipo haya perdido 2 a 1.

Y para cerrar el semestre, el Gasolero visitaba a Belgrano, para ganar y darle la última alegría a su gente. Y así fue, 3 a 2, muy peleado y para cualquiera de los dos. Pero los goles de Lucas Delgado, Ignacio Boggino y Ezequiel Montagna, le dieron la victoria por 3 a 2 al Celeste.

Ahora, si bien el torneo tuvo un resultado final negativo, Temperley dio y dejó todo en cada partido, y la gente alentó en cada partido como si nada malo estaría pasando. Puntos a destacar. De ahora en más, a pensar en el próximo torneo, a seguir dando lo mejor y a volver cuanto antes.