Al igual que en Beijing 2008, el Judo le entrega a la Argentina su primera medalla en unos Juegos Olímpicos. Otra vez, es Paula Pareto quien se cuelga el galardón. 

Sin embargo, en esta oportunidad no es de bronce: ¡La Peque se quedó con la de Oro! De esta manera, se convierte en la primer mujer argentina de la historia (en deportes individuales) en adjudicarse ese título.

El pueblo argentino compartió la emoción a la distancia. Pero ¿hay mejor testimonio que el de la propia familia?
Mirta, Marcos y Estefanía; madre y hermanos de la gigante, comentaron sus sensaciones luego del histórico logro.

"Hace 12 años comenzó su camino olímpico. En Londres no se le pudo dar. Esto es totalmente merecido", recordó Mirta, orgullosa de su hija.

La Peque no se perdió en las tentaciones de la Villa y no se dejó llevar por el clima olímpico. Se centró solamente en su objetivo. Su madre lo explica: "La vimos el martes y nunca más nos cruzamos. Estaba muy concentrada. Se preparó no solo física, también mentalmente".

Marco no se quedó atrás y se sumó para elogiar a su hermana: "Es la culminación del trabajo de toda la vida". "Siempre va para adelante y se supera. Pau es una bestia", añadió.

La Peque aseguró que la gente le tenía más confianza que ella a sí mismo. Su hermano estaba dentro del gentío: "La veía venir. Aparte hizo una lucha fantástica en la final".

La hermana de Paula también intentó dar su testimonio, pero las lágrimas la invadieron y no pudo seguir. Alcanzó a decir que es un orgullo: "por el esfuerzo que hace. Se lleva hasta los libros para estudiar en cada viaje".

Sí porque la Peque, además de ser medallista olímpica, es médica recibida. Mirta estudió lo mismo, y no comprende cómo hizo su hija para para "estudiar medicina y seguir compitiendo a este nivel. Yo hice la misma carrera y sinceramente no entiendo cómo logró hacerlo".

¿Cómo hizo? En el testimonio de Marco está la respuesta: la Peque es una bestia.